Consejos para el control de moscas, roedores y aves en las explotaciones lecheras

El veterinario catalán David García, que asesora a ganaderías de Girona y Mallorca, explica las claves para reducir el impacto perjudicial de insectos y otros animales en la producción de leche y como funciona la lucha biológica contra ellos

As moscas actúan como vector das bacterias favorecendo o contaxio da enfermidade.

Las moscas actúan como vector de las bacterias favoreciendo el contagio de enfermedades y crean estrés en las vacas

Evitar la presencia de plagas e impedir el contacto de las vacas de la ganadería con animales ajenos a la explotación es una de las recomendaciones básicas para reducir el riesgo de contagio de enfermedades en las granjas y las pérdidas económicas que eso supone. Nuevas estrategias, como la lucha biológica, se abren camino para combatir la existencia de ratas, moscas y aves en las explotaciones de leche.

El veterinario catalán David García Torres, de la Assessoria Boví Lleter, que aconseja a ganaderos de leche de Girona y Mallorca, expone algunos consejos para mantener a raya a insectos y otros animales. «El control de plagas es un asunto enmarcado en la bioseguridad de las explotaciones pero puede ser también un tema de rentabilidad económica para el ganadero», asegura.

«Tanto la lucha biológica como la lucha química supone un coste para las explotaciones pero se trata de reducción de riesgos de enfermedades, que nos pueden hacer perder y gastar mucho más dinero», afirma. Además, añade, «las plagas son vectores de transmisión de enfermedades, por lo que al eliminar o reducir las plagas se reducen las enfermedades y, por lo tanto, también el uso de antibióticos», razona.

Para David, «están mucho más avanzados en el sector porcino y avícola y en el vacuno queda aún mucho por hacer y por mejorar en este campo» y defendió que «el control de plagas debe estar dentro del plan de bioseguridad de las explotaciones».

A mayor carga ganadera, mayor probabilidad de plagas

Durante su intervención en las últimas jornadas técnicas de vacuno lechero organizadas por Seragro, el veterinario catalán evidenció que «a cuanta más carga ganadera, mayor probabilidad de tener plagas» e indicó que «no sirve hacer un protocolo de plagas general para todas las explotaciones, sino que tiene que ser personalizado para cada granja y también dinámico», porque la situación cambia en función, por ejemplo, de la climatología, dijo.

Con todo, sí que se pueden dar una serie de consejos generales a adoptar en todas las ganaderías para reducir el riesgo de sufrir plagas de insectos, ratones u otro tipo de animales, como son las aves. La primera recomendación es extremar el orden y la limpieza en las instalaciones y no tener desperdicios ni residuos acumulados «para ponérselo más difícil a las plagas». En este sentido, David propuso, por ejemplo, colocar una malla en el frente del silo «para que roedores o pájaros no vayan a comer allí».

Es necesario también hacer un diagnóstico concreto de la situación de las distintas instalaciones. «Si tenemos mucha maleza alrededor de la explotación tenemos más probabilidades de tener ratas», ejemplificó. Y una vez aplicadas las medidas hay que hacer una evaluación de resultados para ver si funciona el protocolo establecido o en qué hay que modificarlo.

Las medidas deben ser siempre consensuadas con el ganadero, sino seguramente no se cumplan

«Lo más importante del protocolo es que debe cumplirse, por eso debe ser siempre consensuado con el ganadero, para que sea aceptado, si no es consensuado de común acuerdo entre el técnico y el responsable de la explotación seguramente no se cumpla», dijo.

Moscas: pérdida de producción y de crecimiento en la recría

A mosca da cara (Musca autumnalis) produce queratoconxuntivite

La mosca de la cara (Musca autumnalis) produce queratoconjuntivitis

Una de las plagas que mayor incidencia tiene en la producción de leche es la presencia de moscas. Existen distintos tipos de moscas: la mosca doméstica (Musca domestica), que es chupadora y se alimenta de azúcares; la mosca de las cuadras (Stomoxys calcitrans), que es picadora y se alimenta de sangre; la mosca de la cara (Musca autumnalis), que transmite a Moraxella bovis y produce queratoconjuntivitis en los ojos al ganado; la mosca de la cabeza (Hydroteaea irritans), una especie picadora que transmite Trueperella pyogenes provocando la mamitis de verano y la pérdida de cuarterones en las vacas en producción; y la mosca del purín (Eristalis tenax), más inofensiva.

Además de transmitir enfermedades, las moscas provocan estrés en el ganado y, por lo tanto, bajada en la producción de leche, un descenso que puede llegar al 25%, ya que la acumulación de moscas en verano agrava el problema de pérdida de producción causado por el estrés por calor de las vacas.

Las moscas picadoras o moscas de los establos (Stomoxys calcitrans) son un problema para el ganado vacuno estabulado. En los animales en producción altera su comportamiento y comodidad, con menos ingesta de alimento y menos horas de descanso en las camas, lo que provoca pérdida de leche. En la recría la ganancia de peso de los animales disminuye cuando hay presencia de moscas. Las instalaciones de las novillas, muchas veces establos viejos reutilizados, suelen ser más oscuras y menos ventiladas, lo que favorece la aparición de los insectos.

La gestión de los residuos de la explotación es la primera línea de defensa. En verano hay que sacar el estiércol dos veces por semana, con especial énfasis en los boxes de las terneras y las esquinas de las parideras, para romperles el ciclo reproductivo a las moscas y evitar de este modo su proliferación

En el caso de los boxes de las terneras, es necesario una mayor limpieza y un aumento de la frecuencia, ya que las moscas depositan los huevos en la materia orgánica. Ocurre lo mismo en las parideras y en las camas de producción o de las vacas secas cuando se emplea paja. David recomendó «sacar el estiércol dos veces por semana, con especial énfasis en los boxes de las terneras y las parideras, sobre todo en las esquinas, lugares preferidos para las puestas, para romperles el ciclo reproductivo a las moscas y evitar de este modo su proliferación». Y contó que «en Baleares las ganaderías están usando cama de algas en vez de paja y les funciona muy bien».

La mosca adulta realiza puestas de entre 100 y 150 huevos, normalmente en lugares húmedos y sombríos, muchas veces zonas de difícil acceso, como los pozos del purín en el caso de la Eristalis tenax o en las parideras y los boxes de las terneras en el caso de la Musca domestica y la Stomoxys calcitrans. La acumulación de materia orgánica, restos de comida, lixiviados del silo, etc, favorece, por lo tanto, su proliferación, por lo que «la gestión de los residuos de la explotación es la primera línea de defensa», afirmó.

Plagas favorecidas por el cambio climático

El calor es un factor determinante en la aparición de moscas, por lo que en las granjas en las que trabaja David, situadas en Girona y en Mallorca, es un problema que se da casi todo el año, pero incluso en Galicia su persistencia está aumentando, ampliándose la época del año en la que hay moscas, hasta ahora mucho más estacional, algo favorecido por el cambio climático. La presencia de una alta humedad en nuestra comunidad, incluso en verano, también hace que se den las condiciones ideales para la aparición de moscas.

El tiempo de eclosión de las moscas depende de la temperatura ambiental. A 16ºC el ciclo se prolonga durante mes y medio pero cuando la temperatura sube a 30 grados se reduce a tan sólo 10 días, por lo que la presencia de insectos adultos se multiplica.

Si esperamos al verano para actuar, cuando estamos a 35 ó 40 grados, poco haremos, hay que actuar ya en la fase de larva, cuando la temperatura ambiental sube de 19ºC

«No tiene sentido tratar de controlar las moscas, hay que comenzar las actividades de control cuando las moscas están aún inactivas, hay que actuar antes de que haya la plaga, actuando sobre las larvas, atacando en esa fase. Si esperamos al verano para actuar, cuando estamos a 35 ó 40 grados, poco haremos, hay que actuar ya en la fase de larva, cuando la temperatura ambiental sube de 19ºC», recomendó David.

El tratamiento químico puede actuar sobre las moscas (tratamientos adulticidas) o sobre las crías (tratamientos larvicidas). En el caso de los adulticidas, deben rociarse entradas, paredes, ventanas, puertas, zonas soleadas, etc. Con los larvicidas es al contrario, pues las moscas sitúan sus huevos en zonas frescas y húmedas. Sobre las larvas ha de actuarse antes de que los insectos pasen al estado de pupa, en el que ya no serían efectivos los tratamientos químicos y su aplicación deber efectuarse al atardecer o en horas poco calurosas para prolongar su efecto en el tiempo.

Lucha biológica

La mosca pasa por distintas fases de crecimiento, que incluyen tres estados larvarios diferentes y la transformación en pupa previa a la madurez reproductiva. Es en este estado evolutivo de la mosca (pupa), en el que ya no actúan los larvicidas, en el que es efectiva la lucha biológica.

Se emplean avispas parásitas (recomendadas para explotaciones con cama de paja y estiércol), moscas depredadoras (recomendadas para explotaciones con purines) y también ácaros depredadores. «Son todos animales modificados genéticamente en laboratorio para que estén libres de patógenos y sean inofensivos para el ganado y para las personas y se trata de introducirlos en la granja para que se reproduzcan, usan para eso la pupa de las moscas», explicó David.

El control biológico de las moscas mediante la introducción de avispas parásitas o ácaros depredadores en las ganaderías reduce la necesidad de usar insecticidas

Los huevos de las avispas parásitas (Muscidifurax raptorellus) se convierten en larvas alimentándose de la pupa de la mosca parasitada, repitiéndose el ciclo cada 2-3 semanas y reduciéndose de este modo notablemente la presencia de moscas. Pero para eso hay que comenzar con el control biológico introduciendo en la ganadería los distintos parásitos y depredadores cuando la temperatura sube de 15ºC para que estén listos para multiplicarse en cuanto las moscas también comienzan a hacerlo. David contó que ellos llevan un año trabajando con este método de lucha biológica con buenos resultados.

Pero además de los tratamientos químicos o de la lucha biológica, es necesario extremar la limpieza de la explotación e incrementar la ventilación de la granja. «A las moscas les gusta estar en zonas calientes y poco ventiladas, por lo que forzaremos la ventilación hacia abajo y hacia fuera», indicó el veterinario catalán, que se mostró partidario de mejorar el manejo de la ganadería antes de pasar a tratamientos químicos. La lucha biológica también logra reducir el uso de insecticidas, lo mismo que la colocación de barreras físicas, como por ejemplo las mallas de protección en ventanas u otro tipo de entradas.

«Las aves estropean mucho las instalaciones y son las especies más difíciles de controlar»

Un momento da ponencia de David García Torres nas xornadas organizadas por Seragro

Un momento de la ponencia de David García Torres en las jornadas organizadas por Seragro

David García se refirió también a otras plagas que afectan a las explotaciones lecheras, como pueden ser distintos tipos de pájaros y roedores. «Las aves estropean mucho las instalaciones. Para mí es el control de plagas más dificultoso», afirmó.

En el caso de las aves recomendó «mantener las tolvas cerradas, limpiar comederos y bebederos diariamente y no ahuyentar a las aves rapaces» porque, dijo, «cuantas más rapaces tengamos mejor, los halcones o los cernícalos son un buen aliado para controlar y ahuyentar a otras especies más perjudiciales».

Es conveniente que el protocolo de actuación sea multiexplotación porque si tú echas a las palomas y van para la granja del vecino y él hace lo mismo volverán para tu explotación

Aconsejó asimismo actuar eliminando los nidos de aquellas especies de pájaros que no queramos en el entorno de la granja. «Si ahuyentamos las aves pero no eliminamos los nidos volverán», argumentó. También es conveniente, dijo, que el protocolo de actuación sea «multiexplotación» porque «si tú echas a las palomas y van para la granja del vecino y él hace lo mismo volverán para tu explotación», razonó.

Aves y ratones, transmisores de enfermedades

El veterinario catalán alertó de los peligros que supone la presencia de aves y ratones en las explotaciones lecheras por el riesgo de transmisión de determinadas enfermedades. Las palomas, por ejemplo, pueden transmitir salmonela y los estorninos también paratuberculosis.

Esta ave migratoria provoca, al igual que los gorriones, pérdidas importantes en las ganaderías. «Los estorninos son muy selectivos, van al comedero y escogen el maíz. Provocan pérdidas económicas por el grano que comen ellos pero también por las pérdidas en leche que provocan por el maíz que dejan de comer las vacas», indicó.

Los cebos y las trampas para los roedores hay que colocarlos siempre en zonas oscuras y próximas a las paredes, que es por donde circulan las ratas

En el caso de los ratones, recomendó hacer un control periódico para evitar su proliferación. «Es importante saber dónde colocar los cebos y las trampas, siempre en zonas oscuras y próximas a las paredes, que es por donde circulan las ratas», explicó.

Piojos y sarna, un problema estacional del invierno

David se refirió también a otros problemas frecuentes en las explotaciones, como pueden ser los ácaros de la sarna o los piojos, que son plagas estacionales que se dan en invierno. Tanto la sarna como los piojos se transmiten por contacto y hay una serie de factores que favorecen su aparición, como son las altas densidades de ganado, el estrés o la malnutrición.

Altas densidades de ganado, estrés y malnutrición son factores que favorecen la aparición de piojos y sarna

Los tratamientos para la sarna pueden ser varios (organofosforados, piretroides, amidinas) pero es importante repetirlos a las 2-3 semanas de la primera aplicación para de este modo cortar por completo todo el ciclo, ya que los huevos de los ácaros de la sarna eclosionan en unas 3 semanas.

También son un problema estacional del invierno los piojos, que se tratan con derivados de las ivermectinas. Los piojos provocan anemia y pérdida de peso y de producción.

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