Recomendaciones para un buen picado del maíz forrajero

Resumen de la ponencia de Javier López Álvarez, Technical Service Manager Ruminants Southerm Europe de KEMIN en la última Semana Ganadera de Mazaricos

El maíz forrajero es en este momento la principal fuente de alimentación de las ganaderías de vacuno de leche en España. El éxito de este cultivo se debe a que es el que presenta mayor rendimiento de materia seca y de valor energético por hectárea y al cultivarse en verano permite la rotación con praderas temporales.

Sin embargo, un mal procesado del maíz durante la cosecha puede mermar notablamente su digestibilidad para las vacas, y consecuentemente su rendimiento lechero.

En este sentido, Javier López Álvarez, Technical Service Manager Ruminants Southerm Europe de KEMIN, ofreció en la última Semana Ganadera de Mazaricos unas recomendaciones para mejorar el procesado durante la cosecha.

“Muchas veces los ganaderos gastan mucho dinero en la siembra del maíz y logran rendimientos de gran calidad y cantidad, pero por una mala decisión en el momento de la cosecha hace que el valor nutricional del maíz no sea el adecuado, con lo cual estaremos derrochando gran parte del dinero invertido”, advierte.

¿Cual es la calidad del picado?

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Como punto de partida para realizar una evaluación de la calidad de procesado del grano se toma como referencia el almidón del silo de maíz que pasa a través de un tamiz de 4,75 milímetros, o lo que es lo mismo, de menos de medio centímetro. Es adecuado cuando entre un 50 y 70% del almidón pasa ese tamiz y malo cuando pasa menos del 50%. Por lo tanto, detectar en el silo granos de maíz sin picar, o picados de forma gruesa es un síntoma de que el procesado por la cosechadora no ha sido el adecuado.

En Estados Unidos el 12% del grano de maíz para ensilado es procesado de forma deficiente

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En este sentido, el responsable de Kemin aseguró que el margen de mejora es importante. Así, en un estudio reciente sobre el procesado del grano en Estados Unidos, en el que se analizaron miles de muestras de silos de maíz, concluyó que el 12% del grano de maíz es procesado de forma deficiente durante el ensilado, el 57% tenía un procesado adecuado y solamente el 31% había sido procesado por la cosechadora de forma óptima.

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No obstante, la evolución de la calidad del procesado del maíz forrajero en Estados Unidos ha sido muy positiva en los últimos 12 años, pasando de un porcentaje del 8,2% de las muestras calificadas como óptimas en el año 2006 al 38,2% del año 2017.

“En España también hemos tenido una evolución positiva en estos años pero creo que si nos evaluáramos con los mismos parámetros que en Estados Unidos nuestros resultados serían peores”, puntualizó Javier López.

Consejos básicos para comprobar si el maíz está bien picado:

El 95% del grano del maíz debería estar bien roto o crakeado y como mínimo el 75% de los trozos deben ser menores a 1/4 del grano de maíz. Por tanto, lo ideal es que cada grano de maíz esté picado en por lo menos 5 trozos para que la vaca aproveche mejor el almidón. “La rotura y el aplastado del grano no es suficiente, debe estar claramente separado”, subraya el representante de Kemin.

Un método sencillo y rápido para combrobarlo es cuando ensilamos sacar muestras llenando un vaso de un litro y analizarlas con los siguientes criterios:

-Si en el contenido del vaso hay entre 0 y 2 granos enteros el picado es ideal.

-Si hay entre 2 y 4 sería un picado adecuado.

-Si hay más de 4 granos de maíz enteros el picado no es el idóneo y habría que regular la picadora.

“Esto tenemos que repetirlo el día del picado varias veces”, subraya.

Altura de corte del maíz:

Un error común de los ganaderos, según Javier López, es que cuando contratan el picado del maíz “las únicas instrucciones que le suelen dar al maquinista que lleva la cosechadora es enseñarle las parcelas y que corte raso. Sin embargo, esto último no lo deberían hacer, pues la parte baja del tallo del maíz es donde es mayor el contenido de lignina y además es donde hay más presencia de tierra, hongos y material indeseable”.

Efecto de la altura de corte sobre la producción y valor nutricional de la planta de maíz: 

Corte a 17 cm del suelo Corte a 39 cm del suelo
M.S. % 38 40
FND % 41.6 38.6
FND digestible % 50.6 54
Almidón % 30.6% 32.4%
Tonelada de MS por Ha 18,2 16,8
Ingesta de Kg de MS 25,4 25,6
Leche (kg) 45,2 46,7
Eficiencia (kg de leche por kg de MS) 1,67 1,72

Con los datos de la anterior tabla, Javier López considera que “se confirma que es recomendable cortar el maíz a 39 centímetros del suelo pues estaremos mejorando la disgestibilidad del silo, incrementando la ingesta de materia seca y la produción de leche y evitando problemas de contaminación por tierra y hongos”.

Así digiere la vaca el almidón:

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Además de la digestibilidad total del almidón en el tracto digestivo es muy importante cuanta cantidad es digerida en cada tramo del mismo, sobre todo en el rumen. Y es que existe una relación directa entre el almidón total digestible y el almidón degradado en el rumen.

Por tanto, debemos procurar que una elevada cantidad del almidón del maíz sea degradado en el rumen, y sobre todo antes de las 7 horas, ya que así conseguiremos una mayor producción de proteína microbiana. Con respecto a la energía, aunque la eficiencia de transformación del almidón en energía es mayor en el intestino, cuanto más se digiera en el rumen tendremos una mayor cantidad de energía total, ya que la digestión del almidón en el intestino es limitada y si una gran cantidad de almidón atraviesa el rumen sin ser degradado el intestino no logra compensar esto, saliendo excretado en heces una gran cantidad de almidón sin ser digerido.

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¿Que factores influyen en la digestibilidad del almidón?

Los principales factores que resultan claves para que el almidón sea digerido en el rumen –y por tanto aprovechado para producir leche y carne- de la vaca son:

-El tamaño de la partícula: tiene un coeficiente de correlación de 0,7. Es el factor que más influye en la digestibibilidad del almidón, por lo que cuanto más picado esté el grano de maíz en la cosecha mejor será digerido por la vaca.

-La humedad: 0,53. “Muchas veces dejamos las cosechas tardías, pero esto tiene un efecto negativo pues el almidón del grano de maíz se pondrá más duro, encapsulándose en una matriz de prolamina, que va a dificultar que sea degradado por las bacterias del rumen de la vaca”, advierte el responsable de Kemin.

-El tipo de endosperma del grano: 0,46

-Tiempo de ensilado. Otro factor que influye en la digestibilidad del almidón es el tiempo de ensilado, alcanzando su punto óptimo a partir de los 7 meses de realizar el silo. “Es algo que no se suele hacer en las granjas y que se debería: Empezar los silos después de como mínimo 4 meses, pues es cuando el almidón es más digestible y puede producir más leche”, subraya.

Relación entre picado del maíz y evolución de su digestibilidad en el tiempo:

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Tal y como muestra la gráfica anterior, elaborada a partir de un estudio en Estados Unidos, “tanto el grano de maíz mal picado como el que ha sido bien procesado en la cosecha incrementa su digestibilidad con el paso del tiempo, alcanzando su máximo a los 240 días, pero aún así el que ha sido bien crackeado tiene casi 17 puntos más de digestibilidad que el otro”.

Esto se debe, entre otros factores, a que la matriz de prolamina que recubre y protege al grano de maíz se degrada en proteína soluble con el paso del tiempo, estando más disponible para ser digerida así como el almidón del interior.

-Vitrosidad del grano. Otro parámetro que influye en la digestibilidad del almidón es la vitrosidad del grano. El momento adecuado de cosecha de maíz para ensilado se considera cuando la planta entera tiene entre el 28 y el 35% de materia seca. El indicador usado para conseguirlo es el de la línea de leche, debiendo estar entre 1/2 y 3/4 del ápice del grano (estado pastoso-vítreo), de forma que podamos incar la uña sin problema en el grano.

Influencia de la digestibilidad en la producción: 

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Tal y como demuestra la gráfica anterior, Javier López recuerda que “con la misma ración si aumentamos la digestibilidad del almidón de nuestro silo de maíz, aumentaremos también la producción de leche hasta 2 kilos diarios si logramos aumentar en 10 puntos la digestibilidad de nuestro silo de maíz”.

Por el contrario, cuanto menor sea la digestibilidad de nuestro silo de maíz mayor será la cantidad de almidón que la vaca excreta en heches sin aprovecharlo.

“Si tenemos un buen procesado del maíz, con un 70% o más del almidón que pasa a través de un tamiz de 0,475 centímetros, el almidón que la vaca debe excretar en heces se situaría entre el 2 y el 3%. Por el contrario, con un mal procesado, por debajo del 50%, el almidón fecal en heces sube hasta el 6 o 8%. Y un punto de almidón fecal en heces son unos 0,33 kilos de leche. Por lo tanto, de ter un procesado adecuado a uno peor estaremos perdiendo un kilo de leche diario”, concluyó Javier López.

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