“El sector lácteo de Galicia merece un prestigio social que aún no tiene”

Óscar Blanco preside la asociación Gandeiros de Mazaricos, creada hace un par de años con el objetivo de unir a las explotaciones de leche del concello, uno de los principales de Galicia en la producción láctea

“El sector lácteo de Galicia merece un prestigio social que aún no tiene”

Óscar Blanco, en el acto de presentación de la Semana Gandeira de Mazaricos. / Archivo.

La asociación Gandeiros de Mazaricos, creada hace un par de años coincidiendo con las protestas del sector lácteo, está ya consolidada como un referente del sector en la comarca de Barcala – Xallas. Aglutina a la gran mayoría de las explotaciones de leche del ayuntamiento y coorganiza cada año la Semana Gandeira de Mazaricos, un evento que logró no sólo implicar al sector, sino a toda la población del municipio. Preside la asociación Óscar Blanco, un ganadero que se incorporó hace algo más de 15 años a la explotación familiar, en la que manejan a día de hoy unas 250 cabezas, 120 en ordeño, con unas medias de producción de alrededor de 41 litros por animal.

Lleváis algo más de dos años con la asociación en marcha, ¿qué balance hacéis?
– Una de las cuestiones importantes de Gandeiros de Mazaricos es que prácticamente todas las explotaciones del concello están en la asociación, y no sólo las explotaciones, sino que también acogemos a los negocios del entorno, como talleres, ferreterías y otros, que indirectamente viven en buena medida del sector lácteo. La idea que teníamos cuando nos constituimos era la de mirar en conjunto por los problemas del sector en Mazaricos, para ver lo que se podía cambiar. También nos orientamos al tema de formación, potenciando la jornada técnica de la Semana Gandeira de Mazaricos y dándole un enfoque práctico, que le sirva a la gente para mejorar cuestiones en el día a día de su granja.

¿Qué problemas destacarías en el sector lácteo a nivel de vuestro concello?
– La cuestión que nos preocupa siempre a los ganaderos es el precio de la leche. Hubo acuerdos y se implantaron contratos por escrito entre granjas e industrias, pero seguimos igual. Son las empresas lácteas las que continúan imponiendo sus precios. Por parte de la Xunta, tenía que haber más presión sobre las industrias para cambiar la situación.

Otro de los temas que preocupa a nivel de la comarca es la falta de mano de obra para las explotaciones lácteas. La gente prefiere trabajar en otro sector, como la hostelería, incluso ganando menos, en lugar de en la ganadería. Nos cuesta atraer mano de obra externa, en buena medida porque en Galicia el sector lácteo no se ve como el sector fuerte que es ni logró el prestigio social que tiene la ganadería en otros países. En nuestra explotación, por ejemplo, instalamos recientemente dos robots de ordeño por estos problemas de mano de obra que hay.

Aumentar el reconocimiento social del sector es precisamente uno de los objetivos de la Semana Gandeira de Mazaricos, en la que os estáis implicando no sólo ganaderos, sino asociaciones culturales, escuelas y todo el concello, en definitiva.
– Tratamos de promover que la ganadería tenga un reconocimiento, que sea bien vista y que la gente se involucre, participe en las actividades que hacemos y haya otra idea sobre el campo. El sector lácteo tiene que ser más valorado porque siempre aguantó de Galicia. Y si hablamos del rural, lo mismo. Lo lógico es dar unos servicios públicos en el rural y que la gente no se vea obligada a marchar por la falta de servicios. Esos servicios tienen un coste, pero ¿qué es mejor, pagar ese coste o gastarlo en un futuro en extinción de incendios del territorio que queda abandonado?

En cuanto a los problemas del sector, dos cuestiones habituales son la falta de acceso a tierras suficientes y el relevo generacional. ¿Cómo es la situación en la comarca?
– La zona de Mazaricos – Santa Comba es de gran concentración de explotaciones, así que el acceso a la tierra es un problema. Las ganaderías crecen, los alquileres de fincas escasean y están altos, y además tenemos el problema de superficies pequeñas, en ocasiones. Sería precisa una nueva concentración parcelaria para mejorar la gestión de las tierras.

En cuanto al relevo generacional, en Mazaricos sí que hubo mucha gente joven que se fue animando a entrar, pero tenemos un grupo de explotaciones con productores de 50 – 60 años que no tienen perspectivas de relevo generacional. Puede ser un problema en unos años. Pienso que hay que animar a la gente a que viva en el rural. Hay alternativas. No hay que pensar sólo en grandes explotaciones lácteas. Puede haber pequeñas explotaciones que trabajen a la vez varios sectores, como una pequeña ganadería complementada con huerta, por ejemplo.

Gandeiros de Mazaricos nacisteis en el 2015, coincidiendo con las movilizaciones del sector lácteo. Tras aquellas protestas conjuntas de todo el sector, el campo quedó bastante desmovilizado y desunido. ¿Cómo ves la organización del sector?
– Cuando las movilizaciones, tuvimos el problema de siempre, que cada sindicato o asociación que se movilizaba miraba más por lo suyo. Nosotros juntamos mucha gente que venía con nosotros porque no teníamos nada que ver con la política. En el 2015 hicimos unas protestas históricas, nunca vi otras como aquellas, con todo el apoyo ciudadano que tuvimos en concellos como Santiago. La cuestión es que si se prometen cosas y no se consiguen, la gente se desmoraliza. Falta también unión en el sector y así es complicado. Me da envidia ver como se movilizan en conjunto en países como Francia.

Vuestra comarca siempre fue fuerte a nivel de sindicalismo agrario, caso de UniónsAgrarias, y también tuvo un papel importante en la creación de la Organización de Productores de Leche (OPL). ¿Cómo ves el papel hoy en día de las organizaciones agrarias?
– Hace años, el 90% de las explotaciones de la zona estaban en un sindicato o en otro, principalmente en Xóvenes Agricultores o en Unións Agrarias. ¿Qué pasó? Que en las explotaciones hubo un relevo generacional, entraron los hijos o socios nuevos y prácticamente ninguna de las personas que se incorporó quiso seguir en los sindicatos. Los sindicatos tuvieron cosas buenas pero también otras que llevaron a que perdieran apoyos. Tienen que preguntarse por qué antes tenían tanta gente y por qué ahora hay mucha gente que no quiere saber nada de ellos.

La OPL (y otras asociaciones igual) no lograron el valor y el peso que precisan a nivel de instituciones. Podrían ser un buen defensor del sector porque la directiva y sus socios son todos ganaderos, y la comarca y Galicia podrían ganar mucho si existiesen mesas de negociación para el sector de la leche y dejasen que los ganaderos defendamos nuestros intereses. Lo que sucede es que, al final, los políticos siguen dándole el poder a los sindicatos.

Desde hace algo más de un año, el cooperativismo gallego está inmerso en dos procesos de concentración, a través de Clun, que os toca de cerca, y de Aira. ¿Qué perspectivas le ves a la integración de las cooperativas?
– A nivel de Europa, vemos que las grandes cooperativas están funcionando bien, por lo que el tamaño puede ser clave, pero también es importante hacer una buena gestión. Para que una cooperativa funcione bien, la gestión tiene que ser verdaderamente cooperativa, no individual; el socio tiene que sentirse parte y ver un beneficio a final de año de estar integrado en la cooperativa.

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