Sat Torneiros, una ganadería ecológica que recupera tierras del abandono

La explotación, que envasa la marca de leche ecológica Ecoleia (Allariz, Ourense), vivía en el contrasentido de tener que desplazarse 10 kilómetros a cultivar tierras mientras en su entorno había 70 hectáreas abandonadas. Un proyecto habilitará esa superficie para pastizales

Sat Torneiros, una ganadería ecológica que recupera tierras del abandono

Rebaño de vacas de Sat Torneiros en uno de los pastizales acotado por cierres.

Sat Torneiros es la única ganadería que queda en su parroquia y una de las dos granjas de leche de Allariz (Ourense). La explotación se asienta en una zona de buenas tierras agrarias, pues en su entorno hay alrededor de 70 hectáreas de regadío. Casi toda esa superficie fue quedando de forma progresiva en el abandono, a medida que cerraron pequeñas explotaciones del entorno, pero el elevado minifundio de las tierras imposibilitó que Sat Torneiros pudiera hacerse cargo de su gestión. La granja se encuentra así en el contrasentido de tener que desplazarse unos 10 kilómetros para trabajar 80 hectáreas en A Limia mientras tiene al lado superficie suficiente abandonada.

La explotación maneja alrededor de 20 hectáreas de pastos en el monte comunal de la parroquia y en propiedades privadas cedidas. El resto de su superficie, hasta superar las 100 hectáreas, se sitúa en los concellos vecinos de Xunqueira de Ambía y Sandías, en zonas de la antigua laguna de Antela, donde la Sat cultiva hierba para silo y para cortes en verde en primavera.

La ganadería aspira a que el 60% de la alimentación de los animales proceda del pastoreo

El objetivo prioritario para la Sat es desde hace años aumentar la superficie de pastizales en su entorno, de forma que dependa menos de los silos y del cultivo de las parcelas más distantes. Un proyecto conjunto del Concello de Allariz y de la Xunta, con el apoyo de los vecinos propietarios de las tierras abandonadas, permitirá en breve que la granja vea cumplida esa vieja aspiración. “Es un proyecto en el que tenemos ilusión y esperamos que se plasme en breve” -explica Marcos Quintas, uno de los socios de la ganadería- “Los vecinos están al 100% por la labor, ya que en el pueblo no hay quien trabaje las fincas más que nosotros”.

El aumento de tierras en el entorno de la granja permitiría que la ganadería ampliara los actuales pastizales. “Podríamos eliminar gran parte del trabajo con el silo, que no es rentable económicamente ni adecuado para el tipo de explotación que tenemos. Si ahora dependemos del silo en un 75%, la idea es pasar a una alimentación con un 60% de pastos y un 40% de silo”, valora Marcos. La actual ración de los animales oscila entre los 15 y 30 kilos de silo de hierba, en función de la disponibilidad de pastos, y se completa con 6 kilos de pienso ecológico.

Marcos Quintas, Maricarmen Cid y Carmen Álvarez gestionan la granja y la comercialización de la leche.

Marcos Quintas, Maricarmen Cid y Carmen Álvarez gestionan la granja y la comercialización de la leche.

Pastizales
La granja cuenta en la actualidad con alrededor de 20 hectáreas de pastos en el monte de la parroquia, donde acometió seis cierres en el año 1998, cuando decidió pasarse a la ganadería en ecológico. El problema que tiene la granja es que esa superficie se queda pequeña para su actual rebaño, con unas 60 vacas en producción, recría y vacas secas aparte.

“Teníamos seis cierres por los que íbamos rotando los animales, que pasaban unos dos días en cada cierre. Era un sistema que sobreexplotaba mucho la tierra y que mantuvimos hasta ahora, mal aconsejados. Este año vamos a reformar los cierres para hacer un total de 11, de forma que los animales pasen dos días en cada cierre y que para cuando vuelvan al primero, 22 días después, la hierba haya tenido tiempo de rebrotar. Así podremos evitar que los pastos sufran lo que sufrían estos años” -destaca Marcos.- “Cuando juntemos más tierra, la idea es aumentar el número de cierres. Lo ideal sería llegar a 20-25”, concluye.

En la nueva superficie que incorpore en un futuro, la explotación tiene previsto acometer nuevos cierres para pastoreo, después de desbrozar escobas y demás vegetación arbustiva que se fue haciendo con las parcelas. “Vamos a tratar de que haya una regeneración de las praderas naturales, que aquí aguantan bastante la sequía del verano, y les haremos una aportación de trébol blanco, que es una leguminosa que aquí va muy bien. Nos estamos asesorando e intentando mejorar el manejo de los pastos”, subraya Marcos Quintas, que hace unos meses participó en la reunión de otoño de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes, que se desarrolló precisamente en Allariz.

Sequía y jabalí
Los raigrases más habituales en la ganadería, el inglés y el italiano, tienen resultados limitados en estas tierras de Ourense. “El raigrás inglés lleva mal las altas temperaturas del verano y el italiano sale muy bien, pero no echa más de año o año y medio”, valora Marcos. “Lo que se da muy bien es la festuca, que sería muy útil para pastizales. Nosotros tenemos una parcela de 9 hectáreas y media. El problema es que la tenemos a diez kilómetros y la usamos para silo, y para silo la festuca no es buena, ya que baja mucho la proteína y tiene también dificultades para rebrotar”, señala.

Daños del jabalí en una pradera.

Daños del jabalí en una pradera.

Hace años, la explotación cultivaba también maíz, pero es una opción que casi descarta por el jabalí. “Ahora mismo tenemos 20 hectáreas de praderas destrozadas por el jabalí, no sé qué solución puede tener eso”, cuestiona Marcos. “Quizás hagamos alguna prueba más con el maíz, pero no lo vemos viable por el jabalí”.

Otro de los problemas que enfrenta la zona es la sequía, que hizo estragos los dos últimos años en la comarca, una situación que apenas ha mejorado este otoño – invierno. “La gente piensa que la sequía ya pasó, pero aquí sigue y no sabemos cuando nos recuperaremos. Apenas llovió y no nevó, así que no hay agua. Nosotros teníamos un pozo artesano de 8 metros que se hizo cuando se creó la Sat, en el año 1989, y nunca le faltó agua hasta este año. Cuando vimos el problema, pensamos que solucionaríamos con un pequeño pozo de barrena, pero tuvimos que hacer un pozo de 137 metros de profundidad para llegar al agua. Se nos fue la broma a 9.000 euros”.

Ecoleia, la leche ecológica de Allariz

Envasado de Ecoleia, la leche ecológica de la granja.

Envasado de Ecoleia, la leche ecológica de la granja.

La Sat Torneiros, creada en 1989 a partir de dos explotaciones de la parroquia, lleva ya dos décadas en la producción de leche ecológica. Dio el paso en 1998, cuando la producción ecológica era la excepción. “Esta explotación nunca se trabajó de forma intensiva, como se aconsejaba en la época, y de aquella tanto mis padres como los otros socios decidieron darle un cambio. Tuvimos el apoyo de la cooperativa en la que estábamos y también del grupo Lactalis, que desde el inicio de la reconversión pagaba la leche a precio de ecológica”, recuerda Marcos.

La granja vendió de forma directa 61.000 litros de leche ecológica en el último año

El segundo gran cambio en la granja llegó en el 2012-13, en una fase de altos precios del pienso y de bajos precios de la leche. “Decidimos llegar directamente al consumidor y buscar unos ingresos alternativos. Fue una decisión de la que a día de hoy estamos muy contentos. En el último año, comercializamos de forma directa unos 61.000 litros de leche, principalmente en Ourense, Allariz y Verín, tanto en tiendas como en hostelería y repostería, y vemos que hay un consumidor concienciado que demanda este tipo de producto”.

Cuando se inició en la comercialización de la propia leche, la explotación creó una instalación anexa para la pasteurización y envasado de la leche, un proceso en el que el principal problema estuvo en la burocracia. “Al inicio, estuvimos meses parados porque la Administración no contemplaba la posibilidad de que la leche del tanque de la explotación pudiera pasar directamente a ser pasteurizada y envasada. Exigían otro tanque intermedio sólo por temas de papeleo”, cuestiona Marcos.

De cara al futuro, la explotación aspira a consolidar su actual mercado de venta directa e ir creciendo de forma progresiva. También valora la posibilidad de acometer elaborados lácteos.

“Los grandes cambios en la explotación llegan de pequeños cambios de nuestro manejo”

Marcos Quintas, recogiendo el diploma de los premios Exceleite.

Marcos Quintas, recogiendo el diploma de los premios Exceleite.

Los premios Exceleite, que distinguen a las ganaderías con mejores parámetros higiénico-sanitarios en su producción, reconocieron en el 2017 el buen hacer de la Sat Torneiros, que fue finalista en el certamen. Hablamos con Marcos Quintas, uno de los socios de la explotación, sobre el manejo de los animales de la granja, en la que trabajan tres personas, Carmen Álvarez, su hija María del Carmen Cid, y Marcos Quintas, que cogió el relevo de sus padres, jubilados en el 2012.

La ganadería produce una leche que ronda el 3,72 de grasa, el 3,15 de proteína y menos de 110.000 células somáticas.

¿Cuál crees que es la clave para mantener unos buenos parámetros de calidad de la leche?
– El mérito en nuestro caso pienso que está en las personas que hacen el ordeño, que somos nosotros, principalmente Carmen y otra persona que la ayuda. Si hay una vaca que da problemas de células en un cuarterón, ese cuarterón se ordeña aparte y no va al tanque, se le da a los becerros. Es un cuidado que no van a tener obreros o que no se puede alcanzar en una sala automatizada. Nosotros tenemos una sala de ordeño del año 1989 y aunque es probable que la cambiemos este año, seguirá siendo mecánica.

Hacemos además un ordeño artesanal y laborioso. Tenemos las vacas en cama caliente y en lugar de aplicar un simple un pre-dipping, hacemos un manejo más complejo que incluye lavado con agua, aplicación de espuma desinfectante, pase de un cepillo, limpieza con agua caliente, secado y descarte de los primeros chorros. Ordeñar 56 vacas puede llevarnos dos horas y media, cuando igual con un simple pre-dipping le podríamos ganar más de una hora, pero el tiempo dedicado y la higiene repercuten en la calidad de la leche.

¿Cómo hacéis el manejo de la cama caliente? ¿Os da algún problema de mamitis?

– De mamitis no tenemos nada. La cama caliente ve perfecta. Le aportamos paja todos los días y las cambiamos cada mes y medio o dos meses. Durante ese tiempo, no se mueve ni se toca nada. A nosotros nos animó a implantarla una persona de Seragro y la verdad es que trabajar con estos técnicos para nosotros fue de gran ayuda. Un problema común del 90% de los ganaderos es que nos falta formación y que derivado de eso, muchas veces el problema de la explotación somos nosotros. Los grandes cambios en una explotación llegan por pequeños cambios de nuestro manejo.

En vuestra zona, prácticamente no hay explotaciones lácteas. ¿Qué problemas particulares os encontráis por ser una ganadería de leche aislada?
– Un tema claro es que la inversión en maquinaria es excesivo. Lo ideal en las explotaciones de leche es tener una cooperativa de maquinaria (Cuma) con otras explotaciones para compartir maquinaria y personal contratado, pero en nuestro caso es imposible. Somos tres personas en la granja y tenemos, entre otra maquinaria, cuatro tractores y un remolque picador para hacer el silo que usamos 5 días al año y que costó 90.000 euros. En verano, también hay días de trabajo de 20 horas en las fincas.

Visita a la explotación de participantes en una jornada de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes, el pasado otoño.

Visita a la explotación de participantes en una jornada de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes, el pasado otoño.

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