«El conocimiento local de la gente del campo debería ser decisivo en la elaboración de normativas»

Entrevistamos al economista y sociólogo holandés Paul Swagemakers, que lleva años afincado en Galicia investigando en el ámbito agrario. Swagemakers incide en que son posibles modelos productivos más sostenibles ambientalmente y a la vez rentables en términos económicos

«El conocimiento local de la gente del campo debería ser decisivo en la elaboración de normativas»

El economista y sociólogo holandés, Paul Swagemakers, lleva años afincado y trabajando con ganaderías en Galicia.

Paul Swagemakers es un economista y sociólogo rural holandés, que lleva años instalado en Galicia investigando y trabajando directamente con distintos productores agroganaderos. Con sus trabajos, busca ofrecer herramientas y estrategias que puedan utilizar los ganaderos y agricultores para hacer más sostenibles y rentables las producciones.

Conocemos algunas de las claves de Swagemakers para hacer más viable el rural gallego, para lo que echa mano de estrategias que llevan años empleando en otros países como Holanda, Austria o Italia.

Lleva años investigando el sector primario en Galicia, ¿a qué hay que prestar especial atención para asegurar un futuro para el campo gallego?
Uno de los pilares de mis trabajos en Galicia se centra en analizar la heterogeneidad del sector primario donde conviven modelos de producción muy distintos, con prácticas agrarias más extensivas con otras más intensivas y de tamaño muy distinto. Investigo las potencialidades con las que cuenta Galicia, para intentar optimizarlas.

“Hay que preguntarse si el consumidor valora la conservación del paisaje en la producción y cómo incorporar ese esfuerzo al precio final”

La actividad tanto ganadera como agrícola se topa con los intereses de conservación del paisaje y de respecto al medio y es preciso hacerse la pregunta de quién paga esos costes para llevar a cabo prácticas más sostenibles. Hay que preguntarse si el consumidor valora la conservación del medio ambiente y del paisaje de Galicia y cómo incluir estas prácticas más sostenibles en el precio final de la leche o de la carne.

¿Cómo transmiten las ganaderías esa apuesta por el medio ambiente al consumidor?
Hay ejemplos de granjas en Galicia que ya están trabajando en esa línea fomentando las prácticas sostenibles y transmitiéndoselo al consumidor, como hace Casa Grande de Xanceda. Esta ganadería está logrando así un precio competitivo para su leche. El reto es conseguir que no solo sean casos puntuales sino que más granjas puedan funcionar de esta manera.

Aunque los productores están cada vez más concienciados de incorporar prácticas sostenibles, la principal preocupación sigue siendo reducir los costes de producción, ya que eso les permite ser más resilentes, con mayor capacidad de resistencia y éxito, que otras ganaderías.

Quizás para la mayoría de productores sea más importante reducir costes que disminuir su impacto ambiental…
Ahora el ganadero puede elegir varias rutas para reducir los costes en la granja. Puede optar por ser más grande y compensar los gastos de maquinaria, produciendo forrajes de manera más intensiva para no comprar tanto concentrado, pero también puede decidir tener una producción más reducida, con un gasto menor. Esto puede condicionar incluso la raza de vaca que el ganadero decide tener. En Holanda lo han hecho y en lugar de optar por la Holstein, como aquí, han incorporado otras razas con una producción menor que alimentan principalmente con lo que producen en la propia granja o en las cercanías. Evidentemente necesitarán completar esta alimentación con ciertos elementos y componentes externos para que la dieta sea equilibrada.

“El ganadero puede llegar a fin de mes igual o mejor con un modelo sostenible ambientalmente que con otro más intensivo”

Puede pensarse que necesita producir maíz porque las vacas con una gran producción necesitan incorporarlo a su dieta pero en Holanda constataron que es viable una gran producción sin maíz. En Holanda se ha desarrollado un modelo que se fija en el suelo, los forrajes y los fertilizantes para lograr una producción más respetuosa y al mismo tiempo competitiva, si vas administrando adecuadamente los fertilizantes y tienes en cuenta la biodiversidad.

Conocer el rendimiento productivo que cada ganadero puede hacer de sus propios recursos es realmente muy difícil, ya que entran muchos factores en juego pero se puede hacer un aprovechamiento sostenible. El ganadero puede llegar a fin de mes igual o mejor con un modelo que respete el medio ambiente que con otro más intensivo e industrial. La viabilidad de este modelo dependerá de la capacidad del productor de optimizar sus propios recursos.

¿De qué manera se puede hacer extensible este modelo más sostenible a más ganaderías?
Es importante que se pueda trabajar en estas cuestiones de forma conjunta y agrupados en cooperativas para ser más competitivos. Hay ejemplos en esta línea de trabajos que se han hecho ya en otros países, como Italia, donde un grupo de ganaderos centrados en la producción de parmesano decidió transmitir este respecto por el medio ambiente al recuperar una raza autóctona que aporta una leche de mayor calidad y al mismo tiempo se conserva esta raza. En este caso, es también muy significativo que buena parte de la alimentación de estas vacas procede de la granja o de las proximidades y el consumidor valora estos temas.

“Los productores precisan estar organizados y contar con más estructuras que les ayuden a lograr estabilidad de precios”

¿Algún ejemplo en Galicia a destacar?
Un ejemplo en carne es la cooperativa Biocoop, de Verín, que produce carne de razas autóctonas Caldelá y Cachena. En ambos casos se trata de iniciativas que buscan, más que una producción ecológica, conseguir recuperar y mantener una raza autóctona, por lo que también deben contar con el respaldo de las administraciones.

Ahora bien, si las ayudas son solo para apoyar al sistema más productivo y no para este tipo de producciones, que tienen también otras motivaciones, habrá que ver si eses modelos que estamos apoyando son viables a largo plazo. Es preciso ver qué apoyo público se está dando a estos productores que cuidan otros aspectos más allá de la producción.

¿Cómo valora este apoyo de las instituciones en Galicia?
No se si se está viendo mucho apoyo para el sector primario. Creo que los productores necesitan más estabilidad. Precisan estar organizados y contar con más estructuras que les ayuden a lograr una mayor estabilidad de precios y que el apoyo institucional no se reduzca solo a recibir pagos por compensaciones cuando tienen problemas.

Estas oportunidades estaban en las ayudas de la PAC y, aunque en los últimos años se ha visto algo más, creo que no se han sabido aprovechar estas ayudas para programas específicos que lleguen al sector. A veces debido a que España no ha aprovechado estos fondos, otras veces por parte de la Xunta o porque el sector no contaba con herramientas para que los ganaderos conociesen las posibilidades.

“Es necesario hacer más visible las iniciativas que ya se están realizando y juntar esfuerzos”

Para la administración es más fácil emplear estos recursos para apostar por modelos más productivos ahora mismo que plantearse qué modelos pueden ser más viables a largo plazo. Al afrontar buscar modelos sostenibles y a largo plazo tendrá que lidiar con visiones distintas, como las de los ecologistas y los productores, o con problemas como el abandono del medio rural, que acusa una falta de servicios que muchas veces supone un coste importante proporcionar.

Mientras, países como Holanda han apostado más por un modelo que defiende valores naturales y dar oportunidades a los productores donde la clave está en la colaboración. Es fundamental que haya colaboración entre ecologistas, productores y los políticos.

¿Qué estrategias son más efectivas para lograr una conservación del paisaje y el desarrollo rural?
Mi experiencia me ha permitido comprobar que por un lado hay leyes y normativas y por otro está el conocimiento local. Hay que conseguir que aquella gente que tenga proyectos para gestionar el territorio se incorpore al diseño de las normativas, porque pueden aportar mucho con su conocimiento sobre el terreno.

No hay que limitarse solo a aquellos sectores que están trabajando en modelos más ecológicos sino que un ganadero de vacuno de leche en intensivo a gran escala que está siendo muy eficiente también tiene que aportar claves de sus experiencias. Lo mismo ocurre con otros temas como la ordenación del territorio. El conocimiento local es decisivo, ya que puede ayudar a reducir problemas.

“El conocimiento local es decisivo, ya que puede ayudar a reducir problemas”

Se necesita adaptar las normas a las necesidades del paisaje y de cada zona. Por ejemplo, en el caso de Austria, la mayor parte de las ganaderías de carne están en las montañas y el pasto buena parte del año, y solo regresan unos meses puntuales a los establos. Buena parte de estos establos son aún con sistemas de estabulación trabada y cambiarlos supone un importante desembolso para los ganaderos que muchos ni siquiera pueden asumir. ¿Es realmente necesario que a estos ganaderos se les exija modificar sus granjas cuando las vacas están fuera casi todo el año?

Además, es muy importante conocer otras experiencias que se están realizando en otras. Es necesario hacer más visible las iniciativas que ya se están realizando en el campo y sumar esfuerzos. Juntar sectores como ecologistas y productores para tratar de encontrar estrategias comunes puede ser muy difícil y laborioso, pero también puede resultar beneficioso, por eso hay que intentarlo.

“En Holanda la cooperativa recibe el pago de la PAC y lo distribuye entre los ganaderos en función de la producción que realicen”

¿Qué visión tiene del rural gallego en comparación con lo que sucede en Holanda?
En primer lugar, la gran diferencia de Galicia con Holanda es el gran minifundio que se da aún hoy en día en el campo gallego. En Holanda cuando se habla de pequeñas parcelas se refiere a fincas con una superficie de 2 hectáreas. Creo que sería positivo para Galicia ampliar las parcelas y eliminar barreras. Es un proceso que aún no se ha afrontado en todos los municipios gallegos. Aunque se haga una ampliación de las parcelas, hay que seguir trabajando con un paisaje que está caracterizado por el minifundio y por la alternancia de bosques y pastos.

Otra de las diferencias significativas es la población. Pese a que son territorios con una superficie similar, en Holanda viven cerca de 17 millones de habitantes mientras que, en Galicia no llega ni a 3 y buena parte lo hace en ciudades, por lo tanto, ¿quién va a cuidar el rural en Galicia?. Hay mucha riqueza para vivir en el rural pero el modelo debe ser restaurativo o regenerativo. Se necesita adaptar los modelos a las necesidades del paisaje. De esta manera, puede lograrse una producción más sostenible incidiendo en aspectos como la gestión de los purines o la fertilización, sin que todas las actividades se limiten a una producción puramente ecológica.

“En Galicia se necesita optar por un modelo restaurativo que se adapte a las necesidades del paisaje”

Necesitamos un modelo con un suelo productivo y que respecte la diversidad del paisaje, al igual que se hizo en Holanda, donde en su proporción, también tienen zonas de minifundio. En los años 90, en Holanda solo se calculaba la rentabilidad de las granjas con fertilizantes artificiales. Ahora parece una locura que la producción estuviese sujeta solo a este tipo de factores porque conocemos que se puede producir sin ellos y ser igualmente rentable.

¿Cómo llegaron a un modelo sostenible con el medio ambiente?
El conocimiento local permitió ir viendo que había otras formas de ser competitivos y al mismo tiempo respetuosos con el medio ambiente. Esto no se hizo de forma individual sino mediante cooperativas medioambientales que luego se convirtieron en cooperativas regionales pensando no solo en ver cómo se protegía el medio ambiente sino en implementar otras medidas conjuntas.

“El conocimiento local permitió ver que había otras formas de ser competitivos y respetuosos con el medio ambiente”

Hoy en día en Holanda, después de 20 años, se ha desarrollado un sistema en el que la cooperativa recibe el pago de la PAC y lo va distribuyendo entre sus ganaderos en función de la producción que realicen y la prácticas sostenibles con el medio ambiente. Este sistema permite que se respecte el medio ambiente y ofrece un medio de vida a los productores al permitir seguir con sus actividades ganaderas y agrícolas a aquellos que deciden preservar más el medio ambiente. Es una forma de respectar el paisaje y seguir manteniendo el rural vivo.

Al hablar de paisaje y conservación, además de ganaderos y agricultores también las comunidades de montes juegan un papel importante. ¿Cuál es la línea que se debe potenciar en estas comunidades?
Creo que es un sistema con mucho potencial. En la provincia de Pontevedra, por ejemplo, hay muchas comunidades multifuncionales y que tienen una gran comunidad de propietarios detrás que les permite afrontar proyectos muy diversos, pero no es lo que ocurre de forma generalizada en Galicia.

“El monte en Galicia debe recuperar su multifuncionalidad, su valor territorial, paisajístico, productivo y social”

Hay muchas comunidades que solo se centran en la producción forestal y, aunque un aprovechamiento de la madera no es negativo, centrarse solo en eso es aprovechar muy poco el potencial que ofrece el monte. Si quieres crear un valor añadido no puedes centrarte solo en la madera. El monte en Galicia debe recuperar su multifuncionalidad, su valor territorial, paisajístico, productivo y social.

Existen iniciativas en el rural gallego que están promoviendo cómo aprovechar el castaño, convertir monte bajo en pastos otra vez u otras opciones para generar un valor añadido a mayores de la madera, tanto en términos de dinero, en riqueza paisajística, y en ‘producir’ más biodiversidad. Eso puede propiciar que haya gente que viva de los recursos comunales, bajo la condición de que dejen una parte de los beneficios en ‘el monte’, cumpliendo con el requisito formal de que un porcentaje de las ganancias se reinviertan en el propio recurso.

Debemos apoyar a los agentes sociales que lo ponen en valor de una manera más sostenible y que lo protegen. Y entre ellos, hay comunidades de montes que están jugando este papel, y hay que generar los mecanismos legales e institucionales que las apoyen.

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