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El consumo de carne mantendrá a nivel internacional un ritmo creciente durante la próxima década, si bien el crecimiento anual se reducirá en relación a lo sucedido en el periodo 2008-2018, cuando fue creciendo a un 2% anual. En Europa, sin embargo, se espera una ligera bajada del consumo, lo que hará que sectores como la avicultura y el porcino tengan que enfrentarse al reto de aumentar su cuota de exportaciones.
El consumo actual de carne en Europa aumentó en los últimos años, llegando a los 69,3 kilos por persona y año, pero la Comisión estima que de aquí al 2030 el consumo bajará ligeramente hasta 68,7 kilos por persona y año, una pequeña reducción que achaca a menores disponibilidades de producto, al envejecimiento de la población europea y a una menor ingesta de carne por los consumidores, que se decantarán más por fuentes de proteínas vegetales.
El perfil del consumidor, preocupado por cuestiones sociales, ambientales y de salud, se orientará además a demandar calidad, con énfasis en el origen, el bienestar animal y la producción ecológica, y se espera una evolución de los productos a la venta, en los que perderá peso la carne fresca y aumentarán presencia los alimentos listos para comer y las carnes procesadas.
Evolución por sectores
Por sectores, se esperan aumentos de producción en la avicultura y en el sector ovino y caprino, en tanto ligeros descensos en el porcino y en la carne de vacuno. Uno de los sectores con mejores perspectivas es, por tanto, el de las granjas de aves, que continuarán con una producción en ascenso, si bien a un ritmo de crecimiento menor que en los últimos años. Se presenta para ellas un buen escenario doméstico y de exportación, según las previsiones del informe de perspectivas de los mercados agrarios elaborado por la Comisión Europea.
El porcino, en cambio, se enfrenta en los próximos años a un ligero descenso, principalmente por la presión ambiental y social sobre las granjas, y por un mercado internacional sujeto a una fuerte competencia. La tendencia a la baja afectará también a la carne de vacuno, que además está sometida a una gran competencia internacional por países como Argentina o Brasil.
El análisis de la Comisión se completa con el mercado de ovino y caprino, para el que se pronostica un aumento de producción de un 5% de aquí al 2030, que abastecerá principalmente el consumo interno de la UE. Los cambios de dieta, con una mayor diversificación, y el aumento de migrantes que muestran preferencia por estas carnes, están detrás de los aumentos esperados para ovino y caprino.
Mercados internacionales
Los principales mercados en ascenso se sitúan en Asia (todas las carnes), en la África subsahariana (aves y porcino) y en el Oriente Medio y Norte de África (aves y carne de vacuno). China continuará siendo el principal mercado de exportación, pero se espera que sus aumentos de consumo se pasen a cubrir con la producción interna.
En cifras globales, se calcula que el aumento de la demanda de carne de aves aumentará 4 millones de toneladas durante la próxima década, una cifra que iguala los ascensos de consumo esperados a nivel internacional para el resto de carnes (vacuno, porcino y ovino y caprino).
Producción orgánica, en ascenso
El consumo de carne ecológica está en ascenso en la mayoría de los países de la UE. En Gran Bretaña, en el 2012 representaba el 2,6% de las ventas, una cifra que se duplicó en cinco años, llegando al 5,1% en el 2017. En otros países, como Francia o España, los aumentos de consumo están siendo más modestos. En el caso español, se pasó del 1,3% del 2012 al 1,5% del 2017.
El informe de la Comisión Europea calcula que en la actualidad un 5% del ganado vacuno y del ovino y caprino se cría en sistemas de producción ecológica, un sistema de manejo que es más complicado en el sector avícola y porcino, por lo que las cifras de ganaderías ecológicas en estos sectores son inferiores.
