Medidas sencillas para reducir el estrés por calor en vacuno de leche

Resumen de la ponencia de Jud Heinrichs, profesor en la Universidad de Pensilvania, en la jornada organizada por Alltech en el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (CIAM).

Medidas sencillas para reducir el estrés por calor en vacuno de leche

El estrés por calor provoca una reducción en la ingesta de forraje

El estrés por calor es una de las principales causas de descenso de la producción en ganado vacuno lechero durante el verano, así como del contenido de grasa de la leche.

Jud Heinrichs, profesor en la Universidad de Pensilvania especializado en vacuno de leche, ofreció durante la jornada organizada por Alltech en el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (CIAM) unas recomendaciones prácticas para combatir este problema.

Como punto de partida recordó que “el estrés por calor es una combinación de temperatura y humedad elevada, que se manifiesta normalmente a partir de los 30 grados y de un 70% de humedad, y que las vacas sufren especialmente durante la espera en la sala de ordeño”.

Sin embargo, en países como Galicia, con una humedad elevada, de hasta el 80% o más, las producciones de leche ya pueden verse penalizadas incluso a partir de los 25 grados de temperatura.

Los efectos del estrés por calor, se manifiestan, tal y como explicó Jud Heinrichs, en “una menor ingesta de comida, pérdida de bicarbonato debido a una mayor salivación de las vacas, descenso de la actividad ruminal y también del PH del rumen, lo que lleva a un descenso de la producción de leche y de sólidos lácteos”.

Además, en el caso de las ganaderías que cuentan con robot de ordeño el problema del estrés por calor puede agravarse, según el profesor de la Universidad de Pensilvania, debido a que “baja la ingesta en pesebre pero no en el pienso del robot de ordeño, con lo que se produce un desequilibrio del PH ruminal por exceso de concentrado”.

“En estas situaciones la relación de porcentaje de materia seca de forraje y de concentrado puede pasar de un 50/50 a un 40/60 por esta situación de estrés por calor, y ello lleva a un PH acidótico”, añadió el experto.

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Medidas correctoras del estrés por calor:

En este sentido, Jud Heinrichs propuso las siguientes medidas de fácil aplicación en granja para combatir el estrés por calor:

-Garantizar la disponibilidad de agua fresca, especialmente después del ordeño.

-Vigilar que la vaca no escoja la comida y que esta se mantenga lo más fresca posible en el pesebre, evitando que le dé el sol o que se caliente.

-Tratar de concentrar más la ración desde el punto de vista nutricional. “Una alternativa es añadir grasa -ácido palmítico, es bastante común-, pero en su punto justo para no comprometer la digestibilidad de la fibra”, subrayó. En la fermentación ruminal se genera también calor, por lo que en situaciones de estrés por calor ambiental se pueden substituir los carbohidratos por grasa vegetal, con lo que se mantienen los niveles de energía pero se reduce la fermentación ruminal, y por tanto el calor emitido por el organismo del animal.

También se podrían utilizar melazas en vez de grasas para incrementar la ingesta, pero habría que analizar el nivel de azúcares en el forraje para mantener una dieta equilibrada.

-Incluir bicarbonato en la dieta para compensar la pérdida por exceso de salivación. La dosis recomendable es de unos 200 gramos por vaca y día.

-Uso de levaduras vivas para mejorar la actividad digestiva del animal.

-Debido también a la pérdida de saliva, se aconseja incrementar el aporte de potasio y sodio en la ración hasta 1,8 y 0,4, respectivamente.

-Asegurar los niveles de selenio, sobre todo en forma orgánica.

-Mejorar la ventilación, con posible uso de ventiladores.

-Uso de aspersores de agua, pero asegurando que el agua va a la vaca y no cae en la comida, pues provocará la aparición de hongos y levaduras en la misma.

-Reservar los forrajes de mejor calidad para el verano. De esta forma la vaca reduce menos la ingesta y digiere más fácilmente la ración.

“Garantizar la disponibilidad de agua fresca y una buena calidad de forrajes sería para mí la mejor estrategia para combatir el estrés por calor en ganado vacuno de leche”, concluyó Jud Heinrichs.

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