El campo hace balance de daños por la crisis del coronavirus

Las organizaciones agrarias destacan el impacto de la crisis en el conjunto de los sectores, en especial en el vacuno de carne, ovino, avicultura, vino y pequeños productores de huerta. Demandan ayudas directas "de minimis" y la reprogramación de fondos del Plan de Desarrollo Rural

El campo hace balance de daños por la crisis del coronavirus

El sector de vacuno de carne es de los más afectados por la crisis.

El campo continuó operativo al 100% durante toda la crisis del coronavirus, garantizando el abastecimiento alimentario de la población, pero el cierre de la restauración y la caída del turismo están provocando serias pérdidas en gran parte de los sectores agrarios. Unións Agrarias y el Sindicato Labrego presentaron hoy sendos balances para valorar el impacto de la crisis en el campo.

Uno de los sectores más afectados y con más peso en Galicia es el de la ganadería de vacuno de carne, pues los becerros de sacrificio sufrieron importantes depreciaciones, tanto los de cebaderos como los de Ternera Gallega Suprema. También el vacuno mayor orientado a la restauración se vio afectado y una víctima colateral de la situación están siendo las ganaderías de vacuno de leche, que vieron como los terneros de recría se depreciaron hasta un 83%, según las estimaciones de Unións Agrarias.

Las granjas de pollos, por su parte, están viéndose afectadas por la caída del turismo. Ante la bajada de consumo que se produjo, las integradores apuestan por reducir camadas en las granjas, según explica Unións, lo que llevará a pérdidas de ingresos en el sector de unos 3,5 millones de euros en el 2020, en cálculos de la organización.

En ovino y caprino, también con fuertes pérdidas, las ayudas creadas por el Ministerio de Agricultura no se adaptan a Galicia, según advierte el Sindicato Labrego, que le pide a la Xunta que cree ayudas propias a las que puedan acceder todas las ganaderías, sin un número mínimo de cabezas.

Ayudas de minimis
El Sindicato Labrego aboga por la fórmula de las llamadas ayudas de minimis para los distintos sectores afectados. «Son pequeñas ayudas que puede conceder un estado miembro sin la obligación de comunicárselo a la Comisión Europea. Actualmente, se amplió la cuantía de las ayudas de mínimis para el sector agrícola, pasando de 25.000 euros (durante tres periodos fiscales) a 100.000 euros. Otra vía para crear ayudas en los sectores agrícola y forestal serían subvenciones estatales sujetas al Reglamento (UE) 702/2014 de la Comisión Europea», señala la organización agraria en nota de prensa.

«En el Estado tenemos numerosos ejemplos de que las comunidades pueden crear sus propias líneas de ayudas. En Navarra, pagan 3 euros por oveja y financian el almacenamiento privado de canales de cordero. También pagan por hectárea de remolacha azucarera. Otro ejemplo, en el 2017, La Rioja dio ayudas de mínimis por la sequía (3 euros por cabra y oveja y 15 euros por vaca nodriza)», explica el Sindicato Labrego.

Otra vía por la que el Sindicato Labrego y Unións piden ayudas para los sectores en crisis es por medio de la reprogramación de los fondos de desarrollo rural.

Huerta, patata y viñedo
Las ayudas de minimis, aparte de beneficiar al sector ganadero, se adaptarían además a las necesidades de las explotaciones de huerta o de pequeños productores que trabajan con producciones varias (huerta, miel, pocas cabezas de ganado, etc.). «Son explotaciones que hacen venta directa en mercados y restauración. En extensión son pequeñas, por lo que cualquier cobro por hectárea no serviría. Precisan una ayuda de minimis por persona», defiende el Sindicato Labrego.

Esta organización agraria incide también en que las pequeñas industrias transformadoras, como bodegas o queserías, que no suelen entrar en los supermercados, también se vieron muy perjudicadas por la crisis. «El primer mes fue para muchas de facturación cero. Algunas están intentando otras vías de comercialización, pero se precisan ayudas directas si no queremos que la pequeña transformación desaparezca», advierte el Sindicato Labrego.

El sector del vino se enfrenta además a la paralización de grandes contingentes de vinos en las bodegas, lo que abre incógnitas de cara a la próxima vendimia.

Otros sectores también afectados son el de la flor cortada, sin casi mercados en plena campaña, y el de la patata, donde quedan unos 3,5 millones de kilos de patatas sin vender, según cálculos de Unións Agrarias. «Los costes de producción rondan los 10 céntimos y hay intermediarios que están haciendo ofertas a 5 céntimos», advierte el secretario xeral de Unións, Roberto García, que también quiso reconocer el compromiso de cadenas como Vegalsa-Eroski en apoyar la comercialización de la patata gallega a precios justos.

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