La leche entera, un aliado para prevenir la obesidad entre los niños

Una investigación liderada por el Hospital St. Michael's de Toronto (Canadá) evidencia que los niños que beben leche entera tienen menos posibilidades de tener sobrepeso u obesidad

La leche entera, un aliado para prevenir la obesidad entre los niños

La leche entera, pese a su contenido en grasa frente a otras alternativas como la leche desnatada, puede ser un aliado para evitar la obesidad entre los más jóvenes. Así lo ponen de manifiesto un trabajo liderado por el Hospital St. Michael’s y la Universidad de Toronto (Canadá) en el que sometieron a análisis diversos estudios realizados sobre el consumo de leche de vaca entre la población más joven. La revisión tenía como objetivo comprobar la relación que existe de este alimento con el sobrepeso y obesidad, que cada vez más niños padecen en Norteamérica.

Las conclusiones de la comprobación sistemática de los estudios realizados, publicadas recientemente por el American Journal of Clinical Nutrition, evidencian que los niños que beben leche entera tienen menos probabilidades de terminar teniendo sobrepeso o siendo obesos, en comparación con los niños que toman leche baja en grasa.

Los estudios revisados recopilaban datos de casi 21.000 chavales de entre 1 y 18 años y procedentes de 7 países

La investigación consistió en la revisión sistemática y el metaanálisis de diferentes estudios realizados hasta el momento sobre las pautas de alimentación de los más jóvenes, prestando especial interés al consumo de leche y a las diferencias que se mostraban con la leche entera y la desnatada. En total los estudios analizados recopilaban datos de casi 21.000 niños sanos de edades comprendidas entre 1 y 18 años.

Además, los chavales de estas investigaciones procedían de 7 países con hábitos alimenticios diferentes: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Brasil, Suecia, Nueva Zelandia e Italia.

El consumo de leche y la obesidad

Al igual que en la población adulta, los índices de obesidad infantil en Norteamérica han aumentado significativamente en los últimos años. Hoy en día, cerca de 1 de cada 3 niños norteamericanos tiene sobrepeso o es obeso. En concreto, desde hace 40 años a tasa de obesidad infantil se ha triplicado. Para analizar las causas de este incremento de casos, en el Hospital St. Michael’s decidieron revisar uno de los alimentos principales de la dieta de los jóvenes: la leche, puesto que la mayoría de los niños norteamericanos consume leche a diario.

Desde 1970, en América del Norte el consumo de leche entera se redujo en un 80%

Además, en los niños de menos de 2 años, se recomienda el consumo de leche baja en grasa como un factor para reducir el riesgo de obesidad. Esta recomendación se lleva a cabo no sólo por el gobierno norteamericano sino que las autoridades sanitarias europeas, británicas y australianas proporcionan consejos similares.

Tanto los proveedores de atención médica como las familias o las guías y políticas de nutrición de las escuelas y el cuidado infantil suelen seguir este tipo de indicaciones, tal y como evidencian las cifras de consumo. En América del Norte, desde 1970 el consumo de leche entera disminuyó en un 80% mientras que las compras de leche baja en grasa se triplicaron.

Las autoridades sanitarias suelen recomendar el consumo de leche baja en grasa para los niños de menos de 2 años

«Es importante comprender la relación entre la grasa de la leche de vaca y el riesgo de sobrepeso u obesidad dados los consumos diarios de leche», justifican. En Canadá, el 88% de los niños de 1 a 3 años y el 76% de los chavales de 4 a 8 consumen leche a diario.

Los beneficios de la leche entera

A la hora de analizar la relación entre la cantidad de grasa de la leche y el riesgo de padecer sobrepeso u obesidad, ninguno de los 28 estudios que se revisaron determinó que los niños que bebían leche desnatada tenían una menor probabilidad de padecer estas patologías. En concreto, los estudios tomaron como referencia los estándares de crecimiento de la Organización Mundial de la Salud para determinar las categorías de sobrepeso y obesidad.

La mayoría de los trabajos de investigación analizados compararon el consumo de leche entera, con un 3,25% de grasa, con leche desnatado con una cantidad de grasa de entre el 0,1% , el 1% o el 2%. En esta revisión, se constató que 18 estudios sugerían que «una mayor cantidad de grasa en la leche de vaca está asociada con una menor adiposidad infantil», concreta.

Ninguno de los estudios mostró que los niños que bebían leche baja en grasa habían tenido menor riesgo de sobrepeso u obesidad

Entre las conclusiones que muestra la revisión sistemática y el metaanálisis realizado se extrae que «el consumo de leche entera en comparación con la leche baja en grasa no afecta negativamente al peso corporal o a la composición corporal de niños y adolescentes. Por el contrario, un mayor consumo de la grasa de la leche parece estar asociado con menores probabilidades de sobrepeso u obesidad infantil», recoge la investigación.

Pero, ¿cuáles son las razones que hay detrás de esta afirmación? La investigación también apunta varias teorías que justifican los resultados que se vieron en las comparativas y que ayudan a comprender por qué el consumo de leche entera acaba siendo más eficaz a la hora de prevenir estas patologías. Las justificaciones se relacionan con las prácticas que se derivan del consumo o no de leche entera en vez de centrarse en un análisis de las particularidades de la grasa de la leche. Así, el estudio recoge los siguientes argumentos:

-El poder saciante de la leche entera. El consumo de leche entera permite saciar el apetito debido al contenido de colecistoquinina y péptido similar al glucagón lo que reduciría el consumo de otros alimentos con un alto contenido calórico más perjudicial que la grasa de la leche.

-La grasa de la leche de vaca también podría ofrecer beneficios cardiometabólicos. Los tipos de grasa que se encuentran en la leche de vaca, incluido el ácido trans-palmitoleico pueden ser metabolicamente protectores lo que contribuye a reducir el incidencia de estas enfermedades.

-La baja capacidad saciante de la leche desnatada en comparación con la leche entera podría implicar un mayor consumo de leche. De este modo, aunque se trate de leche desnatada, una mayor cantidad podría propiciar un incremento del peso de los niños frente a aquellos que beban leche entera.

Sustitución por alimentos menos saludables. Otra de las teorías apunta al consumo de bebidas menos saludables en vez del consumo de leche entera. Estas alternativas tendrían un contenido más elevado de azúcares añadidos que contribuyen a favorecer tanto el sobrepeso y la obesidad desde muy jóvenes.

Al margen de los resultados de la revisión que muestran una relación entre el consumo de grasa de leche y una menor adiposidad infantil, los propios impulsores de la investigación abogan por continuar recopilando datos de ensayos clínicos. Reivindican la necesidad de contar con estudios que involucren grandes y diversas muestras durante un período largo de tiempo para poder ratificar estas conclusiones.

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