El maíz, tanto para forraje como para grano, es uno los principales cultivos para alimentación animal y humana. Albert Porte-Laborde, experto internacional en este cultivo, abordó en las III Jornadas del Rural Gallego desde Curtis como identificar visualmente sus carencias nutricionales.
Como punto de partida, Albert Porte destacó que es necesario mediante el abonado reestablecer los nutrientes de los suelos, calculando los que va a extraer el cultivo según los objetivos de rendimiento y los nutrientes que se van a perder por diversas vías.
En el caso concreto del maíz recordó que sus principales requerimientos son:
-El PH del suelo puede ser flexible, de 4.5 a 8, aunque lo ideal es que el PH de la parcela se sitúe entre 5.5 a 6.5.
-El nitrógeno el maíz lo utiliza tarde, por lo que se debe asegurar que esté disponible para la planta en su fase de mayor desarrollo. De hecho, el 85% del Nitrógeo el maíz lo utiliza entre el estado de 10 hojas emergidas y el de espiga con grano lechoso. Solamente un 2% lo utiliza en sus primeras fases de desarrollo y el 13% restante lo extrae en la fase final, desde el grano lechoso hasta grano pastoso.
-El fósforo (P): raramente resulta problemático. La forma soluble en agua es deseable en siembra.
-El potasio (K): está presente en el aparato vegetativo. Debe de estar disponible desde el estado de 10 hojas a la floración
-Oligoelementos: se debe evitar las carencias. Los más simples y los más baratos son los más eficientes. Se debe reaccionar temprano, antes de las carencias de zinc o magnesio. Aportar en pulverización sólo los productos simples, no oligo-elementos en mezcla.
-En cuanto a los activadores de crecimiento, acidos húmicos, complejos nutritivos foliares, Albert Porte Laborde se muestra escéptico sobre su eficacia.
Síntomas visuales de las principales carencias nutricionales en maíz:
Nitrógeno:
Fósforo:
Potasio:
Zinc:
Magnesio:
Manganeso