¿A que ganadería de vacuno de leche se le puede llamar sostenible?

Producir leche de forma sostenible medioambiental y socialmente es una exigencia creciente de los consumidores y también de las ayudas de la PAC. Pero, ¿es igual de sostenible una granja de miles de vacas que una ganadería familiar con un centenar de vacas en ordeño?. Artículo de César Resch Zafra, vocal de la asociación Terra e Leite e investigador INGACAL/CIAM

¿A que ganadería de vacuno de leche se le puede llamar sostenible?

La suficiencia forrajera y proteica son conceptos a tener en cuenta a la hora de hablar de sostenibilidad

En una reciente reunión en Santiago de Compostela el presidente de la INLAC exponía la intención de la interprofesional láctea de revisar, junto con los demás actores, los criterios del etiquetado de Productos Lácteos Sostenibles (PLS)(1). En dicho foro fue puesto de manifiesto el desacuerdo de la inteprofesional en la utilización de argumentos pseudocientíficos y sin ningún tipo de contraste para desacreditar el consumo de leche.

En su intervención, el presidente de INLAC mencionó la relevancia que desde la interprofesional se le quiere dar al etiquetado PLS. En este sentido, en el presente artículo intentaré contribuir a que este etiquetado refleje el concepto de sostenibilidad de una manera más holística considerando la producción en su globalidad.

Sostenibilidad

La primera vez que se acuñó el término crecimiento sostenible o sostenible fue derivado del informe Brundtland elaborado en el marco de la ONU, que en el año 1987, ante la deriva del consumismo desmedido del modelo económico imperante en el mundo, dio la voz de alarma sobre la no sostenibilidad del sistema de producción. Se definió en este informe como sistema sostenible a aquel que es capaz de atender las necesidades presentes sin condicionar las de las generaciones futuras. En la definición se hace hincapié en la dimensión medioambiental, social y económica que un sistema sostenible debe abarcar.

Esta definición será la primera a considerar cuando se elabore algo que se defina como sostenible, y si hablamos de productos lácteos las componentes sociales y medioambientales deben también ser tenidas en cuenta.

Después de la definición lanzada desde la Organización de Naciones Unidas se creó un cierto consenso en torno al término, y surgió la figura del triángulo de la sostenibilidad, en el que cada uno de los tres vértices está ocupados por una de estas palabras: medioambiente, sociedad y economía, estableciéndose uniones entre ellas que tienen que ver con la eficiencia en la utilización de recursos (economía-ecología), equidad y salarios (economía-sociedad) y seguridad y respeto (sociedad-ecología)

El encaje de estos desafíos de sostenibilidad dentro del sector lácteo deberían ser los mimbres con los que hacer el cesto de los productos lácteos sostenibles. Para hacer esto con racionalidad es imprescindible el del punto de partida y de la dirección a tomar.

Situación actual

En un reciente trabajo realizado por Centros Públicos de Investigación Agraria del Norte de España(2) se analiza la estructura productiva del sector de leche en esta zona. Por primera vez se dan datos concretos de cómo se alimentan las vacas de leche en estas cinco comunidades autónomas que producen el 60% de la leche española.

En el análisis de estructura de explotaciones que se desprende de este estudio se concluye que la inmensa mayoría de las explotaciones tienen una fortísima componente familiar en la mano de obra y que el tamaño se ha incrementado fuertemente.

Las 16700 explotaciones que abarca el estudio producen anualmente 3.8 millones de toneladas de leche, de lo que resulta un promedio de 220 toneladas por explotación. Claro está que de estas 16700 explotaciones las 10000 (60%) de menor tamaño producen tan sólo 0.8 MTm (20%) y las 6700 (40%) restantes 3 MTm (80%), lo que supone un tamaño productivo medio de 447 Tm de leche/año para este grupo de explotaciones.

“No tiene nada que ver el coste marginal de producción o la eficiencia con el tamaño de las explotaciones”

El tamaño medio de las explotaciones francesas no llega a las 300 Tm de leche y las irlandesas con poco mas de 400 Tm de leche por explotación basan su capacidad exportadora no en ser cada vez más grandes, sino en ser cada vez más eficientes. Ligar tamaño a eficiencia es un error bastante común pues nada tiene que ver el coste marginal de producción o la eficiencia con el tamaño de las explotaciones.

Es cierto que las economías de escala funcionan pero tienden a ser asintóticas, por lo que el análisis de parámetros de eficiencia y coste marginal son más apropiados para hablar de rentabilidad de explotación. No es cierto, por tanto, atribuir un supuesto éxito económico como algo circunscrito exclusivamente al tamaño de las explotaciones.

Demandas sociales

Ya se comentó con anterioridad que uno de los vértices del triángulo de la sostenibilidad es el apartado social. Por eso, es de máximo interés saber cuáles son las demandas y sensibilidades que los consumidores y, por extensión, el conjunto de la sociedad tienen de nuestra actividad lechera.

A este respecto, se acaba de publicar recientemente un estudio realizado por el Institut d´Élevage(3) en el que se le demanda a una serie de actores de la sociedad francesa sobre sus preocupaciones concernientes a la producción de leche. Se desprenden opiniones muy interesantes y muy a tener en cuenta cuando hablamos de sostenibilidad. Así, en el estudio se refleja una gran preocupación por la emisión de gases efecto invernadero, la competencia en la utilización de alimentos entre humanidad y animales(4), crece la preocupación por la intensificación de la producción y también por la utilización de antibióticos.

“En Francia los consumidores están cada vez más preocupados por el impacto medioambiental de la producción lechera”

Por otra parte, la DG-Agri acaba de lanzar el pasado mes de octubre un Grupo Focal(5) sobre sistemas de producción de leche en el que se pretenden dar las claves para una producción de leche más fuerte y resiliente. La resiliencia mide la capacidad de una actividad de volver a su estado productivo habitual después de sufrir variaciones importantes en alguno de sus factores de producción. Sería por ejemplo la capacidad de una ganadería de vacuno de leche de resistir una bajada de precios importante o la capacidad de adaptación a nuevas demandas legislativas, sociales o de cualquiera otro tipo.

El informe de partida de este grupo focal ya está publicado y todo apunta a que en el informe final la resiliencia o adaptabilidad de las explotaciones de leche a las demandas sociales van a ser tenidas muy en consideración.

Sostenibilidad en la producción de leche

Visto el panorama y antes de lanzar cualquier tipo de etiquetado hablando de las bondades y de la sostenibilidad del sistema de producción de leche, deberíamos de tener en cuenta una seria de consideraciones entre las que destacan:

-Deberíamos de saber trasladar a la sociedad las diferencias sustanciales entre las vacas de leche como productoras de alimentos y cualquiera otra actividad productiva o de consumo en cuanto a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Destacar la capacidad de los ruminantes de extraer energía y proteína de fuentes vegetales ricas en celulosa, frente otras especies monogástricas que requieren alimentos menos fibrosos, ricos en almidón, potencialmente consumibles por los humanos.

-La producción de leche está basada en explotaciones familiares con una alta suficiencia proteica y forrajera que les confiere una alta resiliencia ante las volatilidades de los precios.

“La suficiencia forrajera y proteica son conceptos a tener en cuenta a la hora de hablar de sostenibilidad”

-Las granjas familiares, que son granjas económicamente viables, conllevan una serie de intangibles muy apreciados por las sociedad, tales como la preservación del paisaje, el mantenimiento de la vida en el rural y la lucha contra los fuegos. De hecho, las granjas de leche en Galicia son los mejores y más baratos cortafuegos del país.

-La mejora en la eficiencia en el sistema de producción de leche redundará siempre en mejoras económicas y medioambientales. Cuanta más cantidad de proteína sea capaz de generar en mi explotación sin utilizar nitrógeno de síntesis, menor emisión de gases efecto invernadero provocaré y menor dependencia de la importación de alimentos tendremos. La suficiencia forrajera y proteica son conceptos a tener en cuenta a hora de hablar de sostenibilidad.

Conclusión: “No nos dejemos llevar por cantos de sirena de granjas de miles de vacas”

La manera en que los ganaderos y ganaderas gallegos producen la leche encaja muy bien en las demandas que tiene la sociedad. No nos dejemos de llevar por cantos de sirena que nos llevarían a no ser competitivos ni económicamente, ni socialmente.

Una producción basada en los recursos propios, con granjas familiares de tamaño medio y con una baja competencia por recursos válidos para la alimentación humana es lo que la sociedad entiende por sostenible. Además, en el caso gallego encaja con nuestro manera de producir la leche.

César Resch Zafra
Vocal de Terra e Leite
Investigador del INGACAL/CIAM

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