Ganadería periurbana, cómo se gestiona el monte contra el fuego en las Rías Baixas

La Reunión de Otoño de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes conoce el trabajo de comunidades de montes y ganaderos del entorno de Vigo y Pontevedra, en zonas con gran presión urbana pero en las que el monte en ocasiones queda en el abandono

Ganadería periurbana, cómo se gestiona el monte contra el fuego en las Rías Baixas

La Reunión de Otoño de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes puso el foco en destacar el papel de las ganaderías de la zona centro - sur de Pontevedra.

La ganadería extensiva de vacuno y caprino se está demostrando como una actividad viable en montes de algunas de las comarcas más pobladas de Galicia, en el entorno de Vigo y Pontevedra. En zonas en las que apenas quedaba más tradición ganadera que la de autoconsumo, están consolidándose iniciativas tanto de comunidades de montes como de ganaderos particulares. La Reunión de Otoño de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes, celebrada en Pontevedra, contó con la participación de media docena de proyectos que se desarrollan con éxito en las Rías Baixas.

Uno de los casos más conocidos es el de la comunidad de montes de Meira (Moaña), en el Morrazo, que cuenta desde 2016 con un rebaño de 160 cabras y dos cierres que suman 27 hectáreas. Su experiencia, orientada a controlar el matorral en el monte vecinal y a diversificar los ingresos de la comunidad, demuestra que la producción ganadera es un complemento posible del monte en una comarca en la que la ganadería ya se daba por perdida. Del cuidado del rebaño se encarga a diario uno de los tres trabajadores de la comunidad, que cuenta con el apoyo de 3 mastines y de un perro pastor border collie. El objetivo de la comunidad es llegar a las 300 cabras para lograr la sostenibilidad de la iniciativa.

Las dificultades burocráticas con las Administraciones es un problema común señalado por los proyectos ganaderos del Morrazo

También en un monte vecinal del Morrazo, en O Hío (Cangas), surgió otro proyecto de ganadería de caprino, protagonizado en este caso por una cooperativa que impulsaron tres jóvenes de la parroquia. Se trata de la cooperativa Pouso da Serra, que logró el respaldo unánime de la comunidad de montes de O Hío para iniciar en el 2016 un proyecto de cría de cabras en el monte vecinal, en el que la producción de madera convivía con una importante superficie de tojales sin uso.

La cooperativa Pouso da Serra, que trabaja tanto con cabras mestizas como con gallegas, introdujo progresivamente alrededor de 200 animales. Para eso, tuvo que mejorar el hábitat con desbroces, de forma que se viese favorecido el crecimiento de hierba para el ganado, si bien la falta de pastos es uno de los problemas con los que aún se encuentra el rebaño, que entre otras funciones, se encarga del mantenimiento del cortafuegos del monte vecinal. A diferencia de Meira, en O Hío sólo tienen un pequeño cierre de 3 hectáreas, que es otra de las necesidades que ven para mejorar la gestión de la ganadería.

cabras sgpf

El trabajo de la cooperativa se completa con un colmenar para la producción de miel y con servicios forestales de desbroce y podas que prestan en toda la comarca del Morrazo.

Cuando se les pregunta por las dificultades de arrancar con los proyectos ganaderos, tanto Javier Fernández, presidente de la comunidad de Meira, como Carlos Piñeiro, de la cooperativa Pouso da Serra, apuntan a problemas comunes, A la cabeza de todos, las dificultades de lidiar con los permisos y requerimientos que exigen las diferentes administraciones (Augas de Galicia, Patrimonio, Montes, etc.). Otro problema es la falta de servicios especializados para el trabajo en el monte y con la ganadería que son habituales en otras zonas de Galicia, tales como veterinarios, proveedores de forrajes o empresas de servicios de maquinaria.

Visita a una ganadería en la Reunión de Otoño de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes.

Visita a una ganadería en la Reunión de Otoño de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes.

La parte positiva de los proyectos se sitúa en su función social y medioambiental, pues el ganado está revelándose como importante en la prevención de los fuegos. Es el caso también de la ganadería de vacuno de Iván González, que trabaja en Ponteareas y Pazos de Borbén terrenos de montes vecinales afectados por los grandes incendios del 2017, ahora en proceso de recuperación, en uno de los casos incluyendo la construcción de cierres y pasos canadienses para facilitar el manejo del ganado.

Otros dos ganaderos que están desarrollando una importante tarea de control del matorral en comunidades de montes son Roberto Louzán (Cotobade), que gestiona una ganadería de razas autóctonas (vacas frieiresas, caldelás y cabra gallega), y Albino Piñeiro (Fornelos de Montes), un ganadero que trabaja cachenas cruzadas con limusín y que habilitó cierres y pasos canadienses en zonas alquiladas a montes vecinales. El suyo es un trabajo contra el abandono que demuestra nuevas posibilidades en montes del entorno de Vigo y Pontevedra, donde la ganadería se daba ya por perdida.

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