Potencialidad de las setas en las comunidades de montes vecinales

El Grupo de Investigación en Economía Ecológica de la Universidad de Vigo llama la atención en un artículo sobre las posibilidades de los hongos en Galicia. Detalla experiencias ya en marcha en Friol, Mondoñedo y Guitiriz

Potencialidad de las setas en las comunidades de montes vecinales

Monte vecinal de Carballo (Friol). / Archivo.

El aprovechamiento de los hongos en los montes gallegos constituye un potencial de rentas para las comunidades rurales. De hecho, ya están comenzando a desarrollarse iniciativas de aprovechamiento del recurso micológico en montes vecinales en mancomún. El Grupo de Investigación en Economía Ecológica de la Universidad de Vigo analiza en un artículo las posibilidades de las setas en Galicia, así como las experiencias que están surgiendo.

Desde antiguo, se han consumido en Galicia algunas especies de setas, como la ‘Macrolepiota procera’, pero el aprovechamiento económico de los hongos es una oportunidad relativamente reciente. Las principales posibilidades se sitúan en los montes vecinales, dada su superficie media, superior a las 200 hectáreas, frente al minifundio del monte privado. En Galicia, alrededor de un tercio de la superficie forestal, unas 670.000 hectáreas, es monte vecinal.

Normativa
El decreto 50/2014, y anteriormente la Lei de Montes de Galicia (2012), establecen que la persona propietaria de los terrenos es también la titular de todos sus recursos forestales. El propietario puede, por tanto, restringir la recogida de setas mediante la señalización de un recinto acotado en el que comunique la prohibición del aprovechamiento sin autorización previa.

En la comunidad de Figueiras (Mondoñedo), cada persona comunera puede obtener un mínimo de 2.000 euros por campaña

El acotamiento puede ser abierto, gestionado a través de la concesión de permisos, o cerrado, sólo utilizable por las personas comuneras. Ambas opciones están desarrollándose en los montes gallegos. También existe la alternativa de adjudicarle el aprovechamiento a una empresa que pague una renta.

Experiencias
En montes vecinales del interior gallego, como en Abadín, Guitiriz, Mondoñedo o Riós hay ejemplos de comunidades que decidieron en asamblea acotar su monte para el aprovechamiento de los setas y que ya llevan, en algunos casos, más de una década de recorrido, antes de la aparición de la actual normativa.

Un ejemplo es el acotamiento de la comunidad de montes de Figueiras (Mondoñedo), que cuenta con 23 personas comuneras y con una superficie superior a las 1.000 hectáreas.

Montes vecinales del interior gallego optan ya desde hace 10 años por el acotamiento del recurso para evitar su deterioro

La comunidad decidió crear uno coto cerrado en el 2006, viendo que cada vez iba más gente al monte a recoger hongos y que el recurso se estaba resintiendo por la sobreexplotación y por las malas prácticas de algunas personas. En Figueiras, la mayor parte de las casas de la parroquia ya venían cogiendo setas para su venta durante la temporada, principalmente en otoño.

La necesidad de mantener esa posibilidad de obtener recursos adicionales hizo que el monte vecinal optara por crear uno coto cerrado, en el que cada persona comunera puede realizar el aprovechamiento de forma particular. Sólo con la recogida de níscalos y de ‘Boletus edulis’, que pueden sumar 400-500 kilos por persona y año, cada comunero que trabaja en la recogida de hongos puede obtener un mínimo de 2.000-2.500 euros anuales.

Desde el grupo de investigación de la Universidad de Vigo destacan que en Figueiras (Mondoñedo), igual que en otras comunidades, no se hace una comercialización en común, lo que entienden que en teoría puede repercutir en menores precios por los hongos recolectados.

As Negradas, en Guitiriz, y Carballo, en Friol, certificadas en la agricultura ecológica

Existen dos comunidades en Galicia, As Negradas (Guitiriz) y Carballo (Friol) que cuentan con parte de su monte certificado por el Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica (Craega), lo que les permite recoger y comercializar determinadas especies de hongos con una certificación ecológica.

La comunidad de montes de Carballo está además experimentando desde 2015 con la venta directa de los hongos a establecimientos ecológicos de la ciudad de Lugo, con lo que obtiene mayores precios que a través de la venta a intermediarios.

La comunidad de Carballo obtiene mejores precios a través de la venta directa a establecimientos de Lugo

En Friol, también optaron por crear un coto micológico abierto, de manera que personas ajenas a la comunidad pueden acceder al monte para coger hongos mediante el pago de una cuota de 10 euros / año, en el caso de recogida para autoconsumo, y de 50 euros / año, si se le va a dar a las setas un uso comercial.

Plantaciones micorrizadas
Otra alternativa con vistas al futuro por la que están optando algunas comunidades es por la plantación de árboles micorrizadas, principalmente castaños y pinos, en la idea de crear un entorno en el que a medio plazo haya una producción importante de hongos. Es el caso, por ejemplo, de las comunidades de Vincios y Couso, en el Valmiñor, según detalla el artículo de la Universidad de Vigo.

El cultivo de algunas especies de hongos es otra opción que están valorando determinados montes vecinales.

Prevención de fuegos
Desde la Universidad de Vigo se recuerda también que la puesta en valor del recurso micológico puede ser además importante en la gestión del monte, pues si se hacen trabajos de desbroce de matorral para fomentar la obtención de setas, se promueven indirectamente medidas preventivas contra los incendios forestales, según destacan desde la Universidad de Vigo.

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