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La Asociación Profesional de Ingenieros Agrarios de la Administración Autonómica de Galicia (APENAGAL), cuenta con más de un ciento de Ingenieros Técnicos Agrícolas e Ingenieros Agrónomos asociados, que realizan su labor básicamente en la Consellería de Medio Rural.
Esta asociación acaba de tener varias reuniones con autoridades en materias vinculadas a diversos aspectos relacionadas con el mundo rural, que van desde la formación agraria hasta temas relacionados con la gestión del personal que prestamos nuestros servicios en esta consellaría.
En estas reuniones expusimos una serie de inquietudes que tenemos y que consideramos que son de vital importancia para el desarrollo del campo gallego, siempre desde una perspectiva de colaboración y apoyo. El resultado de dichas reuniones es lo que nos produce una elevado grado de preocupación, pues no observamos ningún tipo de avance en las materias que en este momento son trascendentales para la calidad del servicio que presta la Consellería de Medio Rural.
Por este motivo APENAGAL quiere transmitir su opinión desde el respeto debido, pero también desde la responsabilidad que tiene nuestra profesión con el rural, desde el punto de vista técnico, social y de la experiencia de años acumulados actuando en el desarrollo del sector agrario gallego; sin olvidar que todos como sociedad tenemos el deber moral de intentar dejar un futuro mejor para las próximas generaciones, evitando que sufran el desdén de los que en la actualidad tenemos el deber de actuar para evitar el deterioro que se constata.
Con esta comunicación lo que pretendemos es, además de dar nuestra humilde opinión, darle visibilidad a un problema que parece no importar en ciertos campos de decisión y con el afán que entre todos podamos reflexionar conjuntamente y procurar unas directrices claras para un sector estratégico para Galicia como es el agrario, tanto desde el punto de vista económico como demográfico.
Para poder hacer una labor correcta de promoción y desarrollo rural, lo primero que se precisa son profesionales que puedan colaborar estrechamente con las personas que tienen ese interés en emprender en un ámbito cada vez más hostil, pero lo que parece es que paralelamente a la despoblación que sufre el rural también se despueblan los servicios que ofrece la administración agraria.
«El caso de las oficinas agrarias comarcales de Lugo y Xinzo de Limia son la punta del iceberg del desmantelamiento de las oficinas agrarias de la Xunta»
Por ejemplo, no se entiende que no se cubran plazas vacantes dotadas presupuestariamente existentes en servicios centrales, periféricos y sobre todo oficinas agrarias comarcales, para llenar el vacío de técnicos y de personal administrativo, muchos de ellos con bajos niveles económicos y una elevada responsabilidad en la tramitación de expedientes y en actuaciones administrativas sobre explotaciones agrarias, poco claras, poco apoyadas, poco valorizadas y poco organizadas y que pueden tener unas repercusiones muy importantes de cara a la viabilidad de esas explotaciones.
El caso de las oficinas agrarias comarcales de Lugo y Xinzo de Limia, que estos días saltaron a los medios de comunicación, son la punta del iceberg, pero quedan muchas más por citar. El problema de personal al que nos enfrentamos es doble, por un lado la falta de efectivos, especialmente técnicos agrarios, y por otro lado el poco atractivas que son las plazas de la Consellería de Medio Rural para el personal administrativo que prefiere ir hacia otras consellerías que sí consiguieron valorizar sus plazas siendo más atractivas, incluso en su estructura periférica.
A menos de un mes vista para aprobar una Relación de Puestos de Trabajo de la Consellería, todo parece indicar que no se van a corregir errores históricos que se vienen arrastrando de viejo, ni otros nuevos vinculados a la jubilación masiva de funcionarios de antiguos servicios que se produjeron en estos últimos años, y que sellaron su paso por medio rural y a los que la sociedad les otorga reconocimiento pero no así la administración. La vinculación presupuestaria con el tema de extinción de fuegos en exclusiva, sin implementar medidas públicas de desarrollo rural, con una visión a largo plazo, social, altruista y transparente, que en su momento hicieron, en la medida de sus posibilidades, las Agencias de Extensión Agraria, y que hoy no tienen sustitutos por ningún lugar, deberán dar que pensar a los responsables públicos.
«En poco tiempo la digitalización documental va a impactar de lleno sobre las explotaciones»
El primer paso para iniciar la reversión de esta situación es la oferta de plazas libres para técnicos agrarios, pero esta capacidad de corrección va a brillar por su ausencia en esta legislatura, pregonada como de recuperación del rural. En poco tiempo la digitalización documental va a impactar de lleno sobre las explotaciones, ya lo hace ahora sobre las personas jurídicas, pero poco a poco las pequeñas explotaciones van a sufrir las consecuencias.
Creemos que se necesita una organización capaz de ayudar a amortiguar el impacto, mientras el relevo (en teoría más formado) llega poco a poco a la dirección de las explotación. Si no somos capaces de conseguir esto el hecho es que aceleraremos el cierre de explotaciones y el abandono del campo, ante las dificultáis de los titulares de más edad para las gestiones administrativas básicas.
En resumen, venimos de una organización de los años 60-70 de la cual se fueron las personas, pero quedaron las estructuras ( algo oxidadas, eso sí), unas estructuras que tenemos que aprovechar para recuperar el dinamismo en el rural, para formar a nuestros jóvenes ganaderos o agricultores en la búsqueda de la excelencia profesional, ayudarles y colaborar en sus tomas de decisiones poniendo sobre la mesa puntos de vista diferentes a los suyos, favorecer la movilidad de tierras, la implantación de nuevos cultivos o técnicas de producción, etc, etc. En definitiva, evitar que todo lo conseguido a través del esfuerzo de toda la sociedad a lo largo de muchos años finalice condenado a la desaparición, al abandono y a que nuestro campo sea un desierto demográfico.
«Se precisa un Plan de Actuación Agrario a largo plazo para el campo gallego»
Hay retos nuevos como nuevas plagas que castigan a nuestros cultivos, la higiene, producción primaria vegetal, condicionalidad, seguridad alimentaria, los registros básicos para poder realizar una ordenación idónea de los sectores, … pero sobre todo, se necesitan catalizadores públicos dentro de un Plan de Actuación Agrario a largo plazo, más allá de los Programas de Desarrollo Rural actuales, que si bien son una herramienta importante desde el punto de vista de la financiación, no se pueden considerar documentos que marquen líneas de trabajo ni objetivos a largo plazo.
Conclusiones:
Se necesitan unas directrices de actuación, con objetivos concretos a largo plazo que sirva de marco de las actuaciones de la Consellería de Medio Rural, con la finalidad de promover y reforzar el tejido rural y a partir de la definición de estas necesidades :
-La Consellería de Medio Rural debe estudiar una nueva estructura organizativa adecuada las necesidades actuales del campo y a la vez que cumple los objetivos de desarrollo rural que la haga atractiva al personal funcionario que desarrolla sus tareas en ella.
-Una oferta de empleo público que recupere las plazas perdidas en los últimos años y que aporte estabilidad al personal que actualmente tiene un vínculo temporal con la administración, que en la actualidad se materializa en 100 plazas vacantes para técnicos agrarios y un número similar ocupados por funcionarios interinos, de un total de 400 efectivos a nivel de la Comunidad Autónoma.
-Que se refuercen los servicios públicos frente a la contratación de empresas externas, que garanticen la independencia del servicios.
