«La campaña de planta ornamental está perdida, tenemos ya millones de euros en pérdidas»

Las exportaciones a países como Francia están aliviando mínimamente la situación de los viveros gallegos de planta y flor. La paralización de las ventas por la pandemia provocó que tengan que tirar buena parte de la producción y compromete la próxima temporada

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«La campaña de planta ornamental está perdida, tenemos ya millones de euros en pérdidas»

Las plantas en flor se acumulan aún en los viveros del Bajo Miño.

Las restricciones de actividad por la pandemia del coronavirus pilló a los viveros de planta ornamental en la campaña alta de producción. El cierre y las limitaciones para la venta provocaron que, pese a poder continuar con la actividad al pertenecer al sector primario, no hayan podido vender sus productos.

Más de un mes después, dan la campaña por perdida y miran ya con preocupación hacia la próxima temporada. «El sector del viverismo trabaja con unos plazos muy largos y ahora debíamos estar ya preparando la planta del otoño y la del próximo año y aún tenemos la de esta campaña en nuestros viveros», explica Santiago Ramos, técnico de la Asociación de Viveristas del Noroeste (Asvinor).

El sector viverista de Galicia estima que sufrirá pérdidas de 18 millones de euros en la actual campaña de primavera

Las exportaciones hacia países como Francia se han convertido en una pequeña vía de salida de la producción para algunos de los productores gallegos, pero que no consiguen absorber toda la planta con la que contaban los viveros. Además, los gastos se mantienen casi cómo si estuvieran a pleno rendimiento, mientras las ventas se limitaron al mínimo. «A estas alturas de la temporada y con la planta sin vender la gente está desesperada y dan la campaña por perdida», concreta Ramos. Así, el sector viverista de Galicia estima que sufrirá pérdidas de 18 millones de euros en la actual campaña de primavera.

Las exportaciones, una válvula de comercialización

«La situación ha mejorado mínimamente con las exportaciones, que están siendo un pequeño alivio al ser una válvula de comercialización de nuestra producción», indica Emilo Estévez, vicepresidente de la Asociación de Cultivos del Bajo Miño (Acubam) y gerente de Coplant, una comercializadora ornamental en la zona sur de Galicia. En su caso, están exportando alrededor de un 20% de la producción que habían debido, sobre todo hacia Francia.

Viveros del Baixo Miño están exportando a Francia un 20% de la producción que tenían previsto

Pese a que el país galo está siendo uno de los principales destinos para la planta ornamental gallega, el volumen de exportaciones está muy por debajo del habitual y los trámites burocráticos están dificultando mucho la comercialización, como indican desde el sector. Mientras, las ventas al resto de Europa están casi completamente paralizadas. «Ahora mismo podemos estar destinando a la exportación un 2% de nuestra producción», detallan desde Asvinor. Pese a que las restricciones para la venta de flor y planta ornamental en otros países europeos están siendo menores, la crisis del coronavirus hizo que estén optando por adquirir planta de proximidad, en vez de importarla desde España.

En el limbo del sector agrario

La planta ornamental y flor se enmarca dentro de las producciones agrarias, pero no fue considerada desde un primer momento como bien esencial y su comercialización se limitó al máximo. Así, mientras en los viveros pudieron seguir con la actividad, la comercialización se canceló incluso en aquellos puntos que seguían abiertos por tener otros productos como fitosanitarios, abonos, plantón de huerta o piensos para animales.

«Estamos siendo uno de los más perjudicados en esta crisis puesto que no podemos vender, pero seguimos teniendo casi el 98% de los gastos que teníamos cuando estamos a pleno rendimiento», indica Ramos. La mayoría de los viveros continúan con buena parte del personal que tienen habitualmente y sólo se acogieron a ERTES a comienzos del sistema de alarma para aquellos trabajadores contratados específicamente para las tareas de expedición de la planta. «La gente que normamente está en los viveros teníamos que seguir con ella para el mantenimiento de la planta», explican desde Asvinor.

Pese a que aplicaron ERTES para el personal contratado para la expedición de la planta, la mayoría de los viveros continuaron con buena parte de los trabajadores

Lo mismo aconteció durante las semanas de máxima paralización, donde la actividad continuó en los viveros puesto que las tareas de mantenimiento precisaban del personal especializado para la atención de las plantas. «Las plantas tuvimos que seguir supervisándolas, ajustando el riego y la fertilización ya que no se pueden descuidar 15 días», apuntan los productores.

Los viveros se encuentran hoy por hoy aún con la mayor parte de su producción sin vender, lo que está condicionando también la producción de las próximas campañas. «Tenemos el espacio de nuestros viveros ocupado cuando ya debiamos estar plantando las próximas plantas», indican.

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Volver enmacetar las plantas que quedaron sin vender supone unos costes elevados sin garantías de que puedan conseguir venderlas después en otros tamaños.

Mucha de esta planta tendrán que destruirla, puesto que los costes de trasplante y abonado superan al que puedan obtener, además de ser más complicada su comercialización. «No sólo es reenmacetar la planta sino conseguir venderla después con ese tamaño», explica Ramos.

Los viveristas valoran estas opciones para salvar la planta pero temen incrementar los gastos y no conseguir sacar esa producción. Es el caso, por ejemplo, de un viverista que suele comercializar unas 20.000 hortensias en macetas de 3 litros, mientras que en maceta de 5 litros apenas vende unas 20 en la temporada. «Aunque reenmacetemos, sabemos que no hay mercado para ellas», valora.

Retrasar las celebraciones

La cancelación de las celebraciones por el Día del Padre, la Semana Santa y ahora el Día de la Madre hace que mucha de la planta y flor pensada para estos actos se tenga que descartar. En el Bajo Miño, especializados en planta arbórea, suelen comercializar una importante cantidad de hortensias para el Día de la Madre, que este año ya dan por perdidas. «La hortensia es una de las plantas que más salida tiene para esa fecha en nuestros viveros y llegamos a comercializar unos 5.000 ejemplares», concretan desde Coplant.

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Una vez terminada la floración, los viveros tienen muchas dificultades para comercializar estas plantas.

Precisamente para intentar paliar la falta de festejos de estas fechas señaladas, hay propuestas para cambiar estas celebraciones y retrasarlas con la intención de poder salvar las ventas, aunque tampoco estas medidas convencen mucho a los productores, ya que ven difícil contar con planta para otras fechas. «La gente cuando compra una planta quiere verla florecer, no suele comprarla para esperar un año a que florezca, por eso una vez que cumplió el ciclo es muy difícil que la adquieran en otra fecha», reflexionan los productores.

Además, los viveros afrontan ahora una de las épocas más difíciles para mantener la planta en las instalaciones, puesto que con el incremento de las temperaturas, buena parte de las especies rematan los ciclos.

En estos momentos, los productores, al igual que en otros sectores, también valoraron las ventas por internet como una manera de comercializar su producción. Sin embargo, las propias características del producto dificulta y encarece mucho el coste con el que los viveros descartaron por el momento este canal. «Al ser un producto perecedero y delicado los coste para el envío triplicaban el precio de las plantas?» indican desde el sector.

Medidas para paliar las pérdidas

Los esfuerzos de los viveristas se centran en conseguir que se pueda comercializar su planta y flor en aquellos espacios que continúan abiertos y que permiten establecer medidas de seguridad, tanto para los clientes como para los comerciantes. «Otros países como Holanda o Alemania están permitiendo tener los centros de jardinería abiertos y poder adquirir planta, lo que para nosotros sería una manera de darle salida», indican desde el sector. De hecho, muchos de estos puntos de venta están ahora mismo funcionando al comercializar otros productos relacionados con el sector agroganadero.

Otra de las medidas que urgen al Ministerio de Agricultura son las pautas para destruir la planta, de tal manera que luego puedan optar a recibir ayudas compensatorias por estas pérdidas. «Estamos aguantando hasta tener las instrucciones porque estamos ya casi al final de la campaña y precisamos comenzar con los trabajos de las próximas», indican.

Uno de los mayores temores para estos productores es que puedan quedar excluidos de las ayudas compensatorias que se propongan en los próximos meses para el sector primario. «En los viveros no estamos funcionando como el resto de los productores agrarios, por lo que pedimos que después también nos tengan en cuenta», piden desde Acubam. El colectivo también valora impulsar medidas de promoción para la venta directa de la planta gallega, para lo cual también solicita el apoyo de la Administración.

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