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Cuando es preciso conservar sarmientos un tiempo para ejecutar después algún tipo de injerto, es necesario tener en cuenta algunas consideraciones.
La primera es escoger los sarmientos mejor curados, con yemas de desarrollo normal para la variedad de que se trate. De ser posible, procedentes de plantas equilibradas, bien proveídas de reservas. Dependiendo de zonas y campañas, pueden aparecer más o menos porcentaje de sarmientos con las puntas sin curar, que deberán ser eliminadas.
La segunda es que los sarmientos portadores de oídio, excoriosis y otras enfermedades en principio no deben ser aprovechados. Sólo en casos excepcionales, para salvar de la extinción variedades o clones de gran valor, aun sabiendo que el porcentaje de éxito va a ser pequeño. El oídio y la excoriosis pueden estropear las yemas y multiplicar varas afectadas por excoriosis significa difundir la enfermedad y, no siendo con dicha justificación de evitar una pérdida, jamás se debería hacer.
Sarmientos atacados por el oídio
En lo relativo al oídio, puede haber dos situaciones bien diferentes: Una, la de plantaciones en abandono, con las vides afectadas de lleno por esta peste y, por tanto, con casi que todas las yemas tocadas, inhábiles para injertar. Otra, la de viñas que fueron bien tratadas en la campaña, pero que por un descuido o por cualquier circunstancia de excepción sufrieron un ataque tardío de oídio. Si este fue posterior a la maduración de las yemas latentes, es posible que la afectación de estas sea escasa o nula. Con esto no estoy recomendando que se deban multiplicar vides con presencia de oídio, simplemente que cuando las yemas están bien, el riesgo de fracaso será pequeño. Por tanto, en función del valor que tenga para nosotros el material, pagará la pena correr el riesgo o no.
Botritys y selección de sarmientos para injertar
Como la excoriosis, la botrytis puede provocar que los sarmientos estén de color blancuzca, en este caso combinada de manchitas oscuras alargadas (no puntos negros), y a veces de algún tono violáceo. Cuando ataca a las puntas mal agostadas, llega a provocar un deshilachado característico en la epidermis. Por multiplicar una vara afectada de botrytis no se va diseminar esta enfermedad, porque ya está multipresente en las nuestras viñas, a la espera de las condiciones propicias para el ataque. Lo único que puede pasar es que si una púa está muy afectada, las posibilidades de que prenda van a ser menores.
A veces también podemos encontrar algunos sarmentos tintados de negro por la fumagina (hongo que es frecuente ver también en naranjos y limoneros). El hongo en sí no hace mal ninguno, como no sea impedir la fotosíntesis cuando ensucia las hojas u otros órganos verdes. Se alimenta de las excreciones azucaradas de las cochinillas, que en algunas comarcas conocen como melosa. Sus ataques, cuando son masivos, debilitan mucho las vides. Normalmente en invierno se cobijan entre la cáscara de la madera vieja, pero si la estación viene suave, algunas pueden quedar en los sarmientos. Hay especies de cochinillas que pueden trasmitir virus. En caso de que interese multiplicar vides que hayan sido atacadas, será bueno que estemos seguros de que no efectuamos propagaciones indeseadas.
“Si los sarmentos son de las nuestras viñas, y las tenemos cuidadas, no vamos a tener sorpresas desagradables”
El mildiu no se guarda en la madera de un año para el otro. En años de fuertes ataques, como el 2016, si afecta a vides tiernas que después logran reponerse, provoca la aparición de necrosis cuyo daño es el físico que se ve, no afectando a la propagación de la enfermedad.
Como recomendación para una mejor conservación de la madera es conveniente aplicar en post-vendimia una o dos manos de fungicida, especialmente si la campaña fue ruin.
En general, si el material que vamos a guardar procede de las nuestras viñas, que año tras año vinimos controlando, teniendo cuidado de marcar y tomar las medidas que procedan con las plantas sospechosas, es difícil que tengamos sorpresas desagradables.
¿Cuál es la mejor parte de los sarmientos para injertar?
Es común escuchar que para el injerto sólo sirve la parte intermedia de los sarmientos, debiendo descartarse las bases y las puntas. Esto es una verdad relativa. En vides ubicadas en viñas bien ventiladas y soleadas, de las que se vienen recogiendo regularmente cosechas moderadas, lo normal es que estén en buen equilibrio, con un vigor contenido. En consecuencia, los sarmientos (excepto que no se hubieran aplicado a lo largo de la campaña los tratamientos necesarios o que el año fuera extremadamente malo) estarán bien curados y serán aprovechables en un buen porcentaje de su longitud.
Hacia las puntas, la sección de los sarmientos va disminuyendo. Además, y según se avanza, generalmente van teniendo -aunque esto varía con los años- menos madera en relación a la médula. Esto se aprecia dando cortes sucesivos con las tijeras de poda.
Por tanto, aunque en estos tramos del final los sarmientos estén completamente agostados y con las yemas bien desarrolladas, lo normal es que tengan menos reservas acumuladas en comparación con los tramos medios. Esto no implica que no se puedan labrar púas o escudetes con ellos; lo que pasa es que si las condiciones climatéricas de las semanas de post-injerto fuesen adversas, van a tener menos capacidad de resistir en relación a los mejor dotados de reservas.
Injertos en mayo y junio
Precisamente las secciones más finas, que por lo general son menos aprovechadas para realizar el injerto de cuña, son interesantes para utilizar más adelante, en injertos de mayo-junio como forma leñoso-herbácea, siempre y cuando la conservación hasta esa altura haya sido impecable.
En esas fechas que rodean al equinoccio de verano las temperaturas son más elevadas y los días los más largos del año. El portainjerto está en plena actividad vegetativa. En esas condiciones -y siempre y cuando haya humedad bastante en la tierra, de forma natural o añadida con el riego-, la formación del callo y la posterior consolidación de la unión van a ser rápidas. Por esto mismo, los injertos procedentes de maderas con menos reservas tienen mejor oportunidad de ir adelante con buen tiempo que en invierno.
“Los injertos de maderas con menos reservas salen mejor en mayo y junio que en invierno”
Las nietas que se desarrollaron más temprano y, por tanto, tienen la madera curada y las yemas bien desarrolladas, son aprovechables para injertar. Lo que citamos para las maderas finas les es aplicable a estas netas.
En las vides que presentan un exceso de fuerza no es rara la emisión de sarmientos gruesos de más en relación a lo que sería normal según la variedad de que se trate. Son las conocidas en muchas de nuestras zonas vitícolas cómo “vides machorras”. Es habitual que en sus primeros tramos las yemas sean pequeñas, atrofiadas y mal insertadas, inapropiadas para el injerto.
Sin embargo, en las plantaciones bien equilibridadas no tiene por que acontecer esto, y las yemas de los primeros nudos pueden estar perfectamente desarrolladas, con buena viabilidad para injertar. El problema está en que en la base de los sarmientos los entrenudos son cortos. Este detalle complica o hace imposible el aprovechamiento de las yemas allí ubicadas, según para que métodos de injertar las necesitemos. Lo práctico es comenzar un poquito más adelante en el sarmiento, en la medida en que los entrenudos van teniendo longitud suficiente como para manipular más cómodamente.
En el siguiente artículo trataremos sobre la conservación de los sarmientos.
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