«Si el rural no produce, la ciudad no come!!

Cientos de productores convocados por Unións Agrarias se manifestaron este miércoles por las calles de A Coruña para reivindicar precios justos para la leche o la carne

«Si el rural no produce, la ciudad no come!!

Cientos de ganaderos y ganaderas -unos 300 según la Policía Local- se manifestaron este mediodía por las calles de A Coruña en demanda de precios justos para los productos del campo. La protesta que se inició hay semanas en el sur de España, la raíz de los bajos precios de la aceituna, llega de este modo a Galicia.

La movilización, que discurrió sin tractores y de forma pacífica bajo el lema «Por nuestro trabajo, por nuestros productos, precios justos!!» fue convocada por el sindicato Unións Agrarias-UPA, mientras que las que se celebran en el resto del Estado son más unitarias, al contar también con el apoyo de la COAG, ASAJA y de las cooperativas.

En el caso gallego, las principales reclamaciones pasan sobre todo porque la distribución deje de utilizar la leche y la carne como producto reclamo, con precios por debajo de coste.

En este sentido, el portavoz de Unións Agrarias, Roberto García, pidió la colaboración de los consumidores para evitar respaldar este tipo de promociones que arruinan a los productores. Además, reclamó la creación de una mesa de negociación con la Xunta la próxima semana porque «Galicia tiene competencias exclusivas en la materia, y en esta mesa se pueden determinar los costEs de producción específicos de nuestra comunidad».

«Los ganaderos se ven forzados por industrias e intermediarios a vender leche y carne sin cubrir costes, a precios estancados desde hace años. El rural se ahoga, y Xunta de Galicia y Gobierno central deben actuar ya para evitarlo. Está en juego el modo de vida y el futuro de muchas familias», subrayó el secretario general de Unións Agrarias.

#AgricultoresAlLímite #GanaderosAlLímite

Las 10 reclamaciones de Unións Agrarias para los ganaderos y agricultores gallegos:

1. Falta de precios justos: los agricultores y ganaderos no obtienen un precio justo por sus productos que les permita conseguir una mínima rentabilidad. El motivo: el desequilibrio de la cadena agroalimentaria, que provoca que las grandes distribuidoras y las industrias sean pocas y poderosas, y los agricultores muchos y débiles.

2. Subida de los costes de producción: la subida de los costes de producción de todo tipo se convierte en un enorme problema para agricultores y ganaderos, que no tienen capacidad de trasladar ese incremento al precio de sus productos y se ven obligados a vender por debajo de costes. Una situación que ahoga a los productores de manera sangrante, hundiendo sus posibilidades de futuro y abocando al cierre de muchas explotaciones.

3. Recorte de las ayudas: las ayudas de Europa, e incluso las del gobierno central y las de las Comunidades Autónomas, llevan años sufriendo recortes. En este momento la situación de fragilidad es tal que obliga a destinar más fondos para apoyar a un sector estratégico y clave para lo futuro de la sociedad.

4. Barreras comerciales: la imposición de barreras comerciales como lo veto ruso, el Brexit o los aranceles de Trump al vino, a las olivas y al aceite son un grave problema. La balanza comercial se resiente y la economía de los agricultores y ganaderos más.

5. Empoderamiento de los agricultores y ganaderos: somos un actor clave en el futuro de la sociedad, pero no somos valorados cómo tal. Sin las personas que cada día trabajan en nuestro medio rural avanzará la despoblación, y es preciso que el conjunto de la sociedad comprenda y valore ese papel.

6. Reto climático: los agricultores y ganaderos están aprovechando las protestas para defender su papel en relación al reto climático. La capacidad de la agricultora y de la ganadería para gestionar el entorno de manera eficiente es indiscutible. Sin estas actividades tendríamos una naturaleza más asilvestrada y descontrolada y, por ende, un mayor riesgo de incendios forestales y desertificación.

7. Control de la fauna salvaje: la convivencia entre la agricultora, la ganadería y la fauna salvaje debe ser controlada y regulada para que sea viable. No es conveniente confundir protección de la naturaleza con un silvestrismo mal entendido. La mejor manera de proteger a las especies salvajes es regulando sus poblaciones y permitiendo una convivencia real y armónica entre éstas y el ser humano. Agricultores y ganaderos no pueden seguir cargando con las consecuencias de una mala gestión, por lo que las administración deben ser conscientes de la problemática y tomar partido.

8. Reglamentación de ciclos cortos de comercialización, productos de cercanías y etiquetado en origen: las leyes deben dar respuesta a los problemas de la ciudadanía, no generar más perjuicios de los que resuelven. Urge un cambio legislativo para permitir que agricultores y ganaderos puedan realizar una venta directa de sus productos. En materia de etiquetado, urge imponer la obligatoriedad de reconocer el origen de todos los alimentos en su correspondiente etiqueta.

9. Freno a la especulación con productos agrarios: mientras la rentabilidad de la agricultura está bajo mínimos, siguen produciéndose prácticas comerciales abusivas y desleales. Los intermediarios deben ser conscientes de su papel en la cadena agroalimentaria, y la Ley de Cadena Alimentaria debe cambiar y hacerse más exigente para frenar los abusos.

10. Reivindicación del papel vertebrador de la agricultura y de la ganadería frente a la despoblación, a los problemas ambientales y territoriales: la preocupación de la opinión pública sobre el problema demográfico y la despoblación crece día a día. El debate sobre la España Vaciada ha conseguido saltar los primeros niveles. Sin embargo, en ese debate agricultores y ganaderos deben cobrar un mayor protagonismo. Porque sin ellos no habrá futuro para el medio rural.

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