A Veiga, un municipio que procura en el monte una oportunidad de futuro

A Veiga quiere dar un impulso a su sector forestal, por lo que valora promover iniciativas como la producción de carbón vegetal con rebollos. El alcalde del municipio, Juan Anta, detalla algunas de las propuestas que están estudiando

A Veiga, un municipio que procura en el monte una oportunidad de futuro

Vista de los montes de A Veiga, donde predomina el bosque autóctono y las plantaciones de pino.

Con sus 290 kilómetros cuadrados, A Veiga, en la comarca de Valdeorras, es el municipio con mayor superficie de la provincia de Ourense. Buena parte de esta extensión es monte, por lo que para la administración local, el forestal es un sector en el que procurar oportunidades. En los últimos años están valorando la puesta en marcha de iniciativas en este campo que ofrezcan una alternativa a los vecinos. Algunas de las propuestas que estudian son novedosas en esta zona, como es el caso de la producción de carbón vegetal con rebollos, una especie habitual en esta comarca similar al roble.

Como buena parte de Galicia, A Veiga lleva tiempo sufriendo la despoblación y el envejecimiento de los territorios rurales, pasando de los casi 1.450 vecinos en el año 2000 a apenas superar los 900 en el 2017. Por eso, Juan Anta, alcalde desde el 2015, apunta a que «es preciso ordenar el territorio, vertebrarlo y ponerlo en valor». Ese fue el punto de partida y el motivo por el que encargaron un estudio, hace alrededor de ocho meses, a la Universidad de Santiago para evaluar sus montes y con el que detectar sus potencialidades.

Predominan los robles

Alrededor de 10.000 hectáreas de robles y unas 3.000 hectáreas de pino conforman el bosque predominante en este municipio ourensano. Sin embargo, A Veiga apenas cuenta en la actualidad con actividad en el campo forestal. Una de las alternativas que valoran, presentadas en un estudio realizado por la empresa Asefor, contempla la producción de carbón vegetal a base de madera de rebollo. «Es una actividad novedosa para A Veiga pero que está siendo rentable en otros países», indica Anta.

«Cada iniciativa hay que estudiarla en el territorio sin pretender homogeneizar el rural gallego», Juan Anta

La producción de carbón fue también una actividad con una honda tradición en otras zonas de Galicia, sobre todo en la provincia de Lugo. Enfocados durante años en abastecer la demanda de los herreros, los carboneros fueron cada vez yendo a menos. Sin embargo, en A Veiga, lejos de este enfoque, proponen una producción de carbón vegetal centrada en las demandas actuales.

«Es una opción más. Ahora estamos viendo si hay algún vecino al que pueda interesarle apostar por ella para comenzar a valorarla de una manera más detallada», comenta Anta, que por ahora no baraja una estimación de los puestos de trabajo que podría conllevar esta propuesta. «Cada iniciativa hay que estudiarla y analizarla en el territorio, lo que funciona en un sitio no tiene porque ser la alternativa idónea para otros. Lo que no se puede es homogeneizar el rural gallego», afirma.

Gestionar el monte

Junto con los robles, los pinos son otros de los árboles predominantes.»Las plantaciones de pino son muy antiguas y parte de nuestros esfuerzos se centran en buscar opciones con las que mejorar su productividad», incide Anta. La mayor parte de estas plantaciones están asentadas en montes vecinales y gestionadas por comunidades en mancomún.

«Hay un trabajo muy importante por hacer con estos montes vecinales para que sean una alternativa rentable para los vecinos. Los beneficios del monte tienen que revertir en los vecinos que viven aquí, los están trabajando y apuestan por ellos. Los montes vecinales en mancomún tienen que generar mucha más riqueza de la que producen hoy», reivindica. A Veiga cuenta con 20 comunidades de montes vecinales que gestionan cerca del 53% de la superficie del ayuntamiento, alrededor de unas 15.400 hectáreas., destinada tanto para usos forestales como para un aprovechamiento ganadero.

Más del 50% de la superficie del ayuntamiento está gestionada por comunidades de montes vecinales

En este último año surgieron en A Veiga dos empresas centradas en la gestión y desbroce del monte que Anta ve como una oportunidad en el camino de hacer de estos montes vecinales un espacio más productivo. «Estas dos empresas van a intentar gestionar el monte vecinal», comenta Anta. Con estos montes de mancomún, desde el Concello buscan una colaboración para «que no sólo se trate de vender o malvender unos pinos, sino que se gestione el monte para que realmente se pague un precio adecuado por esa madera y el dinero del monte quede en el territorio», reafirma Anta.

Además, desde la administración local, también están procurando generar nueva actividad en el sector agroforestal mediante los talleres locales con empresas de este sector, de manera que puedan optar a ayudas supeditadas a la contratación de personal. También contemplan bonificaciones en las tasas de los autónomos.

Oportunidades con nuevas plantaciones

A la par de las plantaciones actuales, otra de las oportunidades en el ámbito forestal que valoran desde el Concello se centra en nuevas plantaciones, en un proyecto que están estudiando con el grupo empresarial ourensano Coren. Aunque por el momento no está concretado, entre las opciones que barajan figuran plantaciones de olivos o castaños, cuyos detalles cerrarán en los próximos meses.

Esta Navidad, la decoración fue elaborada con madera.

Esta Navidad, la decoración fue elaborada con madera.

Otro de los proyectos para el aprovechamiento del monte es la micología y la producción de frutos silvestres.

Mientras estudian estas alternativas para su sector forestal, también reivindican de manera simbólica la importancia de sus montes y de su madera con iniciativas divulgativas y lúdicas. Una de las últimas fue el empleo de adornos de Navidad elaborados con madera, que conformaron la decoración de las calles de la villa en la pasada campaña.

Plantaciones específicas para la producción de miel

En los próximos meses, el Concello acometerá plantaciones específicas centradas en favorecer la producción de miel en estos montes. En concreto, contemplan plantar tanto arbustos como árboles autóctonos melíferos en los colmenares de los productores del municipio. «Aún está por concretar pero, barajamos realizar plantaciones de especies como arraclán, romero o lavanda entre otras», explica Raquel Rodríguez, ingeniera agrícola municipal, encargada del asesoramiento a los ganaderos y productores. Por el momento, las plantaciones se realizarán en unas cerca de 40 fincas de distintas dimensiones, que serán determinantes a la hora de plantar unas u otras especies.

Miel de Trevinca.

Miel de Trevinca.

La producción de miel fue el primer proyecto que impulsaron desde el Concello y con el que están obteniendo ya resultados. Así, en un municipio en el que no quedaban casi apicultores se pasó a que, en apenas dos años, se contabilicen ya 18 productores que lograron una producción en el 2018 de 10.000 kilos.

Se trata de un proyecto respaldado y tutelado por el Concello que, a la par de la formación, también se encargó de las infraestructuras para sacar adelante esta iniciativa. «Somos de los ayuntamientos que más apuesta por la formación. Sólo en el último año se impartieron 18 cursos formativos, buena parte de ellos centrados en la apicultura», recuerda Anta. El Centro Apícola de Prada, con una inversión de 135.000 euros aportados por la Consellería de Medio Rural y la Diputación de Ourense, es uno de los espacios creados para los apicultores donde extraen, almacenan y etiquetan su propia miel bajo la marca Miel Montaña de Trevinca.

En solo dos años, a Veiga pasó a contar con 18 apicultores que comercializan la miel baja una marca propia de A Veiga

Otra de las instalaciones municipales destinadas tanto al sector apícola como a cualquier productor de la zona es el Centro de Comercialización, un espacio de venta directa «para evitar que los productores pierdan beneficios por los intermediarios», concreta Anta. Este centro supuso una inversión de 98.000 euros financiada por la Dirección General de Comercio de la Xunta de Galicia y el Concello. «Todo esto permite poner en valor la producción. Se pasó de vender la miel a granel a 3 euros, a comercializarla etiquetada a un precio de entre 8 y 10 euros», concreta Anta.

Centro de comercialización de produtos agroforestais.

Centro de comercialización de produtos agroforestais.

Además de las infraestructuras, a los apicultores les subvencionan, con fondos municipales, todo el procedimiento de producción, desde las colmenas iniciales, los botes o la formación para comercializar la miel baja la marca que es propiedad del Concello.

Combatir los incendios

La limpieza del monte es otro de los aspectos en el punto de mira de la administración local con el fin de reducir el riesgo de incendios. «Con la superficie que tenemos en A Veiga no es asumible desbrozar y mantener limpio todo
el monte si no le damos valor y lo hacemos rentable», reafirma el alcalde. Sin embargo pese a que están realizando desbroces, en la mayoría de los casos en colaboración con los ganaderos y productores de la zona para favorecer su actividad, también llevan a cabo una campaña para que los particulares mantengan limpias las zonas de mayor riesgo de incendio.

«La lucha contra los incendios es una labor que tenemos que hacer entre todos, tenemos que implicar a todos los vecinos», apunta Anta. En el último año enviaron más de 300 notificaciones para que los propietarios mantuvieran limpias fincas para reducir el riesgo de incendios. En los último seis años, A Veiga, fue uno de los ayuntamientos de la provincia con menor incidencia del fuego.

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