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La Asociación Gallega de Cooperativas Agrarias (Agaca) presentó recientemente el “Informe para el fomento de la incorporación de jóvenes y al sector primario en Galicia”, un trabajo elaborado por la Comisión Xuventude Cooperativista Emprendedora, creada para dar voz a la juventud rural gallega.
He aquí algunas de las demandas de esta comisión y que ya le trasladaron a la Consellería de Medio Rural:
-Consideran que el criterio determinante para la concesión de una ayuda de plan de mejora, como es que la explotación tuviera una incorporación en los últimos 5 años, “provoca que muchas granjas modernas y profesionales no estén en esa situación, con lo que se dificulta su viabilidad a medio plazo”.
-Los miembros de la Comisión Xuventude Cooperativista Emprendedora consideran importante generalizar el empleo de expertos que tutoricen a los jóvenes que se incorporen, tal y como ya se está haciendo en alguna comunidad autónoma de España.
-Fiscalidad: Consideran injustificado que la Agencia Tributaria obligue a tributar en impuestos hasta el 30% de la ayuda de incorporación así como que se imputen como ingreso en el año en el que fueron concedidas, no en el que realmente se ingresaron. “Debería regularse el rateo de estas ayudas durante un período mínimo de 5 años, y regular también reducciones en los rendimientos generados por este tipo de ayudas”, demandan.
En el caso de la cesión de granjas entre padres y hijos, se debería lograr un tratamiento fiscal justo y equitativo con el joven que se incorpore y alcanzar un acuerdo para que no exista una fiscalidad abusiva por parte de la Agencia Tributaria. “Es injustificable y dificulta la viabilidad del futuro profesional agrario que la AEAT cobre alrededor del 15% de las ayudas por derechos de pago básico de la PAC al considerarlo una operación de compraventa, al igual que en el caso de cónyuges en régimen de gananciales, cuando uno de ellos se da de alta como titular de la granja de la que, en teoría, ya tenía el 50% de la propiedad”, defienden.
-Formación: Reclaman que el curso de incorporación a la empresa agraria, de 250 horas y requisito imprescindible para acceder a la ayuda de instalación, sea versátil y adaptado a los sectores de destino. “No tiene sentido que todos los jóvenes que se incorporen tengan que hacer el curso de las vacas cuando no se van a dedicar profesionalmente a esta actividad. Los futuros apicultores, fruticultores, horticultores, viticultores… quieren acceder a cursos de 250 horas centrados específicamente en su actividad futura”, subrayan.
Igualmente, los jóvenes de Agaca demandan de la Administración que apoye decididamente la formación profesional reglada dirigida al sector agroalimentario. Así, piden que se abran nuevas posibilidades, como la formación a distancia y la formación en régimen nocturno, para que el alumnado con cargas familiares o laborales pueda acceder a ella con facilidad.
-Solicitan también que sean atendidas todas las solicitudes, debidamente justificadas, de planes de mejora.
-Defienden que las ayudas de incorporación deben estar totalmente ligadas a la concesión de ayudas a los planes de mejora que presentan los jóvenes que se incorporen, para evitar que los nuevos granjeros se enfrenten a granjas obsoletas.
-Por último, y entre otras demandas, reclaman que las administraciones deben resolver de manera inmediata los problemas de acceso a internet en el rural. “La juventud tiene derecho a una banda ancha que permita los mismos servicios digitales que estando en un entorno urbano”, reclaman.
