Propuestas de Unións para enfrentar la crisis del coronavirus en el campo

La organización agraria aboga por redistribuir fondos del Plan de Desarrollo Rural para apoyar a las producciones más afectadas por la caída de ventas

Propuestas de Unións para enfrentar la crisis del coronavirus en el campo

El vacuno de carne se está viendo afectado por una caída de precios severa.

La crisis del coronavirus está dejando en el campo un serio impacto en producciones como el vacuno de carne, el ovino y caprino, o el sector del vino. Para enfrentar las caídas de ventas y la bajada de los precios, Unións propone reprogramar los actuales fondos del Plan de Desarrollo Rural con el objetivo de apoyar a los productores afectados.

“La idea no pasa por destinar nuevos presupuestos al campo, sino por coger el dinero ya existente en el Plan de Desarrollo Rural y reenfocarlo en parte para los productores afectados”, defiende el secretario xeral de Unións, Roberto García, que compareció hoy en una videorueda de prensa. García recordó que las granjas de vacuno de carne están perdiendo en conjunto más de un millón de euros mensuales por la bajada de los precios, una situación que aboga por compensar.

La organización agraria entiende que, dada la actual crisis, es posible redirigir fondos previstos en un principio para programas forestales o para apoyos genéricos al desarrollo rural. «Hay cosas concretas que se pueden hacer, como destinar directamente 5.000 euros por productor en concepto de ayuda a la renta. También es posible aumentar las ayudas por hectárea para zona desfavorecida o destinar más apoyo a las ayudas agroambientales, que beneficiarían en gran medidas a las ganaderías de carne», propone García.

Otra línea de actuación posible se centra en la refinanciación de deudas con el apoyo del Igape. «Es necesario apoyo público para evitar que nadie caiga por las deudas que ya tenía contraídas y que ahora puede tener dificultades para abonar», señala el secretario general de Unións, que incide en la necesidad de apoyo tanto para los ganaderos cómo para la industria agroalimentaria.

Así, García destaca que será preciso apoyo financiero para las bodegas, que tienen buena parte de la última cosecha sin vender, pero que tendrán que enfrentar en unos meses la vendimia del 2020. «La próxima vendimia es motivo de preocupación para los viticultores y para las bodegas y es momento de buscar soluciones», aboga.

Preocupación por las cisternas de leche importadas

Junto con el apoyo a los productores más afectados por el coronavirus, un segundo foco de preocupación de Unións se centra en la posibilidad de una crisis indirecta en el sector lácteo, pues si bien el consumo de leche en España se mantiene fuerte, los excedentes de los países del entorno representan una amenaza. «Están entrando cientos de cisternas de leche a bajo precio que llegan de Portugal y Francia. Eso puede tener un impacto a corto plazo en España, sobre todo a la hora de abaratar aun más los lácteos en los supermercados, con el posible efecto en cadena que esa banalización provocaría», advierte.

Unións insta a las Administraciones a controlar la leche importada, pues sostiene que parte de las cisternas que entran en España son casos claros de venta a pérdidas, por debajo de los costos de producción, lo que infringiría la legislación. «Si la leche en Francia se está pagando a 36 céntimos en el campo y se le venden excedentes a industrias españolas a 14 céntimos, el tema está claro», cuestiona Roberto García, que demanda la intervención de Xunta, Ministerio y un plan de contingencia a nivel europeo.

Las inspecciones, según la organización agraria, se deberían extender al procesado de la leche importada en la industria, para garantizar que se procesa en un circuito independiente de la leche nacional, de forma que sea etiquetada como leche producida fuera de España. «A mayores, es preciso examinar el destino de esa leche, pues como es sabido, la leche concentrada se puede emplear para algunos productos lácteos, pero no para reconstituirla y envasarla como leche líquida», señala.

En el actual escenario, buena parte de los países de Europa están apostando por promocionar el consumo de productos nacionales entre sus consumidores. Es una solución individual que García ve como «necesaria» y como complementaria de las medidas públicas que se puedan tomar. «El consumidor es nuestro aliado y tenemos que buscar su complicidad con las producciones propias», defiende García. «Pensemos, por ejemplo, que nos están entrando muchos quesos de Alemania y de Centroeuropa a precios muy bajos con los que no pueden competir nuestros queseros. Es necesaria la complicidad del consumidor con los ganaderos y con la industria propia».

Precios de la leche
Sobre los precios de la leche en el campo, Unións dice no tener una preocupación inmediata, «pues el consumo doméstico de leche líquida aumentó hasta niveles que compensan la caída de ventas en la hostelería», defiende. «Lo que no tendría sentido es que la industria pretendiera bajar precios de la leche en el campo basándose en la caída de precios de los productos lácteos industriales (leche en polvo, mantequilla, etc.), que apenas tienen importancia en nuestro mercado. Si cuando estos productos subieron en Europa, el precio en el campo en España no subió, ahora que bajan tampoco tienen que bajar los precios en el campo», argumenta.

Buena parte de las granjas de Galicia tienen de todas formas contratos firmados a un año vista, por lo que la discusión estará en las granjas que tengan que renegociar precios en los próximos meses, entre ellas parte de las que están integradas en la organización de productores Ulega. «Tendrán condiciones parecidas a las de los contratos que están en vigor», pronostica García.

Dificultades en la salida de terneros de recría
El problema más inmediato con el que se están viendo las granjas de leche estas últimas semanas es la salida de los terneros de recría hacia cebaderos. Dado que los mercados de ganado están cerrados, esta salida se complicó y ahora se hace exclusivamente por medio de tratantes. «Los becerros están saliendo con dificultades y sin precio, ya que los grandes cebaderos de Cataluña y Aragón están aprovisionándose de terneros franceses y belgas, que llegan tirados de precio», cuestiona Roberto García, que pide soluciones.

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