Xirpín: recuperando la tradición vinícola del Barbanza

Antonio Saborido está recuperando los viñedos de Boiro, dentro de la Indicación Geográfica Protegida “Barbanza e Iria”. “Tenemos tanta o más tradición vitivinícola que en O Salnés, sólo que aquí se abandonó en favor del marisco”, asegura. Su marca, Xirpín, acaba de sumar nuevos vinos en el mercado

Publicidade
Xirpín: recuperando la tradición vinícola del Barbanza

Antonio Saborido en su viña de O Xirpín, con cepas demás de 200 años de la variedad Blanco Legítimo

“En Boiro, y en general en los ayuntamientos del sur del Barbanza, tenemos tanta o más tradición vitivinícola que en O Salnés, somos el centro de las Rías Baixas, sólo aquí los viñedos se abandonaron a favor del marisqueo y de la pesca”.

Quien así habla es Antonio Saborido, viticultor y bodeguero de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Vinos de Barbanza e Iria, que echó a andar en el 2007 y que ampara los vinos producidos en la ladera sur, la más soleada, de la península barbanzana y de la desembocadura del Sar.

“En esta zona siempre hubo tradición de viticultura, en pequeños viñedos que también se aprovechaban para la agricultura, plantando entre las parras de cepas cultivos como patatas, guisantes o habas. De hecho en los años 30 y 40 del siglo pasado había bastantes bodegas en Boiro y en A Pobra que suministraban vino a Santiago, Muros, Noia, Ribeira o Portosín, e incluso en la playa de Carregueiros se cargaban cubas de vino en barcos para Cambados”, explica.

Una tradición vitícola que se fue perdiendo debido al abandono de los viñedos en favor de otras actividades económicas y que Antonio, junto a otros viticultores, se propuso recuperar, impulsando la IGP Vinos de Barbanza e Iria.

Hoy este viticultor cuenta desde 2005 con una moderna bodega y cultiva en la parroquia del Castro alrededor de una hectárea de viñedos, repartidos en 12 parcelas, la mayoría pequeños viñedos de la familia que él se empeñó en preservar, además de una moderna plantación en espaldera de unos 4.000 metros cuadrados.

“Las variedades autóctonas gallegas se expresan aquí de forma diferente”

Se trata de viñedos en algunos casos situados al lado del mar, y es precisamente la conjunción entre la influencia de las brisas marinas, las variedades autóctonas y el sistema de conducción tradicional -en parras que no superan los 1,20 metros de altura- lo que hace que estos vinos sean únicos, expresando un terroir auténticamente atlántico.

Las variedades blancas que cultiva son en un 60% Albariño, “de cepas de alrededor de cien años -precisa- y de un clon propio que da racimos más pequeños”, y en un 40% Blanco Legítimo, o Raposo, como se conoce en esa zona, y unas pocas cepas de Godello. En tintas, los viñedos de Antonio Saborido tienen un 50% de Caíño Tinto, o Cachiño como dicen aquí, y un 40% de Mencía, y unas pocas cepas de Sousón.

El terroir de esta zona le imprime una expresión propia a estas variedades. Así, según este viticultor “el Caíño tiene menos acidez, menos ácido málico y es más dulce y la Mencía se expresa de manera muy diferente a en el interior de Galicia, pues es mucho más suave y no pasa de los 12 grados de alcohol”.

“Las variedades que mejor se comportan aquí a nivel de producción y de resistencia a enfermedades fúngicas son el Caíño, el Sousón y el Raposo o Blanco Legítimo”, añade Antonio.

Cepas de Raposo/Blanco Legítimo de más de 200 años

Precisamente es la variedad Raposo el emblema de esta bodega y también de los vinos de A Barbanza, con cepas en algunos de los viñedos de Antonio Saborido de más de 200 años; es decir, de antes de la llegada de la Phylloxera a Galicia.

“Son cepas que están en suelos muy arenosos y al lado del mar, y por eso la Phylloxera no entró, que se aprovecharon para recuperar el Blanco Legítimo en Galicia, a través de la Evega”, explica.

Se trata de una variedad de ciclo más corto que el Albariño, que se vendimia entre finales de agosto y el 15 de septiembre, que puede conseguir hasta los 14 grados de alcohol y se sitúa de media en un 6,5 de acidez. Además, tiene la ventaja de que es más resistente a los ataques del Mildiu y del Oidío, aunque sí es sensible a la Botritis, especialmente en la primera quincena de septiembre.

Todas estas características, junto al hecho de ser una variedad histórica de A Barbanza, hacen que para Antonio Saborido “el Blanco Legítimo tenga mucho potencial para lograr unos vinos que sean apreciados”.

Xirpín: la marca de Antonio Saborido apuesta por los monovarietales

Actualmente este viticultor comercializa sus vinos, elaborados tanto con producción propia como comprada a vecinos de la zona, bajo la marca genérica Xirpín y una dorna como logo de la bodega.

“Xirpín es la parcela donde se conservan las cepas de Raposo de más de 200 años y la dorna es un homenaje a mi pasado marinero, porque trabajé la mayor parte de mi vida como capitán de pesca hasta que una enfermedad me obligó a volver a la tierra, y fue entonces cuando decidí cuidar las viñas de mis padres”, explica Antonio Saborido.

En total comercializa unas 10.000 botellas de blanco y alrededor de 9.000 de tinto, aunque la cifra varía según acompañe el tiempo a la viticultura en la zona. Empezó en el mercado con dos marcas: Xirpín Blanco, con un 60% de Albariño y un 40% de Blanco Legítimo y Xirpín Tinto, con un 60% de Mencía y 40% de Caiño Tinto.

Pero este año pasado decidió diversificar apostando por los vinos monovarietales. Así, quitó al comprado 1.300 botellas numeradas del Raposo de Xirpín, un homenaje la esta variedad emblemática; 1000 botellas Xirpín Albariño, elaborado a partir cepas viejas; y en tintos, apostó por Menudo, 1.300 botellas a partir de uva 100% Caiño y Ordeño, un monovarietal de uva Mencía.

“El mercado está respondiendo bien a esta apuesta, y sobre todo el Miúdo y O Raposo de Xirpín están teniendo muy buena acogida”, destaca Antonio.

El mercado de los vinos de esta bodega es principalmente de cercanías, en Boiro, Cabo de Cruz y A Pobra do Caramiñal, pero también están empezando a comercializarse en tiendas especializadas, como Vide Vide!, en Santiago de Compostela, que el pasado jueves acogió la presentación de los vinos de Antonio Saborido.

xirpin_06

Antonio Saborido presentando sus vinos en Santiago en el Vide Vide!

El futuro: relevo generacional y plantaciones modernas

En cuanto al futuro de esta bodega, una de las tres que hay en la IGP Vinos Barbanza e Iria, pasa por el relieve generacional y por una modernización de los viñedos. Sobre el primero, su hija Nuria está cursando estudios de viticultura y enología en el CIFP A Granxa, en Pontearas, y su intención es tomar el relevo en la bodega familiar.

En cuanto a la modernización de los viñedos, Antonio Saborido la considera “imprescindible para que se incorpore la gente joven. “Sería necesario hacer plantaciones modernas en espaldera, de mayor tamaño, que faciliten el trabajo y reduzcan los costes de producción”, subraya. En este sentido, informa de que en su caso están en conversaciones con las comunidades de montes vecinales de la zona para poder realizar una plantación de dos o tres hectáreas.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información