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Este sábado se celebra en la Granxa Maruxa, en Monterroso (Lugo), el II Festival Agrogay da Ulloa, una iniciativa que tiene como objetivo mostrar un rural gallego diverso, afectivo y sexualmente, y dar valor a otros principios como la sostenibilidad, el respecto al patrimonio material e inmaterial, y el ecologismo. Entrevistamos a los organizadores de este festival.
¿Por qué nace el Festival “Son Agrogay”?
Por la necesidad de visibilizar un rural diverso sexual y afectivamente y respetuoso con el medio ambiente. También para agradecerle al campo todo lo que nos da sin pedirnos nada a cambio.
¿Cual fue el motivo por el que elegisteis un ayuntamiento eminentemente rural y ganadero como el de Monterroso?
La comarca de la Ulloa es un sitio muy especial, y que sea el centro de Galicia implica una energía telúrica especial, además de la comodidad que implica vivir en el centro de la Comunidad Gallega.
¿Sigue resultando difícil ser gay o LGBT en el rural, y en Galicia en particular, y, sobre todo, visibilizarlo?
No, por supuesto que no. Lo complicado es llegar a quererse y a respetarse individualmente. Cuando consigues esto, eres respetado en cualquier medio.
Hasta hace poco ser gay en el pueblo en el que naciste era más problemático que venir de fuera y asentarse en el rural. ¿Sigue siendo así?
Esto dependerá del entorno familiar y cultural del que cada uno provenga. Depende de cada uno de nosotros enfrentarse a esto.
El pasado año hubo una manifestación en Valladolid con motivo del Orgullo LGBT y el lema era «Queremos quedarnos en el rural». ¿La homofobia y/o las dificultades siguen provocando el éxodo de los gays del medio rural en el que nacieron?
El éxodo rural no depende de la sexualidad de las personas, sino de la mala gestión administrativa, que no hace posible que habitemos en un medio apto para vivir teniendo la profesión que tengas, o la sexualidad que tengas.
Dentro del programa de actividades de la II Edición del Son Agrogay figura la construcción colectiva de una agenda LGTBIQ para el rural. ¿Cuáles serían los principales puntos de esta agenda en vuestra opinión?
La implicación de la administración pública para que sea posible un rural diverso, afectiva y culturalmente hablando; volver a las costumbres que por siglos funcionaron en el medio rural y que se están dejando de hacer, como son la ayuda mutua, el folclore, la autogestión … etc.
«Tenemos que volver a costumbres del rural como la ayuda mutua o la autogestión»
Ser joven, gay y decidir vivir en lo rural y de la agricultura requiere fortaleza y convicción. ¿Qué os llevó a tomar esta decisión?
Nos llevó a tomar esta decisión el amor profundo por la naturaleza y por nuestras costumbres. Los planes de futuro siempre son inciertos, pero en el rural se llevan mejor. Tienes muchos seres a los que preguntarle: árboles, musgo, piedra … todos tienen respuestas.
Estos días se suceden las protestas de las explotaciones lácteas, uno de los pilares del mundo rural gallego.¿ Cómo valoráis la situación actual del agro gallego y hacia donde debería ir su futuro?
La política de este país funciona realmente mal, no sólo en el lácteo, sino en cualquier cosa que afecte a las pequeñas empresas. Tenemos que ser fuertes y luchar por lo nuestro. Hay que dejar de confiar en políticos que sólo creen en el amor por el dinero. («Nao me amarra dinheiro nao, so fermosura, dinheiro nao», Caetano Veloso).
¿Que le recomendaríais a un/a joven, LGBT o no, que decida vivir en el rural gallego y de la agricultura?
Que se muestre tal y como es, que respete al medio y que se esfuerce por mejorarlo, participando junto a los vecinos de manera colectiva en las labores rurales (limpiando caminos, fuentes olvidadas, montes comunales, etc.). Y, por supuesto, que venga al Festival.
