Ganadería Rey de Miñotelo, compitiendo en la Champions League

A sus 25 años, José Alberto Iglesia Vila sabe ya lo que es competir con sus vacas en concursos a nivel internacional. En 2017 logró en Italia el título de segundo mejor criador europeo de terneras y novillas para su explotación del ayuntamiento lucense de A Pastoriza.

Ganadería Rey de Miñotelo, compitiendo en la Champions League

Alberto en su ganadería

La ganadería Rey, ubicada en el lugar de Miñotelo, en la parroquia de Aguarda, es una SAT familiar que cuenta en la actualidad con 230 cabezas, de las que la mitad son vacas en ordeño. Es una de las habituales de los podiums de concursos como el de Muimenta, Silleda o Gijón, a los que el padre de Alberto, José, comenzó a ir en los años 90. Pero fue Alberto quien cogió el relevo más en serio a partir del año 2004, ampliando fronteras y cosechando reconocimientos en distintos puntos de Europa.

En 2016 una vaca de esta granja del ayuntamiento lucense de A Pastoriza (Rey 547 Sonrisa Sid) participó en la Confrontación Europea de raza holstein celebrada en el mes de junio en la localidad francesa de Colmar, siendo seleccionada por Conafe entre las 14 mejores vacas de España para formar parte de su equipo para participar en esta especie de campeonato europeo bovino de selecciones. Y este pasado año, en el mes de febrero, siete animales de esta explotación de la Terra Chá, 5 novillas y 2 vacas en lactación, viajaron a la localidad italiana de Montichiari para participar en el 16 European Open Holstein Show. Fue la única explotación gallega que envió animales a este concurso, uno de los más importantes de los que se celebran anualmente en Europa.

En esta especie de Champions League ganadera, Rey de Miñotelo obtuvo el título de segundo mejor criador europeo de terneras y novillas, un galardón que avala su apuesta por la mejora constante de su cabaña y su trabajo en este campo. Alberto reconoce su satisfacción por ver en estos concursos internacionales animales de su explotación al lado de otros procedentes de las granjas más prestigiosas del Estado español, como Badiola o Ponderosa.

“Participar en concursos aporta prestigio y además te permite ver que estás en la línea correcta”

“Aporta prestigio y además te permite ver que estás en la línea correcta”, dice. Defiende que “una vez que llegas a un determinado nivel, hay que ir fuera, viajar a Europa para poder comparar tus animales con los mejores del mundo para ver realmente en que punto estás, porque aquí tenemos mucho nivel, pero por ahí adelante, en Italia, Francia, Suiza o Alemania, también”, explica.

En esta granja de A Pastoriza hacen la recría en casa y crían el 100% de los animales nacidos en la explotación. Los machos los venden a otras granjas que quieren progresar desde el punto de vista de la genética. En torno a 15 animales al año salen de Rey de Miñotelo hacia otras explotaciones con esta finalidad. También embriones y algún que otro excedente de terneras, aunque pocos, porque esta explotación creció bastante en los últimos años (unos 50 animales desde 2007) y lo hizo prácticamente sin comprar nada. “Podemos comprar 1 o 2 animales al año en subastas de élite, pero no por necesidad de reposición, sino para mejorar, para hacernos con vacas de familias importantes que tengan potencial para concurso”, explica Alberto.

El 60% de las novillas de la explotación son inseminadas con embriones

También adquieren algún embrión de EEUU y Canadá y de este modo lograron que en esta parroquia pastoricense haya animales descendientes de las mejores familias de vacas del mundo, como Apple, Chieff Adeen, Laury Sheik o Aero Flower, linaje, por ejemplo, de la que Rey de Miñotelo cuenta con 20 descendientes.

En esta granja trabajan con embriones desde el año 2008 y los implantan habitualmente en novillas, “por temas de facilidad en el manejo y también porque la garantía de éxito es mayor en novillas”, cuenta Alberto. El 60% de las terneras de la explotación son inseminadas con embriones, unos 30 al año, todos con semen sexado en el primer intento, igual que en las mejores vacas, donde la primera inseminación también es siempre con semen sexado. Frente a la tendencia actual, en Rey de Miñotelo prefieren seleccionar a tipo mucho más que a genómica.

Vacas de concurso da gandería Rey

Vacas de concurso da gandería Rey

Sonrisa, la estrella de la granja

Los 115 animales en ordeño están divididos en tres lotes. En uno están las recién paridas, en otro el resto de vacas en producción y en un tercero, separadas en un espacio más amplio, sin cubículos y con cama de serrín, las vacas de concurso.

Normalmente, esta suit es ocupada por Sonrisa, la vaca estrella de la granja, con un palmarés que incluye gran vaca campeona en los últimos 4 años en la Moexmu, donde Rey de Miñotelo fue declarado varios años mejor criador del concurso.

Pero la mejora experimentada en los últimos años hace que la competencia para Sonrisa aumente dentro de la propia explotación. El año pasado otras tres compañeras de establo recibieron premio: Abby fue declarada ternera campeona de España, Martita subcampeona y Negara campeona de Galicia. Así que hoy por hoy Sonrisa comparte privilegios con Roxie y Yudi.

Alberto está metido de lleno en el mundo de los concursos y realizó ya la cuarta escuela de juez, pero no tiene eso como meta prioritaria. “Me gusta, pero no sé si voy a ser juez, yo lo hago por aprender”, justifica.

Autosuficientes en la alimentación

Rey de Miñotelo entrega a Larsa de manera ininterrumpida desde el año 1997, cuando aún estaban en el establo viejo, donde cogían 30 vacas. En el año 2000 hacían la nueva nave, en el 2007 la primera ampliación y doblaban el número de cabezas y desde entonces incrementaron medio centenar de animales más. Alberto se incorporó cuándo se acababa de hacer la última ampliación, con 18 años, y después de acabar el ciclo medio de Técnico en Explotaciones Agrarias Extensivas que se imparte en Castro de Rei. La granja la atienden él, su padre, José, su madre, Elvira, y un empleado. Su hermano Esteban aun está estudiando pero echa una mano de vez en cuando.

La media de producción de la explotación es de 36 litros por vaca y día en dos ordeños, efectuados en una sala en forma de espina de pescado de 2×5 puntos. Alberto cree que “el futuro del sector en un mundo sin cuotas tiene riesgos porque el precio va a ser más o menos el que hay ahora, así que hay que intentar ser muy eficientes para reducir costes”. En Rey de Miñotelo hacen todo ellos, tanto las labores en la granja como los procesos de producción de forraje, ensilado y alimentación, excepto la cosechadora del maíz y la hierba, que contratan. Para el resto de trabajos, tienen maquinaria propia.

“Hay que intentar ser muy eficientes para reducir costes”

Manejan una superficie de 70 hectáreas, de las que siembran maíz en la mitad. Una gran parte del terreno es en propiedad y la finca más alejada de la explotación está a una distancia de 2 kilómetros. La ración diaria consiste en 32 kilos de ensilado de maíz, 13 de ensilado de hierba y 10,5 de pienso. “No compramos alfalfa ni ninguna otra cosa, somos prácticamente autosuficientes en la alimentación y eso hoy es una garantía, porque con el margen tan pequeño por litro de leche entre los costes de producción y los de venta no puedes depender de los altibajos en el coste del forraje”, explica Alberto.

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