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Protesta de los ganaderos alemanes en noviembre contra la política agraria del Gobierno federal
A finales de noviembre, 5.000 tractores colapsaron las calles de Berlín para protestar contra las medidas medioambientales decretadas por el Gobierno federal y contra las nuevas restricciones al uso de fertilizantes, una situación que se suma a la importante sequía de los dos últimos años en el país germano y a unos precios de la leche que no cubren los costes de producción en el principal país lechero de la Unión Europea.
Las filas de tractores en la capital alemana sirvieron para evidenciar las dificultades por las que está pasando el sector lácteo en este país y la imprescindible adaptación que los ganaderos se están viendo obligados a hacer para salvar sus explotaciones. Esa adaptación pasa por lograr mayor longevidad y producciones vitalicias, así como una reducción de los costes de alimentación a base de la mejora en los forrajes.
Analizamos con la ayuda de Rebeca Cembranos, asesora de granjas de leche en Sajonia, que participó este año en las Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche organizadas por Seragro, cómo se trabaja en las explotaciones de leche de Alemania y cuáles son los retos a los que se enfrentan.
El precio base en Alemania es de 30 céntimos y cuentan con primas por calidades, por bajar de 300.000 células y por no usar transgénicos en la alimentación, con lo que el precio final puede llegar a 35 céntimos
El precio base en Alemania, fijado sobre calidades del 4% de grasa y del 3,4% de proteína, se sitúa en este momento en los 30 céntimos. Con el pago por calidades (grasa y proteína) y con los suplementos por bajar de las 300.000 células somáticas (0,5 céntimos por litro), por cantidad y, desde hace tres años, también por no incluir en la alimentación transgénicos (con una prima de un 1 céntimo en litro), una explotación con el 4,2% de grasa y el 3,7% de proteína podría llegar a un precio final de unos 35 céntimos.
Con esos precios los ganaderos alemanes prácticamente no cobren los costes de producción, que se sitúan alrededor de los 42 céntimos, por lo que lograr vacas más longevas y productivas y una reducción de costes en la alimentación y en la recría se tornó en una necesidad en el país germano.
Producción media de 8.843 kilos
El rendimiento lechero medio en Alemania, con una cabaña de 4 millones de vacas, se sitúa en 8.843 kilos por animal, con un 4% de grasa y un 3,45% de proteína. Baviera es el lander con más producción de leche y junto a Baja Sajonia y Renania-Norte-Westfalia aglutinan más de la mitad de la producción lechera del país.
En Sajonia el promedio de vacas por explotación es de 280 y el rendimiento lechero por vaca y año es 1.000 litros mayor que la media del conjunto de Alemania
En Sajonia el rendimiento de las explotaciones es mayor que el promedio del país. Las 172.946 vacas que hay en esta región producen de media 9.794 kilos al año, con un 3,95% de grasa y un 3,41% de proteína. Sajonia es un lander situado al este de Alemania, limitando ya con Polonia y la República Checa. La región tiene 4 millones de habitantes, lo que representa el 5% de la población total de Alemania y cuenta con unas 170.000 vacas, que también equivalen al 5% de la cabaña total del país.
Desde el año 1995 hasta el 2018 el número de cabezas disminuyó en Sajonia en un 28% y el número de explotaciones se redujo más de la mitad (53%), quedando hoy 617 granjas en esta región, por lo que la concentración de vacas por explotación aumentó hasta un promedio de 280 cabezas por granja en la actualidad.
Mayores rendimientos lecheros en granjas de más de 500 vacas
Sala de ordeño giratoria automática en una explotación con 500 vacas en producción
Las explotaciones sajonas tienen de promedio 280 cabezas y la tasa de reposición es del 36%, siendo el porcentaje de eliminación al primer parto del 25%. La vida útil produciendo leche de las vacas es de 31 meses (2,5 lactaciones), con una producción vitalicia media de 26.610 kilos (14,9 kilos por día de vida).
«Aunque los mayores rendimientos lecheros se alcanzan en granjas con más de 500 vacas, entre otros motivos porque en la mayoría de ellas se hacen tres ordeños, la vida útil disminuye con el aumento del número de animales por explotación. En Sajonia, el 27% de las vacas están en granjas de entre 200 y 500 animales y es en este tipo de explotaciones en las que se logran producciones vitalicias más altas», indicó Rebeca Cembranos.
La mayoría de las granjas en Sajonia son cooperativas agrarias (la región formaba parte de la Alemania comunista) o en algunos casos en la actualidad empresas privadas. «Casi no hay ya explotaciones familiares», aclaró. Y entre el 30 y 40% de las granjas invirtieron en nuevas instalaciones en los últimos años. «Hay subvenciones estatales para que las granjas mejoren en el bienestar animal. Aunque los ganaderos saben que eso ve en su beneficio y mejora el rendimiento económico de las explotaciones, con el precio de la leche que hay hoy no les permite en muchos casos hacer esas inversiones sin ayuda», explicó.
Producción por día de vida
En este contexto de bajos precios, conseguir producciones vitalicias medias por explotación superiores a 40.000 kilos de leche por vaca se hacen necesarias para garantizar el futuro de las granjas en Alemania, aseguró. Para esta especialista en nutrición, la producción por día de vida en el cómputo vitalicio total es un dato fundamental a tener en cuenta para evaluar la rentabilidad de una explotación. «Según diversos estudios, si dividimos el total de litros producidos por un animal entre los días que pasó en la explotación, contados desde su nacimiento hasta el momento en el que abandonó la granja, a partir de 15 litros de producción por día de vida entramos en zona de ganancia y por debajo de 15 esa vaca dio pérdida», explicó.
«Por encima de 15 litros de producción por día de vida una vaca comienza a dar ganancias, por debajo de esa cifra da pérdidas», asegura Rebeca Cembranos
Puso como ejemplo tres de las granjas que ella asesora, que en los últimos 12 meses lograron superar los 40.000 kilos de producción vitalicia por vaca. Entre las tres cuentan con un promedio de 685 cabezas, una tasa de eliminación del 23% (15% en la primera lactación) con una vida útil por vaca de 46 meses (3,8 lactaciones) y una producción vitalicia media de 42.239 kilos por animal (19,2 kilos por día de vida).
«Es posible alcalzar producciones vitalicias por encima de 40.000 litros y producciones por día de vida de alrededor de 19 litros en granjas tanto de 300 vacas como de 1.000 vacas y da lo mismo que estén a 2 ordeños, a 3 o con robot, la clave es lograr tasas de reposición por debajo del 25% en el conjunto del rebaño y del 15% en las primerizas», aseguró.
La alimentación representa más de la mitad del gasto total de las granjas alemanas
La alimentación supone más de la mitad de los costes de producción en las granjas alemanas, con un gasto en concentrado que duplica el gasto en forrajes. «La mejora de la calidad y el aumento de la cantidad de silo de maíz y de hierba es determinante para la reducción de los costes de alimentación y para lograr altos niveles de producción vitalicia», aseguró Rebeca. En total, el alimento del ganado supone en Sajonia entre 12 y 18 céntimos por litro de leche producido.
El coste más alto de producción en Alemania es el alimento, que supone entre 12 y 18 céntimos por litro de leche
La gran mayoría de las explotaciones tienen su propia maquinaria y el departamento de producción vegetal es el que se encarga de la producción de forrajes y ensilados, a base de hierba, raigrás y maíz. Buena parte de las explotaciones producen también cereales y usan la paja resultante para las camas.
En cuanto a la climatología, en Sajonia la temperatura media anual es de 8,6 grados centígrados, se producen 733 mm de precipitaciones y tienen 1.627 horas de sol, aunque en los últimos dos años acusaron una importante sequía con un incremento de la temperatura media en 1,7 grados y una reducción de un tercio de las precipitaciones y con notables diferencias entre el norte y el sur de la región.
El segundo coste más importante: la reposición
El coste medio de la recría en las explotaciones de Alemania es de 1.800 euros, unos 2 euros diarios, y el valor de las vacas de desvieje ronda los 600 euros
El siguiente gasto en importancia en una explotación alemana sería el coste de reposición de animales. La cría de una novilla en Sajonia, con tasas de reemplazo del 36% de promedio en las granjas, se sitúa entre los 60 y los 80 euros mensuales. «En los 24 meses que tardamos en criar a una novilla no genera ningún ingreso, por lo que son las vacas en producción las que tienen que aportar el crédito para criar a las terneras, por lo que la reducción de costes comienza aquí, bajando las pérdidas por mortinatalidad», indicó. Consideró «aceptables» porcentajes por debajo del 2% de muertes de terneras al nacimiento, del 8% en la fase posterior de recría y del 5% en vacas adultas.
En Alemania, se estima que el coste de producir una novilla a parto es de 1.800 euros, pero Rebeca explicó que estos costes incluso son mayores en Sajonia, donde se sitúan entre 2.000 y 2.200 euros. «Toda vez que en Alemania el valor medio de una vaca de desvieje es de unos 600 euros, estamos financiando los restantes 1.200 euros por novilla con la producción de leche de la granja, por lo que la diferencia entre alcanzar una producción vitalicia de 40.000 litros por vaca a quedarse en 26.000 serían 1,5 céntimos por litro de leche, es decir, unos 150 euros más de ingresos por vaca y año por el ahorro que logramos en la reposición», calculó.
COSTE DE REPOSICIÓN EN ALEMANIA
(Coste en euros de una novilla a parto)
Alimento 1.021
– Leche maternizada y pienso 360
– Forraje 661
Veterinario y medicamentos 42
Inseminaciones 29
Personal 396
Instalaciones 117
Otros costes (agua, intereses) 197
TOTAL 1.802€
Manejo y aprovechamiento del excedente de paja en las camas
Para las camas emplean una mezcla a partes iguales de paja picada, agua y carbonato cálcico
En tercer lugar en importancia en Alemania se sitúan los costes de personal. «Algunas explotaciones tienen gastos elevados de mano de obra», afirmó. Por eso, las granjas están invirtiendo en la automatización y robotización de los sistemas de ordeño para ahorrar en personal.
El material más frecuente empleado en las camas es una mezcla de paja, agua y carbonato cálcico a partes iguales. «Las granjas tienen mucha paja de la producción de cereal y para aprovechar esa paja hacen una mezcla en el carro para los cubículos», explicó Rebeca. «Queda alguna granja que tiene aún camas de goma o colchoneta y que a mayores emplea carbonato cálcico, serrín o paja picada pero lo que ya casi no se ve, es una excepción, es compost seco o arena», añadió.
Comercialización
Tres compañías controlan la recogida y comercialización de la leche en Sajonia. La principal es Sachsenmilch Leppersdorf, que recoge diariamente 1,5 millones de quilos de leche y vende leche, yogures, postres, quesos, mantequilla, nata y también hace productos industriales como leche en polvo o suero.
Existe también una cooperativa formada por ganaderos, Heinrichsthaler, que produce únicamente quesos, de los que envía el 50% a la exportación. Recoge entre 300.000 y 500.000 quilos de leche al día. Más al sur de Sajonia se encuentra Hainichen-Freiberg, con un volumen de recogida semejante y que tiene en los yogures y todo tipo de postres lácteos su producto estrella.
«El 80% de las explotaciones fallan en el pisado del silo, que es clave para su buena fermentación y conservación»
El peso de la máquina empleada multiplicado por tres es la cantidad máxima de hierba o maíz que es capaz de pisar en una hora
Rebeca Cembranos asesora desde hace 5 años en Alemania a explotaciones de leche en la región de Sajonia. Ingeniera técnica agrícola de formación y especialista en nutrición, habló en las jornadas de Seragro sobre cómo lograr buenas calidades en los ensilados con costes de producción aceptables y la importancia que esto tiene para que las granjas germanas lleguen a alcanzar producciones vitalicias medias de 40.000 kilos por vaca.
A la hora de producir los ensilados tenemos que tener en cuenta dos cosas, que son cantidad y calidad, y la primera es la cantidad de forraje que logramos por hectárea, que es algo determinante para reducir los costes. «Uno de los objetivos que nos marcamos fue aumentar el rendimiento por hectárea. La practica habitual en Alemania es sembrar el raigrás en otoño y cosecharlo en abril para echar ya el maíz. Con este sistema de rotación se logran rendimientos de 6 toneladas de materia seca por hectárea con el raigrás y 14 con el maíz, es decir, 20 toneladas de materia seca por hectárea y año», explicó.
«Para lograr la misma cantidad de materia seca que obtenemos con un corte de raigrás tenemos que hacer tres cortes de hierba en una pradera permanente»
Rebeca desmintió también que echar maíz sea caro, en base a un estudio de costes realizado por la asociación de cooperativas de Alemania. «Para lograr 7 toneladas de materia seca por hectárea tenemos que hacer tres cortes de hierba en una pradera permanente, con un coste resultante final de 172 euros por tonelada de materia seca. En el caso del raigrás con un solo corte logramos 6,5 toneladas de materia seca y el coste por tonelada es de 94 euros. Si echamos maíz, el coste de sembrarlo es mayor, de unos 1.014 euros por hectárea, pero logramos más del doble de cantidad de materia seca, 14 toneladas por hectárea, por lo que el coste por tonelada baja hasta 73 euros», aseguró.
1,9 céntimos más barato el litro de leche alimentando con silo de maíz
Por eso, dijo, si estimamos el consumo alimenticio por vaca y año en 5 toneladas de materia seca, si la alimentamos con una ración en la que la mitad sea silo de hierba de pradera y la otra mitad silo de maíz el coste anual de alimentación por animal será de 610 euros, mientras que si la ración está formada por un 50% de silo de raigrás y el otro 50% de silo de maíz el coste final baja hasta los 415 euros por vaca. «Esta diferencia representa 1,9 céntimos por litro de leche producida, o lo que es lo mismo, unos 190 euros por vaca y año», aseguró.
«La decisión de cuando hacer el corte del forraje condiciona la producción de leche durante todo el año»
En relación a la calidad del ensilado, afirmó que es fundamental la decisión de en qué momento hacer el corte del forraje. «Lo óptimo en el silo de raigrás sería que tuviera entre 420 y 450 gramos de fibra neutro detergente por kilo de materia seca y en el caso del silo de maíz entre 340 y 380 gramos», indicó.
Y añadió que desde hace tres años están trabajando también con el parámetro de la digestibilidad de la fibra neutro detergente (FND) a las 30 horas, ya que este parámetro nos indica la capacidad de consumo que tiene la vaca con ese ensilado. «Es posible alcanzar digestibilidades del 70% en el silo de raigrás y del 60% en el de maíz, mientras que en el silo de hierba de pradera permanente la digestibilidad baja hasta el 47% porque en los prados permanentes hay distintas variedades de hierbas con crecimientos diferentes y es difícil encontrar el momento óptimo de corte para lograr altas digestibilidades», argumentó.
«Incrementar un 10% la digestibilidad de la fibra neutro detergente del silo supone un aumento en la producción de leche de 1,5 litros»
«Al tener mayores digestibilidades, con el silo de raigrás y de maíz logramos aumentar la ingesta de materia seca e incrementar el rendimiento lechero, por lo que disminuimos los costes de producción», aseguró Rebeca. «El incremento de la digestibilidad de la fibra neutro detergente un 10% implica un aumento en la producción de leche de 1,5 litros», cuantificó.
Recomendaciones sobre cuándo hacer el corte
El raigrás se puede esperar a que tenga un 28% de materia seca para segarlo porque no afecta a la dixestibilidad de la fibra
«Hay una decisión a la que el ganadero tiene que otorgar vital importancia y es el momento del corte del maíz o del raigrás, porque eso influye después en la producción de leche de la granja los 365 días del año», dijo. Los cuatro pasos fundamentales que hay que tener en cuenta para lograr un buen ensilado son la madurez y el grado de crecimiento de la planta, la altura de corte, el picado y el pisado, enumeró.
En praderas permanentes recomendó hacer el corte cuando la fibra bruta esté entre los 220 y los 240 gramos por kilo de materia seca. En el caso del raigrás dijo que se puede esperar un poco más, a entre 280 y 300 gramos, ya que en este caso el aumento de la fibra bruta no hace disminuir la digestibilidad tanto como en la hierba de pradera y el incremento de volumen cosechado optimiza los costes de producción del forraje. «El raigrás en Sajonia se corta cuando la materia seca está por encima del 28%. El problema para esperar más muchas veces es que hay que echar el maíz y no se puede esperar más tiempo», indicó.
La mayoría de los ganaderos en Alemania lo que hacen es cortar una muestra y llevarla a analizar al laboratorio para saber cuál es el momento óptimo de siega tanto en el caso de la pradera como en el del raigrás, dijo.
Altura de corte, picado y pisado son aspectos fundamentales
En cuanto a la altura de corte, recomendó entre 7 y 8 centímetros para que la cantidad de lignina no sea muy alta dentro de la planta. El picado va en función de la cantidad de materia seca de la planta y será más corto cuanto más seca esté.
Los picados cortos permiten hacer un mejor pisado en el silo, en lo que influye el peso de la maquinaria empleada y la velocidad
El último paso sería el pisado, fundamental para la correcta fermentación. «Es donde se decide realmente la conservación y calidad del ensilado y sin embargo es donde cometen el error el 80% de las explotaciones», dijo. «El problema en Alemania es que las granjas compran máquinas que tienen un rendimiento de corte y picado en campo impresionante pero luego el pisado es deficiente en el silo porque no son capaces de pisar todo ese material que llega del campo. El factor limitante en el ensilado es la capacidad de pisado, de nada sirve tener mucho rendimiento en el prado si después no soy capaz de compactar todo eso, las capas deben ser como máximo de 30 centímetros pero si son de 10 mejor que de 20», afirmó. Y dio una regla de oro para el pisado: «La velocidad de la maquinaria que pisa tiene que ser de 2 a 3 kilómetros por hora y su peso multiplicado por tres es la cantidad máxima de hierba que puede pisar en una hora». «De este modo nos aseguramos que la fermentación y la conservación van a ser las idóneas. Se logra una buena fermentación cuando los niveles de acético están por debajo del 3%, el butílico está al 0%, y el láctico entre lo 8 y el 12%», indicó.
El machacado del grano de maíz influye en la degradabilidad del almidón en el rumen
El obxetivo del picado sería que el 70% de los granos quedasen molidos
En el caso del del maíz, la selección de la variedad, el momento del corte y la altura de corte son decisiones que influyen en la digestibilidad de la fibra neutro detergente del silo logrado, dijo. En los silos de maíz tiene también relevancia a degradabilidad del almidón en el rumen para que este sea absorbido por la vaca. Rebeca aseguró que cuanto más tiempo pase el maíz en el silo mayor es la velocidad de degradación del almidón y «eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de formular las raciones porque no es lo mismo un silo que se abre a las 4 semanas de haberlo hecho que el que se abre a los 10 meses», insistió.
Tampoco sirve orientarse para decidir el corte del maíz únicamente en el estado de la mazorca. «Hay quien se fija solo en que la mazorca tenga un porcentaje del 60% de sustancia seca para empezar a cortar, pero yo siempre digo que el almidón es una cosa que podemos comprar de manera relativamente barata, pero hay una cosa que no podemos comprar y que se decide en campo, que es la digestibilidad de la fibra, por lo tanto también hay que ver que el tallo de la planta tenga un grado de humedad adecuado», defendió.
El corte del maíz debe ter en cuenta la humedad tanto de la mazorca como del tallo
La altura de corte en el caso del maíz, dijo, hay que fijarla siempre sobre el terreno. «Hay que ir a la tierra y decidir allí si se corta a 20, a 30 o a 40 centímetros buscando el punto medio entre calidad, es decir, que tengamos una alta digestibilidad, pero también que obtengamos un rendimiento por hectárea que nos permita reducir los costes de producción», afirmó. En cuanto al picado, defendió picados lo más cortos posibles, de 8 milímetros, porque se deja pisar mucho mejor en el silo, dijo. Y recordó que la regla de oro del pisado de la hierba también sirve para el maíz.
También habló del procesado del grano en el silo de maíz. «Nuestro objetivo debería ser que el 70% de los granos queden molidos y atraviesen un tamiz de 4,75 milímetros porque esa es la superficie que precisan los microorganismos en el rumen para poder digerir el grano. Tenemos que trabajar eso para poder aumentar la absorción de materia seca y que el grano no acabe en los excrementos sin ser digerido, porque cuando calculamos la ración calculamos la cantidad de almidón ingerida pero no tenemos en cuenta la que se pierde porque no es aprovechada», concluyó.
