La cadena de la madera apuesta por la certificación forestal frente al «intervencionismo público»

El sector demanda políticas que pongan el foco en combatir el abandono del monte. Pide medidas que permitan un aprovechamiento económico de las frondosas caducifolias y apoyo para la recuperación de los pinares

La cadena de la madera apuesta por la certificación forestal frente al «intervencionismo público»

De izquierda a derecha, José Carballo (Unemadera y Finsa), Francisco Dans (Asociación Forestal de Galicia), José Manuel Iglesias (Clúster da Madeira), Jacobo Feijoo (Asefoga) e Isabel Álvarez (Vifoga).

Llegado el fin de año, la cadena de la madera de Galicia convocó un acto informativo para hacer balance del ejercicio y situar los retos inmediatos. El evento, en el que participaron representantes de asociaciones de propietarios forestales, de viveros y de la industria, concretó como gran inquietud del sector el combate del abandono del monte, para lo que se aboga por potenciar una gestión forestal activa. La duda que manifiesta la cadena gallega de la madera es sobre el papel qué va a jugar la Administración en tal objetivo. ¿Va a obstaculizar la gestión forestal o a incentivarla?, se pregunta el sector.

Los colectivos de propietarios forestales, representados en el encuentro por Francisco Dans, de la Asociación Forestal de Galicia, y por Jacobo Feijoo, de la Asociación Sectorial Forestal Galega (Asefoga), entienden que el modelo de intevención de la Administración debe pasar por ofrecer incentivos a una gestión forestal activa.

«Las sociedades más avanzadas se gobiernan por la certificación forestal. En Galicia no podemos cargar con una mochila a mayores» (José Manuel Iglesias)

«En Galicia, el 97% del monte es privado o de propiedad comunal. Casi no tenemos monte público, a diferencia de lo que pasa en otras autonomías, como Cantabria, que tiene la mitad de monte público, o Asturias, con un 30%. Esa singularidad obliga a que la Administración le deje margen a los propietarios para tomar sus decisiones», advierte Jacobo Feijoo.

El sector se posiciona contra un excesivo intervencionismo público en la planificación forestal y reinvindica el aval de los sistemas de certificación forestal como criterio regulador. «Las sociedades más avanzadas se gobiernan por los sistemas de certificación forestal, con la ventaja de que todos tenemos que competir con esas normas» -valora el presidente del Clúster de la Madera de Galicia, José Manuel Iglesias.- «La certificación forestal es una demanda de los consumidores, que van por delante de las regulaciones públicas. Si en Galicia, se le carga al sector con una mochila de piedras a mayores en forma de limitaciones y regulaciones, estamos compitiendo en desventaja», cuestiona.

Auditoría de un monte certificado. / Archivo.

Auditoría de un monte certificado. / Archivo.

De la misma idea es José Carballo, presidente de la patronal de la madera, Unemadera, y director general de Finsa. «La certificación forestal está implantada en todo el mundo e implica un control de aspectos sociales, legales y ambientales, como la conservación de la biodiversidad. Hizo más en Galicia por el mantenimiento de las masas de frondosas caducifolias la certificación forestal que toda la regulación de la Xunta», aseveró Carballo, que recordó que los sistemas de certificación exigen la conservación de un porcentaje de frondosas autóctonas en las superficies certificadas.

«Hay que entrar en el tema de la ‘madera de sangre’. Tuvimos dos alertas y la Xunta y la cadena de la madera tienen que tomar medidas» (José Carballo)

Trazabilidad de la madera
Carballo incidió en pedir un mayor control de toda la madera que se mueve en Galicia, con garantías de su trazabilidad y certificación, en los casos en que se trate de madera certificada: «Hay que entrar en el tema de la ‘madera de sangre’. No se puede eludir esta cuestión y la cadena de madera y la Xunta tienen que tomar medidas», advirtió en alusión al movimiento de maderas tropicales ilegales. «Tuvimos ya dos alertas de madera ilegal y hay que atajar el problema», demandó.

Incentivos a frondosas y pinos
La cadena de la madera muestra consenso en la necesidad de impulsar la certificación forestal en Galicia como criterio de sostenibilidad ambiental. «Estamos a favor de la ordenación forestal, es decir, de la gestión de cada unidad de monte de acuerdo con criterios sostenibles, pero estamos en contra de una planificación pública que nos diga qué especie tiene que ir en cada parcela» -resumió el director de la Asociación Forestal de Galicia, Francisco Dans.- «El reto de la Administración tiene que ser el de movilizar a los propietarios, ofreciéndoles incentivos y ayudas que hagan rentables las plantaciones de las distintas especies», valoró.

«Es necesario ofrecer incentivos en lugar de continuar imponiendo nuevas restricciones en normativas, decretos y directrices» (Jacobo Feijoo)

El sector puso como ejemplo el plan para la recuperación del pino que está impulsando el conjunto de la cadena de la madera, una iniciativa para la que se pidió el apoyo de la Administración. También se demandaron medidas de la Xunta para la valorización de las masas de frondosas caducifolias, que representan alrededor de un tercio del monte arbolado en Galicia, pero poco más del 2% de talas con destino industrial. «Si no hay una apuesta de la Administración, es imposible conseguir la sostenibilidad económica», advirtió el sector.

Abandono del monte
La gran inquietud que manifiesta la cadena de la madera es el abandono del monte por factores como el envejecimiento, la falta de relevo generacional y el minifundio. «Conviene ofrecer incentivos, en lugar de continuar imponiendo nuevas restricciones a la gestión forestal en una serie de normativas, decretos y regulaciones difusas, como las Directrices del Paisaje», advirtió Jacobo Feijoo. «El manejo del monte depende de sus propietarios y si no logramos una gestión forestal activa, Galicia se enfrenta a pocos años vista al drama de convertirse en un desierto verde, con la perspectiva de fuegos imposibles de controlar», concluye el presidente del Clúster, José Manuel Iglesias.

«Si no logramos una gestión forestal activa, Galicia se enfrenta al drama de convertirse en un desierto verde» (José Manuel Iglesias)

El sector advirtió de que en el caso de nuevas limitaciones a los propietarios forestales, sería precisa la habilitación de compensaciones, un principio que figurará en el Plan Forestal de Galicia. El Plan Forestal, aún en tramitación, se prevé que se debata en el Parlamento a comienzos del próximo año, para ser aprobado a continuación en Consello da Xunta.

Desde los viveros forestales, la presidenta de la asociación Vifoga, Isabel Álvarez, también planteó la necesidad de una hoja de ruta clara por parte del sector que permita una correcta programación de los viveros, de cara a atender las demandas de propietarios forestales, empresas de servicios y comunidades de montes.

«En la actualidad, en Galicia se está cubriendo toda la demanda de planta forestal. Tenemos viveros especializados en eucalipto, en coníferas y en castaños, tanto en híbridos como injertados, pero hubo épocas en que no se daba atendido la demanda de planta o en la que hubo que tirar mucha planta sobrante», señaló Álvarez. «Si tenemos una demanda que no se puede cubrir, entrará planta de fuera sin las idóneas garantías de calidad», advirtió.

El sector aumentará facturación en el 2018, pero se detecta un freno en el «contract»

A la hora de hacer balance del 2018, José Carballo, presidente de Unemadera y también presidente de la asociación Monte Industria, hizo un primer avance de las cifras de facturación del sector gallego en el presente ejercicio, que aumentarán en torno a un 5-8 %, un dato positivo pero que deja motivos para la preocupación en el segundo semestre del año, en el que se detecta un freno al crecimiento, sobre todo en la segunda transformación y en el «contract».

El «contract», especializado en el suministro de mobiliario e interiorismo a cadenas empresariales, protagonizó en el periodo 2015 – 2017 un fuerte crecimiento, ganando una presencia destacada en las exportaciones gallegas de la madera. Factores como la crisis de los centros comerciales a nivel internacional o el aumento de ventas electrónicas, en detrimento de las ventas en establecimientos, están llevando a un parón en el sector, según advirtió José Carballo.

Entre los retos para el próximo ejercicio, Carballo emplaza a la Axencia Galega da Industria Forestal (Xera) a impulsar un proceso de reorientación del sector del contract, en el que apuesta por un mayor peso del diseño y por la edición de un catálogo.

La definición de un plan estratégico para toda la cadena y la atracción a Galicia de inversiones en bioeconomía son otras cuestiones en las que Carballo considera que se debe centrar Xera en el próximo ejercicio.

Para la nueva Dirección Xeral de Planificación e Ordenación Forestal, el presidente de Monte Industria sitúa como uno de los principales deberes la realización de un inventario forestal gallego, ya que el último inventario forestal nacional realizado en Galicia data de hace una década.

Gestión forestal e incendios
La separación de la gestión forestal y del combate de los fuegos en dos direcciones generales diferentes es saludada por el sector como una cuestión positiva, «que se lleva reivindicando dos décadas». «Teníamos el problema de que el aparato de extinción de incendios venía absorbiendo buena parte de lo que deberían ser inversiones forestales, algo que advirtió el propio Tribunal de Cuentas» -señala Carballo.- «Que se dividan las competencias era una condición necesaria, pero no suficiente», valora Carballo, que recuerda el conjunto de propuestas que está haciendo la cadena de la madera.

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