Español
El mercado lácteo mantuvo en el primer semestre del año una línea de estabilidad en toda Europa, con una producción contenida y unos precios de la leche en el campo que experimentaron un leve descenso estacional en primavera. Las perspectivas para próximos meses apuntan a ligeros incrementos de la producción y a una al menos leve recuperación de precios en el campo. En el mercado de productos lácteos industriales, destaca la buena evolución de las exportaciones europeas, especialmente en leche en polvo.
Europa comenzó el 2019 con una ligera bajada de producción en relación al mismo periodo del año anterior, cerrando el primer trimestre con un -0,1% de entregas de leche. Similar situación se produjo en España, si bien en abril la producción acumulada en el conjunto del Estado ya superaba a la del mismo periodo del año anterior. Distinto es el caso de Galicia, donde las entregas este año fueron creciendo todos los meses.
Las exportaciones europeas aumentaron un 2% en volumen y un 7% en valor en los primeros meses del año
La primera consecuencia en Europa de la estabilidad de la producción fue la continuación de unos precios de la leche en el campo que aguantaron sin grandes sobresaltos hasta la tradicional bajada estacional en primavera. En Europa, el precio bajó de media en primavera desde los 35 céntimos de inicios de enero hasta los 34,11 de mayo, según los cálculos del Observatorio del Sector Lácteo; en tanto en España la bajada hasta abril fue de -0,4 céntimos, pasando de 33 a 32,6 céntimos litro; y en Galicia de -0,2, quedándose en abril en 31,5 céntimos.
Como es habitual, Galicia está a la cola de precios de España y si se compara la situación de las explotaciones gallegas con la de las comunidades vecinas, el precio en la comunidad está 1,2 céntimos por debajo del castellano y 3,4 céntimos por debajo del asturiano. En Galicia no son previsibles muchos cambios en los próximos meses, pues una parte de la leche está contratado en la comunidad a precio fijo para todo el año, otra parte está referenciada a la evolución del precio medio en Galicia -con lo cual mantendrá una estabilidad similar-, y sí habrá mayores cambios entre los primeros compradores y en los contratos que tienen parte de la leche referenciada a productos lácteos industriales.
Perspectivas en Europa
Las perspectivas que se manejan en el mercado para Europa es que en los próximos meses haya una ligera recuperación de la producción, salvo imprevistos meteorológicos que afecten al sector, y una mejora de los precios de la leche en el campo.
El buen comportamiento del mercado de productos lácteos industriales avala esas expectativas. Entre enero y abril, Europa exportó un 3% más de quesos, una gama de producto que representa el 40% de las exportaciones en valor; y disparó las ventas al exterior de leche en polvo desnatada un 34%, en buena medida por los aumentos de ventas a China e Indonesia.
La leche en polvo desnatada, que había llegado a estar en el segundo semestre del año pasado en el entorno de los 1.500 euros por tonelada, se sitúa ahora en los 2.050 euros por tonelada, con la buena noticia además de la venta total al mercado de los stocks comunitarios de leche en polvo intervenida en los últimos años.
La mantequilla, por el contrario, experimenta en los últimos meses un descenso progresivo de cotizaciones, pero se mantiene por encima de los 4.000 euros por tonelada, en cotizaciones que siguen siendo históricas.
Si bien la mantequilla redujo levemente sus exportaciones y otras líneas como el suero en polvo y la leche en polvo entera también evolucionan a la baja en las ventas internacionales, las exportaciones europeas en leche equivalente crecieron en conjunto un 2% en volumen y un 7% en valor en los primeros meses del año.
El buen comportamiento de Europa en el mercado internacional se liga también a la apreciación del dólar frente al euro, lo que hace que la UE tenga en la actualidad los precios más competitivos entre los grandes productores lácteos mundiales. Hay que tener en cuenta además los descensos de producción en los últimos meses en Australia y Nueva Zelanda, afectada por la sequía, así como el estancamiento de la producción en Estados Unidos.
