«Creemos en un monte multifuncional con más usos que la corta de madera»

La comunidad de montes vecinales de Coiro, en Cangas, acaba de anular el consorcio con la Xunta, y asume nuevos proyectos para dinamizar su superficie, ubicada en un entorno periurbano. Potenciar las frondosas y aproximar la diversidad del bosque a los más jóvenes son algunas de sus prioridades

«Creemos en un monte multifuncional con más usos que la corta de madera»

Escolares e integrantes de un programa de empleo participaron en algunas de las últimas plantaciones de frondosas.

La Comunidad de Montes Vecinales Mancomunados (CMVM) de Coiro, en Cangas del Morrazo, fue de las primeras en ser reconocidas como tal en el sur de la provincia de Pontevedra, a comienzos de los años 80, junto con las de Hío y Darbo, como apuntan desde su directiva. Hoy uno de los principales objetivos de esta comunidad es promover un monte diverso, donde tengan cabida diferentes aprovechamientos.

«Es positivo darle valor al monte, aunque se generen menos ingresos», indica Manuel Soaxe, secretario de la CMVMC

«Cremos en un monte multifuncional donde se aproveche más que la producción económica y forestal de la madera», explica Manuel Soaxe, secretario de la actual junta rectora de la comunidad de montes. Gestionan unas 60 hectáreas de monte periurbano, lo que hace que sean espacios muy visitados. «En el monte hay gente de mañana y de tarde, se aprovecha mucho como un espacio de ocio, por su cercanía a los núcleos de viviendas», concreta Soaxe.

Uno de los objetivos de la comunidad de montes es mantener e incrementar el aprovechamiento, tanto productivo como de ocio de estos espacios. «Es positivo darle valor al monte, independientemente de que nos de más o menos dinero», reivindica el secretario de la comunidad.

Realizan excursiones con escolares de la zona para que descubran la riqueza de sus montes.

Liberarse del consorcio con la Xunta

Este año la comunidad logró anular  el consorcio con la Xunta, que habían mantenido durante años buena parte de sus montes vecinales. Llevaban tiempo reclamando la ruptura del acuerdo, después de denunciar distintos incumplimientos por parte de la administración pública.

«Llevamos años arrastrando la falta de mantenimiento de estas zonas del monte por parte de la Xunta, incluso se produjo un descuido de la Administración por no realizar las labores de silvicultura precisos», explica. Desde la comunidad de montes apuntan que la falta de mantenimiento del monte se tradujo en pérdidas para la Administración y para la comunidad, al reducirse el crecimiento de los árboles.

Solicitaron la anulación del consorcio por la falta de una silvicultura adecuada, entre otros motivos

Con la anulación del consorcio, ahora trabajan ya en la organización de las tareas para mantener productivos estos montes. «Celebramos la anulación del consorcio como si fuese una fiesta, incluso tuvimos una comida con los vecinos, porque realmente nos estaban impidiendo gestionar el monte y hacer un aprovechamiento real de él», concreta.

Por una parte, disponen de unas 30 hectáreas de plantaciones de pinos y eucaliptos, que representan alrededor de la mitad de su monte, mientras el 30% son frondosas y el resto monte bajo. En estos meses se encuentran rematando el plan de ordenación para poder establecer turnos de tala y volver a replantar estos espacios.

«Somos conscientes de que estamos cortando lo que en su momento nuestros abuelos y padres plantaron y queremos seguir proporcionándole un aprovechamiento para los que vengan detrás», explican.

Fomentar las frondosas autóctonas

Frente a las plantaciones de pinos y eucaliptos que predominan en los montes, desde la comunidad de montes procuran fomentar la diversidad de estos espacios de la mano de árboles autóctonos. «Somos conscientes de que no podemos eliminar todo el eucalipto, pero creemos que tampoco podemos seguir aumentando la superficie de esta especie, por lo que queremos potenciar las frondosas», indica Soaxe. De hecho, están llevando a cabo el control de eucalipto en determinadas áreas del monte y de especies invasoras como las acacias o la Hierba de la Pampa.

«Somos conscientes de que no podemos eliminar todo el eucalipto, pero tampoco podemos seguir aumentándolo»

Castaños, robles, alcornoques, nogales y las fayas conforman los bosques autóctonos de la zona. Además, desde comienzos de este año cuentan también con una plantación de cerezos autóctonos, dentro de un proyecto en colaboración con el Centro de Investigación Forestal (CIF) de Lourizán (Pontevedra).

«Ellos buscaban un monte periurbano para probar las variedades de cerezos autóctonos en las que están trabajando y nosotros procurábamos un aprovechamiento forestal de mano de especies autóctonas y sabíamos que en esta zona también se daban bien los cerezos por los ejemplares de gran tamaño que hay», apunta Soaxe.

Propician diferentes actividades en las que tanto jóvenes como mayores disfruten y cuiden del monte.

Involucrar a los más jóvenes

A comienzos de este año, plantaron alrededor de unos 70 cerezos autóctonas llegadas de Lourizán. Además, para esta repoblación, como para otras plantaciones de frondosas, contaron con la colaboración de los escolares de los dos colegios y del instituto de la zona. «Trabajamos con los centros educativos para involucrar a los más jóvenes en la comunidad de montes. Descubrimos que muchos desconocían por completo este colectivo y la gestión que se hace del monte vecinal», reflexiona Soaxe.

«Trabajamos con los centros educativos para involucrar a los más jóvenes en la comunidad de montes»

En la comunidad de montes también organizan distintas actividades con los chavales para darles a conocer este espacio natural que tienen al lado de casa. «Los niños son los futuros comuneros y tenemos que transmitirle el potencial de este monte. Además, el monte es una escuela viva que nos puede enseñar de todas las materias», reivindica Soaxe.

Prevención de fuegos

A la par de la cooperación con la comunidad educativa, desde el colectivo están colaborando en un taller municipal de empleo de la Rúa IX, por lo que ya el año pasado contrataron a tres personas de este programa para realizar las prácticas formativas en el monte durante 3 meses. «Ellos consiguen una formación y nosotros podemos afrontar tareas de silvicultura en el monte», concreta.

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Cuentan con paneles explicativos sobre la vegetación y la fauna del monte.

En la comunidad de montes suelen contratar además 3 personas para las tareas de mantenimiento del monte, que sobre todo se centran en mantener limpios los caminos. Ese es el principal destino de buena parte de los fondos que logran del monte, ya que están invirtiendo de nuevo en el monte todo el capital que produce. «El mantenimiento de las infraestructuras y accesos está siendo el gran problema de los montes», indica Soaxe.

Al tratarse de un monte periurbano, centran sus esfuerzos en mantener accesibles varios charcos de agua para poder actuar con rapidez en caso de incendio. «Hace 4 años sufrimos hasta 24 conatos de fuegos en el monte», recuerda el secretario de la comunidad de montes. Luego pusieron en marcha un plan de vigilancia vecinal del monte en las épocas de mayor riesgo, de manera que entre 15 y 18 voluntarios participaban en paseos por el monte. «Servían como una medida disuasoria y al mismo tiempo eran la excusa perfecta de mucha gente para ir al monte e interactuar con sus vecinos», comenta.

Pusieron en marcha un servicio de vigilancia vecinal del monte que permitía a mucha gente tener una excusa para ir al monte

En la prevención de los fuegos, las frondosas autóctonas se están convirtiendo en una herramienta más. Así, en los últimos tiempos están haciendo cortafuegos con frondosas para, en caso de incendio, intentar retrasar el avance de las llamas, dado el peligro que supone al tratarse de montes periurbanos. «Vimos que los cortafuegos sin vegetación no estaban resultando de utilidad para frenar el avance del fuego, por eso quisimos probar con otras opciones», indica.

Están probando a recoger la resina en algunos pinares como una fuente más de ingresos.

Otros beneficios del monte

Junto con el aprovechamiento forestal, están poniendo en marcha distintas iniciativas como el resinamento de los pinos. Barajan fomentar la producción micológica y para castaña de los sotos, aunque por el momento carecen de ninguna regulación para el aprovechamiento de estos frutos.

En la comunidad de montes vecinales tienen muy presente que «muchos de los beneficios del monte no se pueden cuantificar económicamente puesto que es un espacio social, de ocio, una fuente de salud…», reivindica Soaxe.

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