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Lactalis y los ganaderos franceses han llegado esta mañana a un acuerdo. La industria gala elevará progresivamente el precio de la leche en el campo hasta llegar a los 30 céntimos en diciembre. El pacto llega después de que el viernes pasado la compañía diese por rotas las negociaciones con los productores y anunciara unitelateralmente una subida de precios hasta 27,2 céntimos, frente a los 25,7 actuales. Las organizaciones agrarias no dieron por bueno ese anuncio y continuaron con las medidas de presión, lo que obligó la Lactalis a retomar hoy las negociaciones.
El acuerdo entre las partes fue esta vez inmediato. Lactalis aceptó subir el precio de la leche de agosto hasta los 28 céntimos y desde este mes hasta final de año incrementará mensualmente 0,50 céntimos litro en los pagos a las granjas. Esta decisión supone que los productores cobrarán la leche los últimos 5 meses del año a un promedio de 29 céntimos, en tanto que en diciembre estarán en 30 céntimos.
La cesión de Lactalis a las demandas de los ganaderos llega después de que los productores bloquearan el lunes de la pasada semana una factoría de la industria en Laval, en el oeste francés. Desde entonces, la escalada de acciones contra la industria fue ascendiendo y estos días, en las redes sociales francesas, estaba convirtiéndose en masiva la campaña de boicot contra los productos de Lactalis, que en España envasa marcas como President, Puleva o Lauki.
Situación en Galicia
En Galicia, el sector le viene reclamando también a Lactalis en las últimas semanas una mejora de las condiciones de sus contratos. Las granjas gallegas que trabajan con la industria están cobrando en la actualidad alrededor de 26 céntimos por litro de precio base y los contratos que les presentó la industria marcan una tendencia a la baja para los próximos meses.
Los productores le reclaman además a Lactalis alrededor de 2 millones de euros que presuntamente les está reteniendo a los ganaderos de manera irregular. Las organizaciones agrarias aluden a un acuerdo al que llegaron en diciembre con las cadenas de distribución para incrementar el precio de la leche y que esa subida repercutiera de manera directa sobre el ganadero. El problema, dicen, es que, en el caso de Lactalis, el dinero se quedó en el eslabón intermedio entre el supermercado y el ganadero, la industria.
Ante esta situación, Unións Agrarias tiene previsto iniciar en breve una campaña de boicot contra los productos de la marca francesa.
