Pocas solicitudes de la ayuda europea para reducir la producción láctea

El temor de las explotaciones lácteas a que la industria les penalice el próximo año en caso de que reduzcan ahora la producción y las previsiones de repunte de precios frenan las solicitudes. Las organizaciones agrarias aseguran que solamente la están pidiendo aquellas ganaderías que ya tenían previsto abandonar la producción.

Pocas solicitudes de la ayuda europea para reducir la producción láctea

Protesta de los ganaderos ante la Comisión Europea

La ayuda europea de 14 céntimos por kilo para reducir la producción láctea está teniendo, de momento, escasas solicitudes en Galicia. Así, lo confirman las organizaciones agrarias, que apuntan como principal motivo al temor de muchas ganaderías de que si reducen las entregas de leche ahora, las industrias lácteas las penalizarán en las cantidades que les recojan el próximo año, al tomar el 2016 como referencia.

Así, Francisco Bello, vicepresidente de Asaja, asegura que “la mayor parte de la gente que pasa por nuestras oficinas es a informarse de la ayuda, pero de momento estamos teniendo muy pocas solicitudes”. Atribuye esta escasa demanda a que “la mayoría tiene miedo a que si reducen ahora la industria les baje la cantidad en los contratos para el próximo año”. A esto se une que “los mercados internacionales están repuntando, las industrias ya le están ofreciendo a algunos ganaderos subidas de dos céntimos y todo esto hace que la gran mayoría no se acoja a la ayuda de reducción de la producción”, asegura el representante de Asaja.

Por su parte, Isabel Vilalba, secretaria general del Sindicato Labrego Galego (SLG), critica que “es una ayuda que genera bastantes dudas y la gente es bastante escéptica sobre su efectividad y se pregunta si puede tener un efecto negativo de cara al futuro”. En concreto, advierte de que “no hay garantías de que si se reduce la producción aquí, no aumenten las importaciones de otros países que están aumentando su producción, y tampoco no se garantiza que las industrias para el próximo año puedan aplicar descuentos en los volúmenes de entregas”.

Isabel Vilalba: “Esta ayuda genera bastantes dudas sobre su efectividad”

De esta forma, la secretaria general del Sindicato Labrego asegura que “las pocas solicitudes de ayudas que estamos tramitando son de personas que ya tenían previsto abandonar la producción, y también alguna cooperativa que está animando a sus socios a que metan parte de la producción por esta vía para aliviar los problemas que está teniendo de venta de la leche”.

En la misma línea se pronuncia Óscar Pose, responsable de Servicios de Unións Agrarias (UUAA), quien considera que esta medida de Bruselas “no tiene mucho sentido y no va a solucionar nada”. “Quienes tienen que reducir producción son los países del Norte de Europa, que son los que más la aumentaron, y no los ganaderos de España, donde somos deficitarios para abastecer nuestro consumo”, subraya. En este sentido, Pose informa de que “de momento en nuestras oficinas los ganaderos están solicitando mucha información pero de momento estamos realizando pocas tramitaciones, y tampoco esperamos que haya muchas más”.

El plazo para solicitar el primer período finaliza este miércoles.

Esta ayuda extraordinaria de la Comisión Europea se concederá a aquellas explotaciones que reduzcan sus entregas de leche durante un período de 3 meses consecutivos (período de reducción) en comparación con ese mismo período en el año anterior (período de referencia). La subvención por beneficiario será como mínimo para una reducción de 1.500 kilos y como máximo para una rebaja del 50% de su producción en el periodo de referencia. El plazo de solicitud para el primer tramo finaliza este miércoles, 21 de septiembre, a las 12:00 horas.

UPA considera esta ayuda una “medida trampa”

A nivel estatal, la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) considera que la medida de reducción temporal de producción de leche planteada por la Unión Europea “llega tarde” porque el control de producción ya se ha hecho de forma natural y desordenada con el cierre de numerosas explotaciones familiares en España y en otros países de la Unión Europea. Es por ello que esta medida pone de manifiesto, según la organización agraria, “la falta de agilidad y de respuesta ante la crisis que está mostrando la maquinaria europea y de los propios estados”.

Además, esta medida de reducción temporal es voluntaria y no establece un cupo de reducción obligatorio por países en función de su contribución al exceso realizado. De esta manera, “la medida se convierte en una trampa para los países deficitarios como España con un déficit próximo al 30% entre lo que producimos y la cantidad que consumimos”, explican desde UPA.

“Esta ayuda fortalece a los países más excedentarios en producción”

“La Comisión Europea y los países no han tenido el arrojo y la valentía hace unos meses de controlar la producción de manera obligatoria y proporcionada al exceso de producción de cada país”, advierte el responsable de Ganadería de UPA, Román Santalla. De este modo, “se han adoptado medidas trampa que fortalecen a los países que históricamente han tenido más producción que necesidades para el consumo interno”, explica Santalla .

Desde UPA esperan que la otra ayuda destinada a aportar liquidez a las explotaciones, y que tiene que ser implementada próximamente, sea más justa y contribuya a apoyar a las explotaciones que “realmente lo han pasado mal en la crisis”.

Por todo ello, la organización agraria UPA planteará al Magrama medidas encaminadas a fortalecer la producción y el mercado interno. “Es preciso duplicar el presupuesto con fondos nacionales y destinarlo a impedir que en España se sigan abandonando dos ganaderías de leche al día”, ha urgido Santalla.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información