Las explotaciones lácteas gallegas necesitan 130.000 hectáreas más para asegurar su futuro

Expertos de la Universidad de Santiago y del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo defienden la necesidad de que las ganaderías de vacuno de leche de Galicia aumenten su base territorial en los próximos años en 130.000 hectáreas para poder ser competitivas en un mercado desregulado

Las explotaciones lácteas gallegas necesitan 130.000 hectáreas más para asegurar su futuro

Gandería Sar, en Touro, con las fincas alrededor de los establos

Las alrededor de 8.500 ganaderías de vacuno de leche de Galicia y sus 320.000 vacas se concentran en apenas 200.000 hectáreas de Superficie Agraria Útil (SAU), tanto de cultivos como de pastos, lo que supone solamente el 7,4% del territorio gallego.

En este sentido, diversos expertos tanto de la Universidad de Santiago (USC) como del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam) vienen advirtiendo de la necesidad de que las explotaciones de vacuno de leche aumenten su base territorial para ser competitivas en costes de producción, pero también para adaptarse a los futuros cambios de la Pac y reducir su impacto medioambiental.

Edelmiro López Iglesias, profesor titular de Economía Aplicada de la USC, resume la situación de la siguiente manera en un informe elaborado para el Foro Económico de Galicia en 2015: “las explotaciones lácteas gallegas tienen que reorientarse hacia sistemas productivos más ligados a la tierra”.

“En las últimas décadas se consolidó un modelo productivo en Galicia de carácter intensivo, fuertemente dependiente de la importación de materias primas, -fundamentalmente piensos, pero también paja y alfalfa- que hace que estemos a nivel europeo entre las regiones productoras de leche con un nivel de costes de alimentación medios altos”, señala Edelmiro López.

Así se refleja en el siguiente mapa elaborado por la Comisión Europea, que analiza los costes de alimentación de las explotaciones de vacuno de leche de la Unión Europea:

custos_alimentacion_ue“Es cierto que nuestro modelo productivo no alcanza los niveles de intensidad y dependencia externa del sur y el mediterráneo español; pero contrasta con el existente en las regiones atlánticas del noroeste de Francia, Irlanda y en general en las zonas con un alto potencial forrajero”, subraya el profesor de la USC.

“Lo importante no será tener las vacas que producen más leche sino los menores costes por litro”

A este informe se refirió recientemente el jefe del Departamento de Pastos y Cultivos de Mabegondo, Gonzalo Flores, en el transcurso de una jornada de transferencia a explotaciones lecheras colaboradoras de los programas de innovación del Ciam, destacando que el futuro de las ganaderías de leche a nivel europeo pasar por “tener más autonomía en la alimentación del ganado, minimizar los costes por unidad de producto y evitar los impactos negativos al medioambiente”.

Tras exponer un resumen de resultados sobre la estructura de explotaciones lecheras de Galicia fruto de un reciente proyecto de investigación, el responsable de Pastos y Cultivos de Mabegondo destacó que “no se debe focalizar necesariamente el debate entre modelos extensivos y modelos intensivos”. “Lo relevante -subrayó- no será tener las vacas que producen más leche sino los menores costes por litro optimizando la renta global de la explotación en sistemas ambientalmente sostenibles”.

Una PAC cada vez más vinculada a las hectáreas y a los compromisos medioambientales

En este sentido, el citado trabajo de Edelmiro López-Iglesias destaca que “el adecuado aprovechamiento de la tierra va a jugar un papel mucho más relevante de lo que hasta de ahora lo fue cómo condicionante de la viabilidad de las explotaciones”. Esta exigencia de mayor base territorial también se va a ir plasmando cada vez más en las próximas reformas de la Pac.

En concreto, advierte de que “el modelo que se perfila a medio plazo, más allá de 2020, presenta un peligro para las explotaciones lácteas gallegas de que las ayudas de la PAC, que ya alcanzan una cuantía comparativamente pequeña por unidad de trabajo y por explotación, se vean más reducidas, en la medida en que se tienda a pagos por hectárea uniformes”, penalizando a las ganaderías lácteas más intensivas.

Además, el profesor de la Usc llama la atención sobre que “”a introducción del nuevo pago verde anuncia otra tendencia que con toda probabilidad se reforzará a partir de 2020: la legitimación de un porcentaje cada vez mayor de las ayudas a las explotaciones en base a criterios ambientales”.

Edelmiro López: “La tierra va a condicionar la viabilidad de las explotaciones”

Por último, Edelmiro López introduce un tercer factor que obliga a las explotaciones lácteas a aumentar su base territorial para alimentar el ganado más en base a los forrajes propios: la creciente volatilidad de los precios de las materias primas.

Así, tal y como se refleja en la siguiente gráfica, si hasta el año 2007 los incrementos en los precios de los piensos, del gasóleo y de los fertilizantes iba parejo al precio de la leche, a partir de esa fecha se producen fuertes oscilaciones de los tres primeros al alza, y cuando suben siempre es en un porcentaje mayor que el de la subida del precio de la leche.

sineiro_prezos_leite_pensosEn este contexto, el experto de la Usc en economía agraria alerta de que “el modelo productivo imperante en las explotaciones lácteas gallegas, basado en un alto uso de concentrado por litro de leche, se va a enfrentar la crecientes dificultades”.

Un objetivo realista: incorporar 130.000 hectáreas a las explotaciones de leche

Para afrontar el nuevo contexto, Edelmiro López propone como “un objetivo realista el de mantener un número de vacas similar, alrededor de 350.000, pero sobre una Sau de unas 350.000 hectáreas”.

“Esto requeriría -explica- que unas 130.000 hectáreas, actualmente abandonadas o subutilizadas, se incorporen, preferiblemente mediante arrendamiento, a las explotaciones de leche para ampliar su base territorial”.

Esa ampliación tiene que acompañarse, según el profesor de la Universidad de Santiago, de otras acciones como reorientar las ayudas a las inversiones de las explotaciones, “de tal modo que estas sirvan para fomentar los sistemas ligados a la tierra y prioricen la mejora en la eficacia del uso de los factores (reducción de costes), frente a las inversiones en capital fijo (maquinaria, construcciones….)”.

En la misma línea, aboga por “utilizar los pagos agroambientales, y quizá también de los pagos acoplados de la PAC en el sector lácteo que van a existir en el período 2014-2020, para estimular esa modificación de los sistema productivos”. Por último, defiende que se prioricen acciones de asesoramiento y de formación de los ganaderos para mejorar el aprovechamiento de la tierra dentro del Programa de Desarrollo Rural de Galicia 2014-2020.

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