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¿Qué le aporta la certificación forestal al propietario?

Las ventas de madera con los sellos FSC y PEFC implican primas en el precio de hasta 3 euros por tonelada. Hablamos con el Grupo de Certificación Alvariza, uno de los que trabaja en el ámbito gallego, para conocer el conjunto de beneficios del proceso

¿Qué le aporta la certificación forestal al propietario?

Aprovechamiento forestal en un monte certificado.

Gran parte de la madera que se vende o se compra cada día en Galicia lleva un sello de certificación forestal, bien el FSC, bien el PEFC o ambos. Esos sellos le permiten a la industria forestal garantizar que el manejo de los bosques de los que procede su madera cumple con unos requisitos de sostenibilidad y de respeto al medio natural.

La certificación forestal no es novedosa, pues se cumplen ya 24 años del nacimiento del sello FSC, pero su importancia fue creciendo con los años. Si en un principio se trataba de un proceso que le aportaba a la madera un plus de marketing, ahora se ha convertido en casi obligatorio para acceder a los mercados internacionales.

La tendencia apunta a que el precio estándar sea el de la madera certificada. El resto tendrá penalizaciones

Los dos sellos más conocidos, FSC y PEFC, están plenamente integrados en el día a día del sector forestal gallego, pero queda aún un largo trabajo para que la comprensión de lo que representa la certificación llegue a todos los propietarios. Hablamos con el Grupo de Certificación Forestal Alvariza, que aglutina a pequeños propietarios gallegos, para explicar cómo es el proceso de certificación y sus beneficios para el silvicultor.

Precio mayor
El beneficio más evidente del proceso de certificación de un monte es la venta de la madera a un precio mayor. En eucalipto para pasta de papel, la doble certificación PEFC y FSC implica precios a mayores para el propietario de hasta 3 euros por tonelada sobre el valor del mercado, según las tarifas vigentes de Ence y de otras industrias. En madera para tablero (eucalipto o pino), se está pagando entre 1 y 2 euros más por tonelada.

Madera certificada, en cargadero a pie de monte.

Madera certificada, en cargadero a pie de monte.

La tendencia apunta a que el precio estándar de mercado sea el de la madera certificada. Si hace unos años se hablaba de las primas por disponer de los sellos FSC o PEFC, en la actualidad hay que hablar más bien de penalizaciones en el precio en el caso de montes no certificados.

«Lo habitual es que la persona o empresa que compra la madera le indique al propietario que el precio que se le oferta es para madera certificada», explica Manuel Beiro, de Asefor, la empresa de ingeniería forestal que gestiona el Grupo de Certificación Alvariza.

En montes que no estaban previamente certificados, la certificación puede hacerse antes de la tala con unos trámites sencillos.

Documento de gestión forestal
«Cuando nos encargamos nosotros del proceso, hablamos con el propietario, visitamos las parcelas a certificar y le explicamos las ventajas que va a tener con la certificación. El trabajo, en nuestro caso, incluye la elaboración de un documento de gestión para el propietario, a efectos de que cuente con una guía que oriente su trabajo (talas, plantaciones, desbroces, etc.)», destaca Manuel Beiro.

«Le entregamos al propietario un documento de gestión, con la cartografía de sus fincas, para orientar su trabajo»

«El plan incorpora además la cartografía de sus parcelas, señalando las afecciones que tienen en cada caso (Augas de Galicia, Patrimonio, Rede Natura, Tecor, etc.), de forma que la persona tenga unificada toda la información que precisa de sus fincas», señalan desde Alvariza.

Otra de las ventajas del documento de gestión es que le permite al propietario anticiparse a las exigencias legales al respecto. Desde mayo del 2020, en Galicia no se podrán hacer talas en parcelas que no cuenten con un plan de ordenación o que no se adhieran a uno de los modelos silvícolas de referencia.

Asesoramiento
Las ventajas de la certificación se completan con el asesoramiento que se le presta al silvicultor. «Queremos que el propietario forestal sienta que forma parte de un sistema», subraya Manuel Beiro.

«La certificación es una herramienta para que personas que heredaron una pequeña propiedad hagan gestión forestal»

«El Grupo de Certificación Forestal le permite tener un asesoramiento básico en cuestiones como cumplimiento de la legislación (distancias, especies permitidas, manejo, etc.) o ayudas a las que puede acceder. Es un primer paso para que personas que heredaron una propiedad o que la tenían descuidada dispongan de herramientas para hacer una gestión forestal».

El proceso de certificación en los sellos FSC o PEFC implica un compromiso de permanencia de 5 años. «En general, la gente valora el sistema de manera positiva, ya que tiene unos beneficios claros y el coste de la certificación se paga en el momento de la tala, compensando ampliamente el gasto con el precio que se cobra a mayores», destacan desde Alvariza.

Asefor, siete años de experiencia en la certificación

Asefor es una empresa de ingeniería forestal que comenzó con la certificación forestal hace siete años. Desde hace cuatro años, gestiona el Grupo de Certificación Alvariza, acercando la certificación a los pequeños propietarios forestales y comunidades de montes vecinales.

«Uno de los requisitos del proceso es el respeto de las leyes relativas a los recursos forestales»

«Son muchos los retos a los que se enfrenta la gente del rural en Galicia, pero a través de la certificación forestal se avanza en su conocimiento del sector y se les permite estar a la altura de las demandas del mercado mundial de productos forestales», destaca Manuel Beiro.

«Es también a través de la certificación forestal y de la metodología de trabajo de Asefor cómo se crea un canal para divulgar entre los propietarios la normativa que le afecta al monte gallego. Conviene recordar que uno de los requisitos que implican las normas de certificación es el de respetar las leyes relativas a la gestión de los montes y de los recursos forestales».

Manuel Beiro.

Manuel Beiro.

Esa mejora de la gestión que implica la certificación es además primada por la Administración Forestal a través de una mayor puntuación en las solicitudes de ayudas ligadas a la actividad forestal.

Proceso de certificación
El proceso de acceso a la certificación es sencillo y rápido. A partir de una solicitud previa, el equipo técnico de Asefor le ofrece una formación a la persona solicitante sobre los aspectos más importantes de la certificación y elabora toda la documentación necesaria, para lo cual estudia las características y usos de sus montes.

Los sellos FSC y PEFC en el día a día

El trabajo de certificación en el monte se plasma en última instancia en multitud de productos que tienen la madera como materia prima. Los sellos PEFC o FSC pueden verse diariamente en productos como los tetra-bricks de la nevera, paquetes de folios o muebles y material de construcción.

«El futuro de los bosques está en las manos de aquellos que los gestionan y viven relacionados con el medio natural y rural. La certificación le aporta valor añadido a los productos forestales y le acerca a los propietarios conocimiento para la gestión de sus montes» -concluyen desde Alvariza-. «Esos beneficios repercutirán en un mejor futuro para los recursos y para la vida de las personas».

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