¿Qué va a suceder con Leche Río tras la muerte de Jesús Lence?

El sector espera que continúe con normalidad la actividad industrial de la sociedad. El grupo suma cinco años con una dinámica de mejora de los beneficios y gestiona 4 plantas lácteas que, en conjunto, se mantienen a un 30% de su capacidad de producción

¿Qué va a suceder con Leche Río tras la muerte de Jesús Lence?

Leyma, en Arteixo (A Coruña), una de las cuatro plantas propiedad de Leite Río.

Leche Río era Jesús Lence, pues era Lence quien, en persona, dirigía a diario todas las operaciones de compra, venta e inversiones de la industria láctea. La muerte del empresario en la noche del viernes, a los 79 años, genera incertidumbre sobre el futuro del grupo. En el sector lácteo, se espera que la actividad industrial de la sociedad continúe con normalidad y se tienen palabras de aprecio para Lence, una figura controvertida que tuvo sus luces y sombras.

El grupo empresarial Leche Río, la principal industria láctea de capital gallego, cuenta con cuatro plantas, una en Láncara, dos en Lugo, en el Ceao, y otra en Arteixo, la de Leyma. En conjunto, la industria procesó en el último año alrededor de 230.000 toneladas de leche, lo que representa un 9% de la recogida total de Galicia. Leche Río había llegado a ser una de las industrias líderes de Galicia en volumen de recogida, pero desde hace algo más de cinco años cambió su orientación. Lence decidió de aquella dejar de centrarse en el envasado de marcas blancas para las cadenas de distribución, lo que le llevó a reducir el volumen de leche recogida casi a la mitad.

La estrategia de Río se orientó en los últimos años a potenciar la marca Leyma Natura como referencia de calidad, así como a envasar con el resto de sus marcas propias (Río, Solar y Cremosita). Esa decisión se constató acertada a nivel económico, pues la compañía suma cinco años de mejora progresiva de los beneficios, pasando de los 1,2 millones de euros de beneficios del 2014 a los 7,7 millones del 2017.

Perspectivas estables
Desde el sector lácteo, se considera que la actual situación de la empresa genera una perspectiva de continuidad y de estabilidad. Leche Río cuenta con una situación económica saneada y con una cadena de comercialización estable, no dependiente de los contratos de marcas blancas, lo que reduce la presión sobre la gestión diaria de la firma.

«Jesús Lence fue un empresario inteligente. En los últimos años, llevó su empresa a una situación de rentabilidad y la dejó en un escenario en el que su ausencia no supusiera sobresaltos» -valora el director gerente de la Asociación Gallega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca), Higinio Mougán-. «Si Lence hubiera desaparecido hace cinco años, cuando contaba con un gran volumen de recogida y tenía que tomar decisiones diarias relacionadas con los contratos de marcas blancas, la situación habría sido otra. Ahora su sucesión se puede hacer con la más absoluta normalidad», valora Higinio.

La sucesión de Leche Río, un proceso que Lence deja cerrado

El empresario lucense cambió a comienzos del 2019 la estructura del grupo Lence para dejar cerrada su sucesión. El grupo, conformado por Leche Río, Transleche -dedicada al transporte de lácteos-, y el Complejo San Cristóbal (gasolineras, inmobiliaria, etc.), quedó liderado por un Consejo de Administración en el que entraron dos de los tres hijos de Lence, Maria del Carmen y Luis, así como Aida Canto, responsable comercial y financiera, con 30 años de experiencia en el grupo, y Jesús García, director técnico de las plantas lácteas y que lleva más de 10 años en Leche Río.

También se espera que tenga un papel destacado en la empresa Alexander Zehnder, yerno de Lence, que atesora experiencia de gestión en una multinacional farmacéutica.

Incertidumbres
Tanto desde las cooperativas como las organizaciones agrarias observan con tranquilidad el futuro del grupo, pues el propio Consejo de Administración confirmó en las últimas horas que el grupo mantiene su actividad habitual. Las incertidumbres se centran en el futuro a medio y largo plazo.

«La cuestión es que el grupo potenció Leyma, pero perdió mercado de leche líquida, teniendo plantas con un bajo nivel de actividad, por lo que habrá que ver si parte de sus instalaciones pueden servir en un futuro para complementar algún proyecto cooperativo o si el grupo suscribe alguna alianza con otro tipo de empresas», sopesa el secretario xeral de Unións Agrarias, Roberto García.

«La decisión del futuro de Río le tocará a los herederos. Hasta el momento, la gestión era personal de Jesús Lence. Desconocemos si la gestión la va a asumir el Consejo de Administración o si se va a incorporar a personas o grupos externos. En cualquier caso, por el momento no hay razones de preocupación, pero sí que se abre una incertidumbre», valora García.

Lence, luces y sombras

Jesús Lence.

Jesús Lence.

Lence fue una figura polémica en el sector lácteo por sus declaraciones y por algunas de sus prácticas empresariales, pero también deja luces que son recordadas. El director gerente de Agaca, Higinio Mougán, tiene palabras de aprecio para Lence, un empresario que considera que «será echado de menos por muchos ganaderos».

«Fue un empresario muy activo y de gran importancia para el sector. Podía ser a veces polémico en las declaraciones y en ciertas actuaciones, lo que hacía que tuviera una mala imagen, pero en Agaca, donde tenemos un seguimiento de los precios pagados por la leche, nos hemos sorprendido muchas veces viendo que Leche Río estaba de manera habitual entre las industrias que mejor pagaban la leche en Galicia, por encima de otras que tenían una mejor imagen entre los ganaderos, pero que acostumbraban estar en la parte baja de los precios», recuerda Higinio Mougán.

«Leche Río estaba con frecuencia entre las empresas que mejor pagaban la leche en Galicia, lo que contrasta con su imagen en el sector» (Higinio Mougán)

El propio Lence, en sus declaraciones a los medios, fue especialmente crítico los últimos años con «industrias que le ofrecen contratos a los ganaderos en los que un 30% de la leche está sin precio, lo que tiene una incidencia muy negativa para las granjas».

El estilo de trabajo de Lence se caracterizaba por la independencia y el personalismo. Iba por libre de las otras industrias, lo que en ocasiones lo dejaba en dificultades. Cuando perdía contratos de leche y se veía con excedentes que no daba colocado, era habitual que Lence abandonara la recogida en ganaderías de manera brusca, lo que le generaba conflictos en el campo.

Otras industrias, en caso de crisis, buscaban un trasvase ordenado de ganaderías a otras industrias u optaban por librar lastre por medio de fórmulas también muy criticadas por Lence, como la reducción de la adquisición de leche a primeros compradores intermediarios o el pago de la leche en el campo a precios de leche en polvo.

Lence llevaba la mala fama y se situaba él mismo con sus declaraciones en la línea de fuego, como cuando dijo en el 2015 que los ganaderos se manifestaban porque tenían «ganas de fiesta», pero el sector también le reconoce aspectos positivos. «Es cierto que hay ganaderos que se vieron perjudicados por las actuaciones de Leche Río, pero otros muchos, que llevan años cobrando la leche a un buen precio, lo van a echar de menos», concluye Higinio Mougán.

Bloqueo de Leite Río por los ganaderos en 2015.

Bloqueo de Leite Río por los ganaderos en 2015.

Una de las organizaciones con las que Lence mantuvo un mayor antagonismo, Unións Agrarias, destaca «aciertos y errores» en el empresario lucense. «Más allá de las discrepancias, hay que decir que Lence, a diferencia de otros empresarios, daba la cara. Era una persona que en lo profesional era poco dada a consensos, a veces rozando la provocación con sus declaraciones, pero te decía de frente lo que pensaba, aunque le perjudicase» -recuerda el secretario xeral de UniónsAgrarias, Roberto García-. «Y más allá del terreno empresarial, en lo personal y humano era una persona próxima y dispuesta a ayudar. Tenía esas contradicciones».

Reacciones en el cooperativismo lucense
Entre el cooperativismo lucense, hay también palabras de reconocimiento para Lence. «Hay que reconocer su aportación para el sector lácteo de Galicia, y en especial fue muy importante para la provincia de Lugo», destaca Xosé Manuel López Tellado, presidente de Aira. «Hubo momentos en que Leche Río fue la empresa que tiró de los precios de la leche para arriba y fue de las empresas más importantes, aunque en los últimos tiempos haya perdido relevancia en volumen de recogida».

También José Ángel Blanco (Os Irmandiños), presidente de Clun, destaca la capacidad empresarial de Lence. «Salió de la nada para llegar a convertirse en la empresa con mayor recogida de leche en Galicia. Para el sector, toda empresa que recoja leche en el campo es positiva», concluye.

Cronología

Jesús Lence, nacido en Castroverde en1940, comienza a gestionar con 23 años su propia gasolinera en O Corgo (Lugo), caracterizándose desde joven por su carácter emprendedor. Su inicio en el sector lácteo surgió entonces por casualidad. Uno de los clientes de su gasolinera se dedicaba al transporte de leche y tras quebrar, le dejó a Lence en pago de las deudas dos camiones y tres cisternas. Fue entonces cuando Lence comenzó a trabajar como transportista de leche.

En los años 70 y 80, de manera paralela a su crecimiento empresarial, Lence tuvo un papel protagonista en la modernización del campo gallego. En 1975 fundó la firma Refrileche para impulsar la instalación de tanques de frío en las granjas y en el 1981 crea Lácteos Lence SL, que se transformaría en Leche Río SL en el año 1998. El empresario compraría años después Leyma en el 2005, conformando así uno de los mayores grupos industriales del sector lácteo gallego.

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