“Es muy complicado encontrar planta con garantía sanitaria tanto en Galicia como en España”

Pedro Mansilla lideró durante más de 30 años el trabajo de la Estación Fitopatolóxica de Areeiro. Repasamos con él cómo se combatieron y cuál es la situación de algunas de las plagas más importantes de la agricultura en Galicia en los últimos años

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“Es muy complicado encontrar planta con garantía sanitaria tanto en Galicia como en España”

Pedro Mansilla, exdirector de la Estación Fitopatolóxica de Areeiro.

Aunque está a punto de cumplirse un año desde que se jubiló, Pedro Mansilla, sigue muy vinculado a la Estación Fitopatolóxica de Areeiro, centro que dirigió casi desde que el proyecto echó a andar hace más de 30 años. Abordamos con él las transformaciones de la agricultura gallega en los últimos años y repasamos cómo se combatieron algunas de las plagas más importantes a la par que desgranamos la situación de otras que están suponiendo un reto en la actualidad

La agricultura en Galicia sufrió una honda transformación a lo largo de los últimos años, ¿cómo valora estos cambios?
En algunos sectores, como la viticultura, la evolución ha sido muy positiva e increíble. Cuando yo llegué a Galicia, en 1980, era casi imposible encontrar un vino etiquetado y ahora mismo todas la Denominaciones de Origen han tenido una evolución muy importante, con presencia ya en los mercados internacionales y un gran potencial. En otros sectores, la evolución ha sido muy distinta. En aquellos años los invernaderos, principalmente de flor, de clavel, rosas, crisantemos o gerberas habían tenido un boom que al final se difuminó y ahora apenas tienen presencia en Galicia. Sin embargo, otros sectores como los viveros, sobre todos los ornamentales, se asentaron. La evolución ha sido muy dispar y en algunos ámbitos ha habido una gran profesionalización.

“Areeiro fue una biofábrica en la que se producía de la orden de 1 millón de parasitoides al año para combatir el gorgojo”

En la Estación Fitopatolóxica de Areeiro han hecho frente a muchas plagas, ¿recuerda alguna que representara un auténtico desafío?
Hemos tenido muchas plagas importantes a lo largo de estos más de 30 años. Yo destacaría dos de ellas en el sector forestal. Una fue el gonipterus platensis, que en aquel momento se llamaba gonipterus scutellatus [conocida como la plaga del gorgojo del eucalipto] que es un defoliador del eucalipto. Fuimos los primeros en detectarlo a nivel español y los primeros a nivel mundial en trabajar en el control biológico de una forma masiva. Estuvimos trabajando casi durante 12 años con huevos parasitados de anaphes nitens que es un parásito que funciona muy bien. Esto ya se había hecho en algunos países, pero de manera muy puntual por el poco eucalipto que existía o porque esta plaga tenía ya muchos depredadores que la controlaban, como ocurría en su lugar de origen. Había 12 personas trabajando todo el tiempo en esto y Areeiro fue una biofábrica en la que se producía de la orden de 1 millón de parasitoides al año. Tuvimos muchos problemas al principio y nadie nos podía ayudar porque no se había hecho antes por lo que fue uno de los mayores éxitos de la estación.

Otro ha sido el control del chancro del castaño con la inoculación de cepas hipovirulentas, ya que llegó un momento en que prácticamente el castaño estaba sentenciado puesto que no había solución para esa enfermedad. Al descubrir estas cepas y tras investigar sobre ellas, conseguimos que hoy, en Galicia, seamos capaces de controlar el 95% del chancro. Había habido otros equipos que estuvieron trabajando en esta temática pero sin obtener resultados, pero nosotros además del duro trabajo que habíamos hecho durante más de 10 años, tuvimos la suerte de encontrar una solución.

Se ha trabajado y se sigue trabajando en muchas plagas algunas más recientes como las que afectan a los cítricos o el nematodo del pino o las de la madera de la vid. Yo he sido fitopatólogo y he estado siempre más centrado en este control de las plagas, pero no hay que olvidar que en Areeiro se trabaja también en otros temas como la camelia, siendo una referencia mundial no solo en las variedades ornamentales sino en el tema del aceite o la produción de té. No vamos a competir con otros países pero es una alternativa para los agricultores.

“El control del Chancro del castaño llegó en un momento en que prácticamente el castaño estaba sentenciado”

La avispilla del castaño, el nematodo, la sequía del olivo, la polilla guatemalteca… ¿estamos teniendo en la actualidad muchas más amenazas para los cultivos que hace años?
La verdad es que si pero debido a que hoy no hay fronteras, tampoco para las plagas. Cualquier persona se puede ir a cualquier parte del mundo y, aunque está prohibido, traer una semilla, una planta o una flor. Además, los intercambios comerciales son muchísimo mayores y hacer inspecciones es realmente complicado. Los inspectores en frontera tienen que conocer multitud de temas y entran grandes cantidades. Aunque se hagan muestreos los resultados no siempre son garantían de que no esté entrando material infectado. Por ejemplo, en el control de fusarium circinatum [causante del chancro resinoso del pino] se especifica que se deben analizar 500 semillas, pero esa es una mínima parte en un saco de 25 kilos de semillas, donde hay miles. En esa muestra puede no darse ningún positivo y localizarse en otras. Es muy complicado.

En un mundo cada vez más global ¿hay que buscarle solución a estas plagas en el lugar de origen? Y en el destino, ¿en qué fallamos?
Cuando nos encontramos una nueva plaga, al principio a todos nos sorprende y nos alarmamos pero, tanto puede ocurrir que las condiciones sean las adecuadas y la plaga se instale como que no llegue a adaptarse y desaparezca. Aunque, buena parte de las últimas plagas que han llegado se han terminado instalando y, con mayor o menor virulencia, nos ha atacado. En muchos de estos casos, hay que buscar la solución en los lugares de origen viendo cómo se soluciona allí o viendo cómo no se soluciona, ya que en buena parte de esos países no se ven obligados a combatirlas puesto que tienen un complejo de parásitos y depredadores que las mantienen a raya.

Traer la solución de los países de origen también entraña sus peligros porque se introduce un organismo nuevo que tampoco sabemos cómo va a comportarse en este ecosistema. Estas soluciones implican muchos años de estudio y trabajo que hace que sean soluciones que se prolongan en el tiempo. Un control biológico siempre es una solución más lenta que un producto fitosanitario, pero con otras ventajas. También las restricciones por parte de las autoridades para introducir estas alternativas provoca que, a veces, se retrase la solución, como está ocurriendo ahora mismo con el dryocosmus kuriphilus del castaño, que sabemos que se controla en su lugar de origen (China) con torymus sinensis, y lo han estado haciendo en Japón y otros países con buenos resultados, pero aquí el Ministerio todavía no ha autorizado su utilización más que de una forma muy reducida y estudiada para ver su evolución.

«Muchas veces los particulares no se implican y no compran parasitoides para combatir plagas. Los esfuerzos tienen que ser de todos»

Una vez que se introducen estas soluciones, están ofreciendo resultados bastante satisfactorios. En Galicia, el gonipterus en eucalipto ha sido la plaga más importante con consecuencias económicas muy significativas, y se ha solucionado.

Si es cierto que en algunos casos estas plagas siguen estando presentes, como el gonipterus, pero, en parte, se debe a que hay que aplicar más parasitoide. Muchas veces estos parasitoides los está soltando casi en exclusiva la Administración pero los particulares no se implican de la misma manera y apenas han comprado, cuando son los que más tienen que perder. Los esfuerzos tienen que ser de todos.

La resistencia que presentan algunas de estas plagas, ¿es una herencia de prácticas fitosanitarias poco idóneas?
A veces da la impresión de que hay más enfermedades o que son más resistentes pero en parte atiende a que muchas de ellas eran todavía desconocidas. Es el caso, por ejemplo, de las enfermedades de la madera en la vid, donde antes los agricultores lo definían todo como yesca. Ahora hay más gente investigando sobre este tema y se ha visto que hay muchos hongos implicados y cada uno hay que tratarlo de distinta manera. Durante mucho tiempo pasó lo mismo al diagnosticar la eutypa, una conclusión a la que se llegaba por los síntomas. Hoy sabemos que no se puede diagnosticar una enfermedad en base sólo a los síntomas ya que pueden ser de varias afecciones. Tampoco había medios técnicos para afrontarlos de forma eficaz. Hay organismos que es muy difícil de combatir. También es cierto que algunas de esas malas prácticas se siguen haciendo hoy en día. Es verdad que las grandes plantaciones están más profesionalizadas pero muchos agricultores pequeños siguen con ciertas costumbres poco aconsejables.

“Hoy en día hay una lucha dirigida e integrada, aplicando los tratamientos en función de cómo esté el hongo”

Pese a esas prácticas poco aconsejables que refiere, en viticultura hay producciones cada vez más respetuosas con el medio ambiente, ¿estamos en el camino de lograr cosechas reduciendo la aplicación de sulfatos contra afecciones tan populares como el mildiu?
Va a estar complicado, porque dependerá mucho de las condiciones climáticas y habrá años que, en ciertas zonas, con cuatro tratamientos sea suficiente mientras que otros serán necesarias más aplicaciones. Se ha avanzado muchísimo aunque sigue siendo una de las enfermedades más importante de la vid. Cuando yo llegué, tanto los técnicos, como las casas de sulfatos o los agricultores daban tratamientos a plazos fijo, hubiese o no afección. Hoy en día hay una lucha dirigida e integrada, aplicando los tratamientos en función de como esté el hongo y las condiciones climáticas. En el caso de los agricultores de la provincia de Pontevedra cuentan con la información que Areeiro les proporciona periódicamente mediante boletines sanitarios y que ayuda en ese camino.

¿Hacia dónde cree que evolucionará el tratamiento de las enfermedades fúnjicas en el viñedo?
Se está viendo ya en las grandes extensiones de cultivo, como los cereales, donde están apostando por una mejora genética. En el resto, como son procesos largos que implican grandes gastos en investigación se va avanzando más lentamente. En Areeiro se está trabajando ya en mejora genética con un equipo italiano y otro neocelandés para combatir una enfermedad muy importante de la camelia.

Entonces, ¿son los cruces mejorados genéticamente, como defiende el movimiento PIWI, la solución?
Para algunas enfermedades puede ser una alternativa pero, si es cierto que son investigaciones muy caras y a largo plazo.

¿Sigue siendo complicado encontrar planta de calidad en Galicia, tanto en variedades y clones como en garantías fitosanitarias?
Si, sigue siendo complicado, no solo en Galicia sino en España, encontrar planta con garantía fitosanitaria. Nosotros en Areeiro hemos tenido recientemente dificultades para encontrar planta con garantías fitosanitarias para un estudio conjunto con Portugal, para la contención de la PSA, una de las últimas enfermedades del kiwi. Realmente nos está costando mucho conseguir planta que esté libre de esta afección. Estamos buscando estas plantas ya no solo en España sino también en otros países. Una situación similar ocurre con la vid, donde es muy difícil encontrar planta libre de las enfermedades de la madera, ya que puede estar limpia de algunas pero no de todas las afecciones que pueda tener.

Las enfermedades de la madera como la nueva philloxera, están dando la batalla especialmente tras la prohibición del artesino sódico. Con su experiencia, ¿en qué debemos mejorar en la viticultura en Galicia para combatir esta plaga con eficacia?
El problema que tenemos es que antes se hablaba de yesca y pareciese que solo había una enfermedad pero, la verdad es que, bajo ese nombre había variedad de afecciones que se desconocían y de las que hoy sabemos algo más. Hay una caterva de hongos ocasionando daños y hay que actuar contra ellos viendo cómo es su ciclo, cómo actúa y en qué condiciones. Es muy difícil controlarlas. En Areeiro se está trabajando mucho en lucha biológica pero también requiere mucho tiempo y autorizaciones. En ciertas enfermedades de la madera, con carácter preventivo, estamos teniendo buenos resultados con algunos productos biológicos en los viveros. Este es uno de los aspectos que se recoge en la primera tesis doctoral gallega sobre las enfermedades de la madera en la vid, fundamentalmente en el Albariño, que se va a presentar próximamente y con la que podremos tener una visión de lo que tenemos en la actualidad y de que existen visos de un control preventivo de estas afecciones.

La flavescencia dorada está muy activa a la otra orilla del Miño. ¿Corremos serio riesgo de que llegue a Galicia?
Nosotros detectamos por primera vez el vector, el mosquito Scaphoideus titanus, hace ya 5 años, y de momento, en los muestreos que se han realizado en la estación fitopatolóxica de Areeiro solo se han localizado en un punto concreto en el sur de la provincia de Pontevedra. Además, este vector no es portador de la enfermedad. Serán nuestros vecinos portugueses los que deban empezar a tomar las primeras medidas para evitar que sea un riesgo para Galicia para que no ocurra lo mismo que con el tema del nematodo, que entró precisamente por Portugal.

“En Galicia, con el control del nematodo se ha hecho un buen trabajo en esto años y está bastante restringido”

¿Se llega tarde en materia de prevención para atajar este tipo de plagas como el caso del nematodo?
Algunas veces es muy difícil controlarlo. En el caso del nematodo, en Galicia yo creo que se ha actuado muy bien ya que cuando aparece en la zona de Lisboa en el año 1999, nosotros en Areeiro ya estábamos haciendo muestreos de 20 km en la frontera con Portugal. Cuando se estaba dando la primera alarma en Portugal, nosotros, sin tenerlo aquí, ya estábamos trabajando en ello. Claro está que, controlar un insecto que transmite la plaga y que vuela es realmente difícil aunque se estén colocando trampas. Como en todo, estas acciones implican una inversión económica y los fondos se van priorizando. Dentro de las posibilidades se ha hecho un buen trabajo en todos estos años y está bastante restringido limitándose al sur de la provincia de Pontevedra. Su avance dependerá, en gran medida, de las condiciones climáticas.

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