Copagro confirma el cierre de su planta de piensos tras acumular pérdidas irresolubles

La factoría finalizó 2018 con un balance negativo de 200.000 euros y este año las pérdidas iban en aumento. Las deudas acumuladas en los últimos años con proveedores y bancos impiden el reflote del proyecto

Copagro confirma el cierre de su planta de piensos tras acumular pérdidas irresolubles

Planta de piensos de Copagro, en Valdoviño.

La cooperativa de segundo grado Copagro (Valdoviño, A Coruña) echa el cierre definitivo su planta de piensos tras acumular pérdidas que califica de irresolubles. Copagro, participada por las cooperativas de Meirás, Lago y Vilaboa, le comunicó esta semana el cierre a sus 16 trabajadores, que ayer se concentraron en demanda de soluciones.

La situación, sin embargo, parece no tener vuelta atrás. El gerente de la cooperativa de Meirás, Vicente Dopico, miembro del consejo rector de Copagro, confirma el cierre definitivo de la planta tras acumularse pérdidas que dejaron la fábrica de piensos en un callejón sin salida. «La planta de piensos es un cadáver -resume-. En los últimos años, fue bajando el volumen de ventas y reduciéndose el margen comercial, hasta el punto de que nos quedamos fuera de mercado. Se puede decir que nos echaron. Hay cooperativas y empresas grandes con las que no podemos competir y tenemos que cerrar», concluye.

La planta de Copagro perdió en el 2017 unos 123.000 euros, el pasado año fueron 200.000 y este año las pérdidas iban en aumento, según señala la cooperativa. A esa situación hay que añadirle las deudas acumuladas con proveedores y bancos. La propia planta está hipotecada a un banco, lo que descarta salidas como una posible venta de la factoría.

Durante el último año, la cooperativa acometió inversiones por 1,4 millones de euros, «parte de ellos obligados por normativas de seguridad» -precisa Dopico-, pero fue un esfuerzo que no permitió que la planta mejorase resultados.

El gerente de la cooperativa de Meirás reconoce que se cometieron errores de gestión y que quizás la ampliación de personal realizada hace unos años, pasando de 12 a 16 trabajadores, no fue acertada. En cualquier caso, Copagro se quedó sin margen para corregir el rumbo y las cooperativas de primer grado que la conforman decidieron cerrar la planta con carácter inmediato. «Más dinero no podemos poner en la planta de piensos. Lo que se invirtió ya se da por perdido y ahora toca acabar lo mejor que se pueda para trabajadores y acreedores».

La planta de Valdoviño, especializada en formulaciones para vacuno, ya le comunicó a sus clientes el inmediato cierre. «En la factoría ya no entra materia prima y en pocos días dejará de salir», concluye Vicente Dopico.

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