La edición genética, ¿una revolución para la sanidad vegetal y ganadera?

Plagas, sequías o virus son algunos de los problemas que permite afrontar la tecnología CRISPR, basada en la edición genética. Países como Estados Unidos o Japón ya la están empleando, mientras Europa mira con desconfianza esta herramienta

La edición genética, ¿una revolución para la sanidad vegetal y ganadera?

Hacer frente a la sequía es uno de los retos que se le presenta a la agricultura.

“La revolución de la edición genética CRISPR es ya una realidad en biotecnología vegetal y animal”. Así de rotundo se muestra uno de los expertos destacados en esta tecnología en España, el biólogo e investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Lluis Montoliu. La tecnología CRISPR, cuya aplicación en biomedicina puede aún retrasarse, se presenta ya como una herramienta para sectores como la ganadería y la agricultura.

CRISPR permite editar el genoma en base a las características presentes en otras variedades o razas

La tecnología CRISPR funciona a modo de tijera molecular, modificando fragmentos del ADN de manera que se puede eliminar, reemplazar o editar un determinado rasgo en base a las características presentes en otras variedades. “Es relativamente sencillo editar el genoma de cualquier especie productiva para trasladarle variantes genéticas que ya existen en la naturaleza, en otras variedades o razas de su misma especie”, concreta Montoliu.

CRISPR se presenta como una alternativa a la mejora genética clásica, la realizada por medio de cruzamientos, que ganaderos y agricultores llevan haciendo desde siempre. Esta herramienta permite acortar plazos y lograr mayores garantías de las que los cruzamientos clásicos ofrecían. “No estamos haciendo nada que no pudiese llegar a lograrse por mejora genética clásica, pero de una forma más rápida y concreta”, explica el investigador Lluis Montoliu, del Centro Nacional de Biotecnología (CSIC).

“No estamos haciendo nada que no pudiese llegar a lograrse por mejora genética clásica con más tiempo” (Lluis Montoliu)

“Al permitirte la supresión y edición de genes las aplicabilidades de la tecnología CRISPR son muchas. En biotecnología animal y vegetal se están probando para atajar problemas y controlar virus o plagas”, concreta el investigador Josep Rollantd, del Instituto de Investigaciones Marinas (CSIC). Rollantd es uno de los profesionales que trabaja en Galicia con esta tecnología, en concreto en investigaciones para atajar las malformaciones pigmentarias en rodaballos, que generan un alto coste a la producción acuícola.

El freno impuesto desde Europa

La tecnología CRISPR es aún relativamente reciente, ya que las primeras muestras de la edición genética surgieron en 2012, y ello provoca que aún haya ciertas desconfianzas, como las que mantiene la Unión Europea. Una sentencia del Tribunal Europeo en julio del pasado año consideraba los organismos editados con tecnología CRISPR como transgénicos, con un riesgo similar. Esta catalogación provoca que estas modificaciones se sometan a la normativa europea sobre transgénicos, que implica la realización de una serie de análisis de riesgos y toxicidades, que se prolongan en el tiempo y que incrementan los gastos.

La UE equipara la tecnología CRISPR a los transgénicos y obliga a realizar los mismos estudios de riesgo y toxicidad

Mientras, la comunidad científica europea discrepa de esta decisión y reivindica las diferencias entre transgénicos y el uso de edición genética CRISPR. “No estamos añadiendo un gen de otra especie, como en los transgénicos, sino que estamos editando el genoma de la raza que queremos mejorar, usando como molde alguna característica de otra variedad o raza”, explica el investigador Lluis Montoliu.

Desde la comunidad científica han solicitado que se actualice la normativa europea sobre transgénicos, gestada en los años 90 y aprobada en el 2001, ya que herramientas como CRISPR ni siquiera existían hace 30 años. Además, identificar estos organismos modificados con tecnología CRISPR resulta imposible, según los expertos, puesto que esa misma variación existe ya en la propia natureza.

Avances para agricultura y ganadería

Las restricciones europeas ponen freno a la aplicabilidad de esta tecnología en Europa pero, mientras, su desarrollo no está frenado fuera de Europa. Países como EEUU, India, Corea, Japón, China o la mayoría de naciones de Sudamérica ya se están aprovechando de las posibilidades que puede aportar esta tecnología. “Nuestros agricultores y ganaderos van a perder el tren de la innovación, por eso estamos pidiendo a la Unión Europea que revise la directiva”, indica Montoliu.

Los proyectos vinculados a los sectores ganadero y agrícola proliferan en Europa y en otros países, aunque su desarrollo y aplicabilidad pueda verse después frenado. Además, la tecnología CRISPR está afrontando algunos de los retos que se le presentan a día de hoy a la agricultura o la ganadería como son el cambio climático y las sequías e inundaciones derivadas que están reduciendo la disponibilidad de terrenos cultivables.

Con CRISPR están afrontándose retos que se le presentan a la agricultura o la ganadería derivados del cambio climático

En Europa, Inglaterra lleva años utilizando la tecnología CRISPR en proyectos para afrontar alguno de estos retos. Es el caso, por ejemplo, de un grupo de investigadores centrado en abordar algunas de las problemáticas del sector porcino. Sus últimas investigaciones se centran en la peste porcina africana donde el cerdo salvaje africano, el facocero (Phacochoerus africanus), resistente a la enfermedad. La tecnología CRISPR puede darle las claves para frenar su incidencia en los cerdos domésticos. Por el momento, la investigación está aún en fase de análisis y validación.

Este mismo equipo ya consiguió resultados el año pasado con el virus del síndrome reproductor respiratorio (PRRS), que utiliza una proteína para entrar en las células de los cerdos. Los investigadores consiguieron eliminar parte de esta proteína, evitando que los animales puedan infectarse.

La edición genética y la resistencia del cerdo africano salvaje podrían ser parte de la solución a la peste porcina africana

No es el único ejemplo, ya que en materia vegetal también se está trabajando con variedades que puedan ofrecer una mayor resistencia a la sequía o con una mayor capacidad de ácidos grasos insaturados. En Japón han desarrollado ya cereales con un retraso en la germinación para evitar que el grano brote con abundancia de lluvias o inundaciones.

En España también se está trabajando con tecnología CRISPR consiguiendo resultados en campos como la agricultura. Así, en el Instituto de Agricultura Sostenible de Córdoba, el biotecnólogo Francisco Barro ha obtenido harinas con un bajo contenido en gluten, una alternativa que podría reducir los costes para las personas celíacas. Por otra parte, el investigador Antonio Granell, del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas Eduardo Primo Yúfera (Valencia) está obteniendo resultados interesantes en sus trabajos con tomates. “Probablemente muchas de estas investigaciones no verán la luz en Europa y las terminaremos adaptando cuando ya estén validadas en otros países”, reconoce el investigador Lluis Montoliu.

Vacas de raza Angus que por causa de una mutación genética no tienen cuernos.

También hay fracasos: el caso de las Holstein sin cuernos

Pese a las buenas perspectivas de la tecnología CRISPR, que además no implica desorbitadas inversiones económicas lo que la hace más accesible, se ha detectado también algún fracaso que apuntaba a ser un gran avance. Es el caso, desvelado aún este verano, de la investigación realizada por una empresa norteamericana para conseguir vacas Holstein sin cuernos y evitar así los inconvenientes que el descornado produce a animales y ganaderos.

Utilizaron la mutación de la raza Angus para conseguir frisonas sin cuernos y evitar así el descornado

Para ello optaron por utilizar la mutación detectada en la raza Angus, muy popular en la ganadería de carne y que no tiene cuernos. Aunque aparentemente los primeros resultados auguraban un éxito, el procedimiento no resultó todo lo ‘limpio’ que debiese y en esta edición terminaron por dejar un elemento ajeno en el proceso, lo que convierte a los animales en transgénicos y ha empañado los resultados.

“Es algo que puede ocurrir en cualquier experimento genético, pero que debiera ser detectado ya en los análisis previos para desechar este clon y poder escoger otro que no tuviese esa inserción. No es un experimento limpio y aunque no tuviese por qué presentar mayores problemas, no es lo que inicialmente se pretendía y debería haberse evitado”, explica el especialista Lluis Montoliu, que ha abordado este caso en un artículo divulgativo. Así es que, como concreta Montoliu, finalmente, la empresa ha optado por sacrificar los animales e incinerarlos. Otras investigaciones en CRISPR trabajan también por otras vías en la obtención de vacas sin cuernos.

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