«Para que la ganadería sea viable, complementamos la producción de carne con la recría para vida»

Rubén y Alberto Hermida son dos hermanos que tomaron el relevo de la explotación familiar de vacuno de carne en extensivo en tierras de Camba. Su apuesta está en la venta de animales vivos para la recría y no sólo en los terneros para el cebo. Conocemos su experiencia

«Para que la ganadería sea viable, complementamos la producción de carne con la recría para vida»

Alberto y Rubén Hermida con parte del rebaño en tierras de Camba.

A los pies de la Sierra del Faro, en tierras de Camba, en el ayuntamiento pontevedrés de Rodeiro, Rubén Hermida y su hermano Alberto gestionan una ganadería de vacuno de carne en extensivo. Aunque buena parte de los terneros que crían son para cebo, también optaron por la venta directa de la recría, sobre todo de las hembras, para otras explotaciones.

«Una de las maneras de que sea viable fue no centrar la explotación en la carne, por eso las hembras las dedicamos a la recría en vida», apunta Alberto, que compagina esta labor con otra actividad dentro del sector. Sin embargo, Rubén decidió apostar por la ganadería, un oficio con larga tradición en la familia al que ya se habían dedicado también sus abuelos. Cuando hace poco más de tres años Laura, su madre, se jubiló, ellos tomaron el relevo.

Un rebaño de Rubia Galega

La explotación cuenta con un rebaño de cerca de medio centenar de animales que pacen en una superficie de unas 42 hectáreas en propiedad, divididas en parcelas de 2 o 3 hectáreas por las que van rotando el ganado. A esta base territorial también se suman algunas parcelas que pastan puntualmente de sus vecinos.

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Las vacas permanecen fuera todo el año.

Los animales permanecen en el pasto todo el año, aunque en los días más fríos e intempestivos las llevan a fincas que cuentan con zonas de arbolado, donde se pueden resguardar. «Lo sorprendente es que, estas zonas que tenemos con árboles especialmente pensados para el ganado, luego no nos entran para PAC», critica Rubén.

Las vacas permanecen fuera todo el año y van rotando por unas 42 hectáreas de pastos

Casi la totalidad de sus animales son de rubia galega, a excepción de una vaca de raza rubia asturiana. En cuanto a los terneros, los destinados para la ceba se certifican como Ternera Gallega Suprema y el resto de los animales que venden son para explotaciones. Los animales permanecen en la explotación hasta los 7 meses. «Los vendemos para que los acaben de cebar, ya que con el pienso que comen en la última etapa, hasta los 10 meses, no te compensa seguirlos teniendo», explica.

Rubén también critica las dificultades que están encontrando los pequeños criadores de vacuno de carne con la competencia de las grandes empresas que apuestan cada vez más por los grandes cebaderos. «Los grandes grupos son de los peores enemigos para el sector, hacen mucho daño y no puedes competir contra ellos», denuncia.

Ventas para otras explotaciones

Aunque la mayoría de las ventas en vida son de terneras y novillas, también venden algún becerro para explotaciones próximas. El año pasado despacharon tres machos para ganaderías de Chantada, Monterroso y también Rodeiro, donde los criarán para la monta de sus rebaños.

«En cuanto vamos teniendo muchas terneras también nos vamos deshaciendo de ellas porque cuesta más mantener uno de esos animales que los más jóvenes, y también por ir renovando», comenta Rubén. Esta misma semana vendieron nueve novillas, aunque reconoce que, por lo general, no suelen vender tantas juntas y estas renovaciones de los animales más bien las acostumbran a hacer cada dos o tres años. «Nos juntamos con mucha recría y de cara al invierno se nos hacían muchos animales», concreta.

«Con el frío, los pastos no consiguen recuperarse y optamos por vender animales»

Las vacas las mantienen todo el año a base de los pastos, además de silo de hierba, de los que hacen cerca de 300 rollos de hierba seca, con cerca de 100 alpacas por temporada. Apenas hacen resembrado de la pradera, sin embargo, las bajas temperaturas de esta zona de montaña provoca que tengan que controlar más el número de animales que tienen en invierno para no agotar los prados. «Con el frío, los pastos no consiguen regenerarse, por eso esta vez vendimos este lote de animales», explica el ganadero.

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Una vez que cuenten con el nuevo toro, comenzarán de nuevo a programar los partos.

Renovar el toro y programar los partos

«Ahora estamos reponiendo el rebaño con ganado nuevo», explica Rubén. También están en la búsqueda de un nuevo toro, ya que con las novillas vendieron también su semental. Era un animal con el que estaban muy satisfechos en la explotación, tanto por lo dócil que era como por la facilidad de parto que tenían sus crías. «Este verano mis primos vinieron y estuvieron haciéndose fotos con él todos tranquilos, era realmente muy manso», comenta, a la par que recuerda los peligros que entrañan estos animales en la ganadería, con el caso reciente de una vecina de la zona que falleció en los últimos meses por un incidente con un toro.

Cambian de semental para evitar problemas de consanguinidad en su rebaño

La decisión de vender el animal, que ahora está en otra ganadería como semental, es para evitar problemas de consanguinidad y no exponer su rebaño. «Hay quien no le de la importancia a esto, pero nosotros preferimos controlarlo porque luego son problemas en la explotación que podrías haber evitado», reflexiona Rubén. Sin embargo, también encuentran ciertas dificultades para encontrar animales.

Hay cosa de un par de años también comenzaron a programar los partos. «El problema es que si no lo sigues controlando al cabo de unos años ya vuelves a tener todo desajustado», comenta. Ahora, con la llegada del nuevo semental también volverán a programarlos partos para tener más concentrados los nacimientos.

Con la vista puesto en el ecológico

Al margen de la explotación de vacuno, también están inmersos en el proyecto de la construcción de una granja de gallinas ponedoras en ecológico, pionera en Galicia en los sistemas que emplea. Además, esperan que las dos explotaciones se complementen y centrarse en el ecológico tanto en el vacuno como en la producción de huevo.

Están construyendo una granja de gallinas ponedoras en ecológico

«En cuanto consigamos tener abono de la granja de gallinas ecológica lo emplearemos para producir forrajes y la idea es pasarnos al ecológico. Con las limitaciones que tienes, sobre todo en el empleo de fertilizantes, y en un sitio tan frío como este no eres capaz de generar forrajes y ser competitivo», comentan los dos hermanos. Están convencidos de que el futuro pasa por las producciones más ecológicas en base a lo que demandan tanto los consumidores como por las exigencias europeas a las que ya se están adaptando otros países, por lo que su apuesta se centrará en lo ecológico.

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