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Comunicado de los investigadores del CIAM:
«Los investigadores del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM), dependiente de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria (AGACAL), manifiestan la preocupación por las noticias aparecidas en los medios y en el DOG Núm. 235 (11/12/2019) acerca de las intenciones de la Consellería de Medio Rural de recrear un espacio virtual del rural gallego en el Pazo de Quián (Sergude – Boqueixón) a lo que se pretende destinar una cantidad de 10 millones de euros, mientras las necesidades de los centros públicos de investigación agraria de la consellería están desatendidas. Esta cantidad permitiría la contratación de 12 investigadores especializados durante toda su vida laboral.
Lo acontecido en estos centros en la última década alcanza actualmente niveles impensables no hace muchos años atrás: insuficiente dotación de fondos económicos, incapacidad en la gestión de los recursos conseguidos en convocatorias públicas de investigación, impagos a proveedores de bienes y servicios, ausencia de inversiones, sin cobertura de puestos vacantes, sin oportunidad para el personal especializado que se formó en los centros y con equipos disminuidos que dificultan la captación y la ejecución de proyectos.
Los centros públicos de la consellaría desarrollan una actuación investigadora no subordinada a los intereses privados, con los cuales, sin embargo, cooperan activamente en numerosas iniciativas innovadoras para el medio rural, actuando en áreas que la iniciativa privada no aborda. Su destrucción, por tanto, será a cambio de nada y a costa de toda la ciudadanía.
Una muestra de esta sinrazón es la pretensión de trasladar al escaparate programado en Sergude el Banco de Germoplasma de conservación de especies autóctonas del CIAM, obviando las infraestructuras y los medios humanos y técnicos existentes en este centro. Esto pone en serio riesgo la conservación del mismo, impidiendo cualquier actuación de mejora, puesta en valor y utilización de este material genético autóctono para enfrentar los nuevos desafíos de los cultivos a la plagas y enfermedades, así como a la búsqueda de resistencia a los cambios ambientales que conlleva el cambio climático. Por otra parte, se imposibilita el cumplimiento de los diversos compromisos suscritos por la propia administración gallega en materia de conservación y utilización de Recursos Fitogenéticos autóctonos en los ámbitos autonómico, estatal e internacional.
Queremos, en definitiva, hacer público con este escrito lo que consideramos un nuevo ejemplo del proceso de minado y destrucción gratuita de las estructuras de investigación agraria gallega perpetrado por aquellos gestores del público que tienen, precisamente, el deber de su conservación y fomento».
