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La dimensión que alcanzó la crisis de precios en el campo, con grandes sectores implicados, como el olivarero o el hortofrutícola, obligó al Ministerio de Agricultura a sentarse con organizaciones agrarias y cadenas de distribución en busca de soluciones. Ese escenario está siendo aprovechado por el sector ganadero para poner sobre la mesa los dos principales retos que quedan pendientes del Acuerdo Lácteo firmado en el 2015: mayor valor de la leche en los supermercados, que se traslade en cadena a las granjas, y menor presencia de quesos importados en las cadenas de distribución.
Las conversaciones emprendidas por el Ministerio con las cadenas de distribución llegan además en un momento candente, pues coincide con la renovación de contratos lácteos en el campo. Las granjas están recibiendo en estas semanas las propuestas de contratos anuales por parte de las industrias, que no acaban de convencer al sector.
Uno de los argumentos esgrimidos por industrias como Lactalis para tensionar los precios en el campo es la imposibilidad de trasladar un hipotético aumento de precios a la distribución. Es un argumento que rechazan tanto las cadenas de la distribución como las organizaciones agrarias. «Cuando la industria aprieta en el campo, nos usan de excusa», valoran fuentes de los supermercados.
«Mantenemos contactos al más alto nivel con Ministerio, Xunta y cadenas de distribución» (Román Santalla, Unións Agrarias-UPA)
Román Santalla, responsable de Ganadería de UPA, la matriz estatal de Unións Agrarias, resume la situación. «Las cadenas de distribución siempre manifiestan que están dispuestas a dar el paso de un aumento de precios de la leche si las industrias trasladan ese valor al campo y no meten en el bolsillo el dinero que perciben a mayores. Por parte de las industrias, también dicen estar abiertas siempre que el primer paso sea de la distribución» -explica Santalla-. «Es una pescadilla que se muerde la cola, pero aquí lo que está claro es que la distribución tiene que aceptar trasladar más valor y que ese valor tiene que llegar al campo», concluye.
Preguntado por los contactos con el Ministerio y con las cadenas de distribución, Santalla reconoce que «desde Unións Agrarias-UPA estamos manteniendo estos días contactos al más alto nivel con el Ministerio, la Xunta y las cadenas de distribución». Santalla sitúa los retos prioritarios en dos puntos: reducir la presencia de quesos importados en los supermercados y lograr mayor precio para la leche a lo largo de toda la cadena.
Evolución de precios de la leche en el ‘súper’. / Fuente: Cetal.
«Es cierto que las granjas llevamos en una situación de estabilidad los últimos años, pero los costes de producción suben año a año. Hay más costes medioambientales, de bienestar animal y costes laborales», advierte el responsable de Ganadería de UPA, que concluye pidiendo una mayor intervención de la Xunta en el sector lácteo: «Galicia tiene el 38% de la leche y el 55% de las granjas de leche de España y la Xunta no puede permanecer al margen. Tiene que intervenir y mojarse», recrimina.
Lejos de tal intervención en el corto plazo, la Consellería de Medio Rural posterga la mejora de los precios de la leche en Galicia a la creación de una «estrategia del sector lácteo gallego», en la que lleva meses enfrascada. El director xeral de Gandería, José Balseiros, señaló en una reciente comparecencia en el Parlamento que el objetivo de la estrategia de la Consellería se situaba en abandonar en el medio plazo el último puesto de España en cuanto a los precios pagados por la leche en el campo.
Entre tanto, el Sindicato Labrego Galego reclamó en diciembre que se volviese a convocar la Mesa do Leite, un foro de negociación entre industrias y sector, con la intermediación de la Xunta, en desuso desde hace una década, pero la Consellería de Medio Rural no se pronunció al respecto.
En cuanto al Ministerio de Agricultura, consultado hace varias semanas por «Campo Galego» sobre el Acuerdo Lácteo y sobre la situación de los precios de la leche en la distribución, guarda silencio por el momento.
«Existe margen para subir la leche en el campo y mantener precios competitivos en el supermercado»
La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), que representa a dos terceras partes de la distribución alimentaria, con cadenas como Mercadona, Dia o Gadis entre sus asociadas, defiende su compromiso con el sector lácteo, aunque también marca límites.
«No puede existir un precio mínimo para un producto porque lo impiden las normas de competencia. El consumidor español, además, no puede pagar la ineficiencia de la cadena alimentaria. Existe margen para retribuír bien al ganadero y que tengamos precios competitivos en el punto de venta. La distribución lo que hace es competir», señala el director general de Asedas, Ignacio García Magarzo.
Magarzo considera que la interlocución de la distribución con organizaciones agrarias, cooperativas e industrias es estable y positiva en los últimos años. «Estamos siempre a disposición del sector productor de leche. Somos conscientes de sus dificultades y mantenemos una interlocución permanente con sus organizaciones representativas y con la Interprofesional Láctea», valora.
«Es opinable que exista banalización de la leche o no, pero creamos un mecanismo con la Interprofesional Láctea para actuar cuando se detectan situaciones anómalas» (Ignacio García Magarzo)
«También es cierto que en estos momentos no identificamos problemas concretos en los que las cadenas de distribución puedan centrarse, más allá de hacer la ganadería más sostenible, especialmente para los pequeños productores», indica el director general de Asedas.
Sobre el acuerdo lácteo, Magarzo apunta que la distribución mantiene su compromiso de actuar contra las denuncias de la llamada «banalización de la leche». «A veces se cuestionan estrategias comerciales, que según se dice, usan la leche a modo de producto reclamo. Es opinable que esa banalización exista o no, pero nos comprometimos y creamos un mecanismo con la Interprofesional Láctea para actuar cuando se detectan esas situaciones. Es un mecanismo que funciona y que el sector lácteo valora mucho», concluye.
«Si el Gobierno detecta alguna anomalía, nos lo puede trasladar, pero esa situación no se está produciendo porque los precios de la leche en los puntos de venta siguen una línea muy estable»
Cuestionado sobre la situación de precios de la leche en la distribución, el director general de Asedas considera que existe una línea estable de precios, sin anomalías. «El Ministerio conoce, mes a mes, los precios en origen de la leche, los precios a los que la industria vende el producto y los precios en el punto de venta. Eso no sucede con ninguno otro producto alimentario. Si el Gobierno detecta alguna anomalía, nos lo puede trasladar, pero esa situación no se está produciendo porque los precios de la leche en los puntos de venta siguen una línea muy estable los últimos años», defiende.
Anged se remite al Acuerdo Lácteo
Otra de las grandes asociaciones de la gran distribución, Anged, que agrupa a Carrefour o Eroski, entre otras cadenas alimentarias y no alimentarias, se remite a los compromisos adoptados en el Acuerdo Lácteo en el 2015. «Tuvimos más de 15 reuniones en la mesa de seguimiento del Acuerdo Lácteo, hay un trabajo conjunto de todas las partes que está siendo positivo y abordar la situación del sector fuera de ese cauce no es adecuado», explican desde Anged, que renuncia a mayores valoraciones.
