Círculo vicioso en el mercado gallego de recría

Los bajos precios de los terneros pintos motivan que cada vez se lleven animales más pequeños, que tienen difícil encontrar comprador. El mercado reclama becerros de mayor peso y tiempo, pero con bajos precios, para los ganaderos es complicado cuadrar las cuentas de su crianza

Círculo vicioso en el mercado gallego de recría

Los terneros frisones de recría son una de las secciones que arrastra precios más bajos, sobre todo en los más jóvenes.

La reciente paralización de la venta de varios terneros en el Mercado de Amio (Santiago) pone de nuevo el foco en la situación que arrastra el mercado de ganado de recría en Galicia en los últimos tiempos. Los becerros frisones más jóvenes, en la categoría de menos de 20 días, son los que acusan mayor problemática.

Los machos frisones son animales poco rentables para las ganaderías de producción de leche, que procuran llevarlos al mercado lo antes posible. Los bajos precios de estos animales lleva a que los ganaderos busquen tenerlos el menor tiempo en la granja para reducir los costes y el trabajo que implica criarlos. Esto deja casos extremos, con animales de pocos días en el mercado, y está provocando que cada vez haya más desconfianzas por parte de los compradores sobre los terneros de esta categoría. Es un círculo en el que los bajos precios provocan que los criadores no quieran invertir en estos animales, al tiempo que, cuanto menos se invierta en ellos, más bajo se cotizan, como explican desde el sector.

Desde mayo arrastramos una bajada de precios. Los grandes cebaderos se están decantando por otros mercados, con animales de más calidad» (Julio Pérez, Lonxa de Silleda)

Así, el sector mira con preocupación cara esta categoría en la que entran becerros muy jóvenes, muchos de ellos de baja calidad. Se trata de una sección que cada vez tiene menor demanda y está provocando mala fama para los terneros gallegos en otros mercados. «Cada vez quedan menos operadores que quieran llevar terneros frisones gallegos y los grandes cebaderos de Aragón y Cataluña optan por otros mercados, con animales de más calidad, con lo que arrastramos una gran bajada de precios desde mayo», explica Julio Pérez, coordinador de la Central Agropecuaria de Galicia, en Silleda (Pontevedra).

El caso de Amio

El episodio de Amio, aunque puntual, deja al descubierto una realidad que no es nueva para los que se manejan a diario en los principales mercados gallegos, donde algunos animales llegan siendo muy jóvenes y en malas condiciones. En el caso de Amio, los veterinarios responsables de la revisión del ganado en el mercado detectaron que estos terneros eran mucho más jóvenes de lo permitido, puesto que incluso llegaron con el ombligo sin cicatrizar, lo que evidenciaba que no alcanzaban los 7 o 10 días mínimos que tienen que tener para ser transportados, salvo que la distancia sea menor a 100 kilómetros, según la normativa actual de bienestar animal.

«Ese día los veterinarios detectaron que había animales inmaduros, que no estaban listos para su transporte, y por eso decidieron descartarlos», explica Carmen Méndez, presidenta de la Mesa de Precios de Ganado de Abastos del Mercado de Amio. El hecho de que un ternero sea muy joven incrementa el riesgo de que no consiga sobrevivir al traslado hasta el cebadero, que puede suponer recorridos hasta Aragón o Cataluña, principales destinos de los terneros gallegos. Así, se opta por devolverlo a la ganadería. Esta devolución es una solución que no gusta a los ganaderos por los riesgos que puede implicar contar con un ternero que ha ido al mercado y estuvo en contacto con otros animales. «Ahora estamos seguros que en los próximos 2 meses no van a llegar becerros inmaduros, pero hay que trabajar para que estas situaciones no se repitan», apunta Carmen Méndez.

En la Central Agropecuaria de Galicia se descartan de promedio 10 animales cada semana, que vuelven para las ganaderías

El descarte de animales está cada vez más en el día a día de los mercados.»El descarte de animales porque no están en condiciones es algo que estamos viendo en la Central Agropecuaria de Galicia desde hace tiempo. De hecho, los veterinarios están enviando un promedio de 10 animales de vuelta para las ganaderías cada semana», indica Julio Pérez. Aunque en algunos casos, estos terneros descartados aún prueban suerte en el Mercado de Amio, que se celebra un día después, por si allí consiguen ser vendidos.

Tras los descartes de Amio, las dos asociaciones de tratantes más significativas de Galicia, Astragal y Agega, decidieron reclamarle a Medio Rural un mayor control sobre la edad de la recría, pidiendo que los animales no se envíen con menos de 25 días al mercado. Con esta petición, que también incluye un mayor control sobre la recría en las ganaderías, pretenden que se remate con el fraude detectado entre la edad real de los animales y la documentada, ya que puede producirse un desajuste en las tramitaciones en los 20 días siguientes al nacimiento de los terneros.

Los pintos más jóvenes, los más perjudicados

Los becerros de raza Frisona, los mamones, son los que más acusan esta problemática. Procedentes de ganaderías centradas en la producción de leche, los machos son un animal, al que sólo le queda como salida el mercado, a diferencia de las hembras, empleadas para la recría. Los ganaderos advierten de que los precios actuales de estos terneros no alcanzan ni para cubrir el sustento del animal que, además, incrementa la carga de trabajo en la ganadería.

Los becerros mamones muy jóvenes llegan a venderse por precios de 5 euros o incluso a regalarse

«Todos tuvimos becerros que se pagaron a precios tan bajos como 15 euros o incluso a 5 euros, que por supuesto no cubren los gastos de alimentar ese ternero», concreta Román Santalla, ganadero y secretario de ganadería de Unión de Pequeños Agricultores (Upa), la matriz estatal de Unións Agrarias. Los precios llegan a ser tan bajos que incluso se acaban regalando los animales. «Hace unos días incluso salió un lote de becerros regalado y es habitual que se paguen 10 o 20 euros por mamones muy jóvenes, y eso no es bueno para el ganadero ni para el mercado», indicaba Juan Carlos Soto, tratante y miembro de la directiva de la Asociación Gallega de Empresarios Tratantes.

«Los becerros hay que enviarlos como mínimo con 20 días, pero los precios están muy ajustados. Lo que se está viendo también es una crisis del consumo de carne en la sociedad, que está afectando a los precios», concreta Santalla.

La decisión de exigir a los animales un mínimo de 25 días no gusta entre los ganaderos, donde hay quien apunta que lo importante es la condición del animal y no tanto el tiempo, ya que puede haber grandes diferencias. También hay la desconfianza de que esta medida se traduzca en animales que alcanzan ese tiempo pero que no llegan en condiciones óptimas.

Galicia, un mercado referente

Central Agropecuaria de Galicia SUBASTA

Terneros en la Central Agropecuaria de Galicia, que se celebra cada martes en Silleda.

Atrás quedan tiempos en los que los mercados de Galicia eran un referente para los cebaderos de otros puntos de España por la calidad de los terneros, incluso de los mamones más jóvenes. «Hace 20 años, los mamones gallegos tenían unas condiciones casi como los de cruces y una gran calidad. Ahora sigue habiendo muy buenos animales en Galicia, pero la especialización en la producción de leche hizo que los mamones no sean como los que había entonces», concretan desde un cebadero de Cataluña que suele comprar ganado procedente de Galicia cada mes.

Cada vez hay menos compradores para ese ganado más joven tanto de frisones como de cruce. Así es que por ejemplo en la Central Agropecuaria de Galicia sólo quedan 2 operadores que quieran mamones jóvenes. «La gente quiere otro tipo de producto, terneros con más tiempo y que puedan asumir sin problema los traslados», explica Julio Pérez.

«Nosotros no compramos animales con menos de un mes o 55 kilos», concretan desde un cebadero catalán

El riesgo de estos animales tan jóvenes es doble, ya que pueden morir en el traslado o presentar dificultades para su crianza en los cebaderos, al no haber recibido unos cuidados idóneos en los primeros días y no superar en la ganadería los primeros días de vida. «Como mínimo el ternero debiera de tener un mes o 55 kilos para afrontar el traslado, sino terminan muriendo la mitad de ellos. No es sólo el traslado que se hace desde que se compra el animal en el mercado, sino lo que lleva ese animal ya en los días previos, desde que salió de la granja. Por muy baratos que sean, nosotros con menos de un mes no traemos animales», concretan desde lo cebadeiro catalán.

Estos becerros más jóvenes también están teniendo como destino cebaderos de precebo situados en Galicia, que están convirtiéndose en un paso previo para estos terneros. Una vez alcanzan más tiempo y kilos se llevan hasta cebaderos del resto de España.

Claves para reflotar

La situación que atraviesan los mercados de ganado de recría gallegos no es la excepción sino que evidencia una problemática que se produjo en buena parte de las ferias de ganado estatales. «En el 2014 esto mismo acontecía en todos los mercados. En aquel momento, no se tomaron medidas más allá de la advertencia y de las inspecciones veterinarias, pero es preciso concienciar a los usuarios en la importancia de presentar animales en buenas condiciones, como ya hicieron en otras zonas», explica Carmen Méndez, del Mercado de Amio. Méndez es optimista y espera que esta problemática se vaya solucionando a base de incidir en la concienciación.

La concienciación de los usuarios, el encalostrado y el cuidado de los animales son claves para mejorar la situación actual

El encalostrado de calidad de los animales es uno de los aspectos en el que más coinciden en insistir desde distintos ámbitos para garantizar una mejor condición del becerro. «Claro está que los ganaderos tienen que echar sus cuentas, pero a un animal que llega en buenas condiciones le van a sacar más provecho que a uno que se vende a muy bajo precio por ser muy joven o incluso se lo rechacen y vuelva para casa», apunta Pérez. «Si los becerros no se encalostran bien, luego en el cebadero acaban dando problemas», concretan los responsables de un cebadero catalán.

El empleo de semen sexado, que reduce los nacimientos de machos, es otras de las alternativas que cada vez más contemplan desde el sector. También se apunta la necesidad de investigar alternativas de razas, más allá del frisón, que resulten rentables para la producción de carne y al mismo tiempo no sean un lastre para las vacas de leche, como señala el tratante Juan Carlos Soto, así como otros ganaderos.

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