Se prevé una menor producción de Faba de Lourenzá pero de mejor calidad

Con los retos de la profesionalización, la apuesta por la calidad y trazabilidad del producto y la estabilidad de los precios, los 40 productores incluidos en la IGP inician una campaña en la que esperan comercializar más de 12 toneladas de haba certificada

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José Cuadrado, nas instalacións da cooperativa Terras da Mariña

José Cuadrado, nas instalacións da cooperativa Terras da Mariña

Los productores de Faba de Lourenzá de la comarca de A Mariña están iniciando la campaña de recogida con unas previsiones de menor producción con respecto a 2018 pero de una calidad excelente. José Cuadrado Oural, Pepe, presidente del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida y de la cooperativa Terras da Mariña, estima que habrá «menos producción que el año pasado pero creo que de mejor calidad». «És algo en lo que estamos mejorando cada año», asegura.

La campaña viene muy desigual, con unas fincas más adelantadas y otras muy atrasadas

La IGP fue creada en el 2008 y la cooperativa de productores seis años después. En la actualidad forman parte de la IGP 40 productores en los 15 ayuntamientos de la comarca de A Mariña que abarca (Alfoz, Barreiros, Burela, Cervo, Foz, Lourenzá, Mondoñedo, Ourol, A Pontenova, Ribadeo, Trabada, O Valadouro, O Vicedo, Viveiro y Xove), con una superficie de cultivo certificada de 40,5 hectáreas.

De ellos, 5 productores de Lourenzá, de las parroquias de Santo Tomé y San Adriano (Xoias do Val, Fabas O Pontigo, Fabas Maruxa, Fabas Francisca y Fabas Alma do Val), y uno de Cedofeita, en Ribadeo (Horta Valego), envasan con marca propia, además de la propia cooperativa Tierras da Mariña, que reúne a 16 productores de toda la comarca y comercializa con la marca Mariña Selecta.

De 2010 a 2018 se multiplicó por tres la producción vendida bajo la etiqueta de la IGP, superando las 12 toneladas en la última campaña, con un volumen de negocio que supera los 100.000 euros

Aunque el incremento de la haba certificada fue una constante en los últimos años, esta sigue aún siendo la gran asignatura pendiente de la haba que se produce en Lourenzá. De 2010 a 2018 se multiplicó por tres la producción vendida bajo la etiqueta de la IGP, superando las 12 toneladas en la última campaña, con un volumen de negocio que supera los 100.000 euros. Pero el presidente del Consejo Regulador reconoce que «se vende aún más haba sin IGP que con ella». «Hay un problema de sobreproducción de haba que lleva el nombre de Lourenzá pero que sale sin la etiqueta de la IGP», dice. «Es un problema de concienciación, tanto del consumidor, para que sepa lo que está está comprando, como de los propios productores», añade.

Profesionalización

Tradicionalmente el cultivo de haba en A Mariña era un complemento a otras actividades familiares, tanto agrarias como de personas dedicadas a otros sectores. Hoy aún se calcula que existen más de 200 productores individuales en toda la comarca que no pertenecen a la IGP y que venden sus excedentes a granel a unos precios inferiores a los del mercado.

La superficie destinada a producción de haba se estabilizó en los últimos años, con un repunte en el año 2017 a consecuencia de la prohibición de plantar patatas en la comarca. La producción media está entre 1.500 y 1.800 kilos de habas por hectárea. En paralelo, en los últimos años se está dando una reconversión en el sector, entrando nuevos productores que se profesionalizan en substitución de otros que tenían simplemente en la producción de haba un complemento económico y que lo van dejando, en muchos casos por cuestión de edad.

«Todos los esfuerzos van dirigidos a aumentar la venta de haba certificada y bajar la venta a granel» (José Cuadrado, presidente de la IXP)

«No estamos en contra de que un jubilado produzca habas, pero tenemos que concienciarlos para que si no se suman a la IGP, por lo menos tengan su explotación dada de alta en el REAGA y declaren sus ventas como se hace en cualquier otra actividad», reclama el presidente del Consejo Regulador. Y pide los mismos controles para todos. «Parece que en este sector todo vale y todo el mundo se puede poner a producir alimentos así sin más y hablamos de cosas muy serias, porque somos empresas que producimos alimentos y hay que garantizar una trazabilidad y un control en el uso de fitosanitarios, tanto en las dosis como en los plazos de seguridad, porque esas habas las va a comer alguien. Nosotros estamos de acuerdo en que nos controlen y nos auditen para tener un producto de calidad, pero todo el mundo debe tener los mismos controles que se nos exigen a nosotros», defiende.

«No estamos en contra de que un jubilado produzca habas, pero deben exigírsele los mismos controles y condiciones a la hora de venderlas»

«Tenemos que intentar profesionalizar el sector lo máximo posible. Y buscamos sobre todo un relevo generacional en las familias que se dedican a esto, evitar la despoblación del rural y sobre todo demostrarles a los más jóvenes que aquí tienen una alternativa de futuro, porque dependemos de la gente más joven para que el sector primario y el rural se revalorice y perdure en el tiempo», argumenta el presidente de la IXP.

Pepe es uno de esos ejemplos de nuevos agricultores que apuestan por la haba. Aprendió a cultivalas de sus padres y ahora, con 35 años, forma parte de esa segunda generación que quiere profesionalizar el oficio. Igual que el, su vecino Alfonso Cartoy también está apostando por la haba en Santo Tomé, al igual que otros nuevos productores incorporados en los últimos años en la comarca como Diego Geada, de Finca as Carballas de O Valadouro; Javier Monasterio, de Sante, en Trabada; Rocío Maseda en Mondoñedo o Javier Miranda en Riotorto.

Fraude en la entrada de producto de Bolivia

Están detectando además, en las últimas campañas, la entrada de producto foráneo al mercado gallego, que llega sobre todo de países como Bolivia, y que pasa desapercibida a simple vista para muchos consumidores, pero que es de mucha peor calidad. «No tiene la piel fina que caracteriza a la haba de Lourenzá, ni la mantecosidad, ni la elevada capacidad de absorción de agua, superior al 100%, que hace que nuestra haba tenga ese comportamiento excepcional en la cocción. Pero mucha gente compra esa otra haba que viene de fuera pensando que es haba de Lourenzá y eso afecta después al nombre de la nuestra», explican.

«Está entrando haba foránea que el consumidor compra pensando que es de Lourenzá», denuncian los productores, que se ven abocados a vender parte de su producción vía Asturias

«Es importante concienciar al consumidor», dice Pepe, porque en los últimos años son cada vez más las familias que apuestan por el cultivo de la haba como una opción de futuro y como su actividad principal y este intrusismo, tanto en la producción y venta de haba a granel como con la venta de haba de importación, dificulta este proceso.

El presidente de la IXP reconoce, con todo, la dificultad para dar salida a toda la producción de la comarca como haba certificada en este momento. Sigue marchando mucha haba de Lourenzá vía Asturias, a través de los compradores, intermediarios y distribuidores que durante décadas controlaron el mercado de la haba en España pero «la idea es potenciar cada vez más la venta certificada y bajar la venta a granel, que aún es muy importante, y todos los esfuerzos van dirigidos a eso», asegura. «Estábamos acostumbrados a que nos viniesen a comprar a casa, un sistema en el que el intermediario ponía las condiciones. Tenemos que cambiar el sistema y salir nosotros a vender poniendo nosotros las condiciones», defiende.

Mejora de la simiente

Semente base de Faba Galaica cultivada nas instalacións da Misión Biolóxica de Galicia

Semente base de Faba Galaica cultivada nas instalacións da Misión Biolóxica de Galicia

Los productores de Faba de Lourenzá están también inmersos en un proyecto para la mejora de la simiente que cultivan. La cooperativa Terras da Mariña recibió en el mes de febrero semillas base de la variedad Faba Galaica, cosechada por el CSIC tras más de veinte años de investigación. «Es simiente certificada que nos transfiere el CSIC. La cooperativa Terras da Mariña, que es la que recibe esa semilla, la multiplica para su posterior puesta la disposición de los agricultores inscritos en la IGP», explica Pepe.

La intención es unificar la variedad de la especie Phaseolus vulgaris L que se siembra en la zona. Está permitido dentro de la IGP el uso de un año para otro de semilla de la propia explotación o de reemplazo procedente de otras plantaciones inscritas en los registros del Consejo Regulador. «Pero la simiente se va deteriorando», reconoce el presidente de la IGP, así que se trata de «garantizar una semilla 100% y unificar la variedad para cerrar de este modo el ciclo de la trazabilidad». Esperan de este modo dar «un salto de calidad».

La Misión Biológica de Galicia entregará durante los próximos 4 años habas que la cooperativa Terras da Mariña reproducirá para entregar a los productores de la IGP. Se trata de unificar la variedad y lograr una semilla 100% libre de enfermedades

La semilla entregada en febrero fue plantada en primavera en distintas fincas, que llevaban cuando menos 2 años sin habas, para evitar posibles contagios o contaminación cruzada de la semilla, y el resultado de esa multiplicación se distribuirá el próximo año entre los productores interesados en hacerse con ella.

Según el acuerdo del CSIC, este proceso se va a repetir durante los próximos años. La Misión Biológica de Galicia va a plantar en sus instalaciones simiente base de la misma variedad de Faba Galaica libre de enfermedades y con un grado de pureza 100% que irá entregando a la cooperativa Terras da Mariña para que esta la reproduzca y la reparta entre los productores.

En paralelo al proceso de mejora de la semilla se está llevando también a cabo un trabajo de transferencia tecnológica en colaboración con el Centro de Formación y Experimentación Agroforestal Pedro Murias de Ribadeo para realizar campos de ensayo y demostración y la cooperativa pone a disposición de los socios servicios de carácter técnico y asesoramiento permanente, además de facilitar también planta procedente de dos invernaderos para semilleros que tiene instalados en San Adriano (Lourenzá) y Arante (Ribadeo).

Terras da Mariña, una cooperativa para trabajar en conjunto

Integrantes da cooperativa procesando faba fresca para conxelar

Integrantes da cooperativa procesando faba fresca para conxelar, que reciben a diario

La cooperativa Terras da Mariña fue creada en 2014 con la intención de trabajar en conjunto y estabilizar los precios y comercializa anualmente 20 toneladas de habas, un tercio de ellas dentro de la IGP y el resto haba blanca sin certificar o de otras variedades, como verdina, haba pinta o haba del caldo. Sin embargo, la producción estimada de sus socios es mayor, próxima a las 35 toneladas, ya que los integrantes tienen la libertad de comercializar parte de su producción bien directamente o por otros canales.

Ampliar el número de socios, diversificar producciones, sacar al mercado nuevos productos elaborados listos para consumir y lograr estabilidad en los precios, garantía y trazabilidad son algunos de los objetivos en los que están trabajando en Terras da Mariña.

Los productores trabajan con la incertidumbre de los altibajos en los precios y no tienen un precio mínimo garantizado de referencia cuando hacen la siembra en el mes de mayo

Los altibajos en los precios son una incertidumbre con la que trabajan los productores, que no tienen garantizado un precio mínimo o de referencia cuando hacen la siembra en el mes de mayo. «Los precios sufrieron bastantes variaciones nos últimos dos años, con una bajada importante en el precio al agricultor, aunque parece que empieza la repuntar de nuevo. Un precio digno y estable que debería recibir el agricultor podría estar entre los 6,50 y 7,50€ el kilo», considera. Aunque Pepe no es precisamente una persona conformista y defiende un precio aún mayor para el producto, reconoce que «si se lograse estabilizar en ese intervalo el precio varios años ya seria un logro importante». Acabar con las fluctuaciones en los precios es precisamente una de las peleas de la cooperativa desde su formación.

Diversificación

La idea de la cooperativa Terras da Mariña es ir aumentando tanto el número de socios como la superficie destinada a habas y, al mismo tiempo, «ir poniendo también los ojos en otros productos de huerta que sean compatibles». «Hasta ahora la producción de la cooperativa estaba centrada en el monocultivo de habas pero a partir de este año queremos diversificar cultivos que sean compatibles con la haba para diversificar también los ingresos de los socios y favorecer la rotación de cultivos en las tierras», explica Pepe.

En su afán de poner en valor los productos gallegos de calidad diferenciada, la cooperativa va a dar un paso más una vez recogidas las habas de este año e iniciar un nuevo proyecto de producción y comercialización de nabizas y grelos amparados por la Indicación Geográfica Protegida Grelos de Galicia.

Cuando recojan las habas de este año van a plantar grelos que comercializarán dentro de la IGP Grelos de Galicia con la intención de diversificar los ingresos de los socios y favorecer la rotación de cultivos

«Es un producto con mucha demanda y muy interesante también para optimizar nuestras tierras y hacer una rotación de cultivos, compatible con la producción de nuestra Faba Verdina, que se coge antes, e incluso la Faba de Lourenzá, y permitirá poner a producir fincas que están quedando en abandono y significará un complemento a las explotaciones hortícolas», explica. Según las previsiones que manejan, la gran mayoría de los socios de la cooperativa van a participar en la plantación de grelos, que está abierta también a otros agricultores o ganaderos que no formen parte de la cooperativa.

Trazabilidad

plantacion fabas

A produción por hectárea está entre os 1.500 e os 1.800 quilos de faba

Aparte de la apuesta por la calidad, como cooperativa hacen especial hincapié en la trazabilidad y la seguridad de sus productos. A través de un programa de trazabilidad llevan un control muy estricto de todo el proceso productivo de la haba para que sus clientes puedan saber quien produjo esa haba, en que finca, que tratamientos y fertilizantes se usaron, la fecha de sembrado y recogida y cuando fue envasada.

Nunca mezclan las habas de un socio con las de otro y dentro de la producción de un mismo socio, siempre envasan cada finca por separado, garantizando así que las habas de cada envase responden a una calidad uniforme y que todas se van a comportar de igual forma a la hora de cocerlas.

Cada finca se envasa por separado y no se mezclan las habas de un socio con las de otro

Este control estricto de la trazabilidad tiene como objetivo dar máxima garantía al consumidor. La haba de la IGP se vende envasada en saquitos de un kilo y solo se permite envasar en sacos de 5, 10 y 25 kilos, también etiquetados, para vender a la hostelería, pero nunca la venta a granel, «porque en un saco abierto el consumidor no sabe si lo que realmente contiene es haba de Lourenzá o de otro origen diferente», insiste.

Posicionarse en el mercado gourmet

Terras da Mariña vende tamén produtos elaborados con fabas baixo o selo Galicia Calidade

Terras da Mariña fai produtos elaborados con fabas baixo o selo Galicia Calidade

Además de la mejora del sector mediante la producción y venta en conjunto, la promoción representa para la cooperativa un pilar fundamental en su proyecto de futuro. «Producir haba de calidad es importante pero también es importante promocionar nuestro producto, ganar visibilidad y mercado», defiende Pepe.

Y para eso hay que «salir de casa». En los últimos años Terras da Mariña lleva realizado múltiples acciones de promoción de la Faba de Lourenzá en diferentes ferias dentro y fuera de Galicia. Pretenden posicionarse en el mercado gourmet y delicatessen, «porque es donde merece estar este producto y es también donde mayor rentabilidad puede obtener el productor», dice, aun admitiendo que «son nichos de mercado que absorben poco volumen de producto».

Buscan estar en tiendas delicatessen y en negocios de restauración de alta gama aunque son nichos de mercado que absorben poco volumen

Una de las vías es la de introducir la Faba de Lourenzá en el alta cocina y en los negocios de restauración de media y alta gama. Importantes chefs gallegos del Grupo Nove, como Héctor López, Lucia Freitas o Yayo Daporta o cocineros como Jorge López, David Maredo o Bruno Pena, pertenecientes a la Asociación de Cocineros de la Mariña emplean ya la haba de Lourenzá en sus creaciones y colaboran en las presentaciones y showcookings organizados en diferentes puntos del Estado. La cooperativa forma parte de Galicia Calidade, un distintivo que esperan les sea útil también para la promoción exterior, que empezaron en el último año con la presencia en distintas ferias internacionales.

A todas estas citas la cooperativa va también con sus productos elaborados (ensalada de habas de Lourenzá, habas con bacalao, habas con setas, habas con pulpo y habas con callos), cinco conservas en lata hechas a base de habas de la IGP y elaboradas de una manera totalmente artesana. Siguen trabajando para ampliar esta gama de productos en conserva y también probando nuevas aplicaciones para esta legumbre, como por ejemplo un pan elaborado con harina de haba presentado este año en el Forum Gastronómico.

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