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Unións Agrarias advierte de un incremento de robos que se está dando en el rural gallego, coincidiendo con la limitación de movimientos derivados del Estado de alarma. Se trata de delitos que tienen por objetivo los establos y alpendres que se encuentran a cierta distancia de los núcleos habitados, por lo que la ausencia de vecinos cerca facilita la comisión del delito.
La organización agraria apunta que está recibiendo en su red de oficinas constantes quejas por parte de los afiliados por los recurrentes robos de aperos y ganado en algunas aldeas y pueblos. Así, en Avión (Ourense) se produjo el robo de un toro y varias vacas en días pasados, mientras que en Lalín también se denunciaba el robo de colmenas y corderos a varios vecinos, como recogía la prensa local.
Los pastores eléctricos o las placas fotovoltaicas están siendo algunos de los objetos más substraídos. También se están dando casos donde los ladrones llevan todos aquellos aperos que encuentran, incluso aunque sólo sirvan para comercializar como chatarra. «La menor presencia de personas en el espacio público provoca que los delincuente se sientan más seguros en sus actividades ilegales por la falta de testigos o denuncias», apuntan desde Unións.
Reforzar la seguridad en el rural
Unións Agrarias se dirigió al delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, con el objetivo de que se refuercen las patrullas rurales y se adapten los protocolos de protección a la situación actual de confinamiento. La entidad agraria mostró su apoyo al trabajo y dedicación que la Guardia Civil y la Policía están realizando en estos momentos, pero al mismo tiempo pide mayor vigilancia en pueblos y aldeas para evitar que los agricultores y ganaderos pierdan maquinaria, cosechas o animales, teniendo en cuenta la situación económica en la que se encuentran.
Solicitan incrementar la intensidad en la vigilancia y seguridad del rural para frenar dentro de lo posible los robos e impedir que lleguen al mercado negro las cosechas y las piezas de la maquinaria substraída y luego desguazada, así como modificar las penas por reincidencia en el Código Penitenciario y que se realice una valoración del daño que produce el robo en la actividad diaria de las explotaciones.
Por otra parte, y dado el promedio de edad alta de los habitantes del rural, apuntan que una mayor presencia de agentes del orden ayudaría a generar un clima de mayor tranquilidad y menor vulnerabilidad entre los vecinos.
