Cómo incide el robot de ordeño en la producción de leche y en la fertilidad

Un trabajo fin de grado de Veterinaria analizó los cambios experimentados en 18 explotaciones gallegas, concluyendo que el incremento logrado en la producción de más de 4 litros por vaca y día de media no tuvo consecuencias negativas para la calidad de la leche ni para los parámetros reproductivos

Vacas no robot de muxido de Casa Sola

Vacas en el robot de ordeño de la Ganadería Sola, en el municipio asturiano de Vegadeo

Los robots de ordeño son hoy una realidad en muchas explotaciones gallegas y su avance en los últimos años parece imparable, suponiendo un cambio total en la manera de trabajar en las granjas y un ahorro considerable en mano de obra. Pero, ¿cuáles son las consecuencias de la instalación de robots de ordeño en aspectos como la producción y calidad de la leche, la salud de ubre o la reproducción?

«Hasta ahora no se había realizado ningún estudio en granjas gallegas sobre estos parámetros, solo había uno hecho por Ramiro Fouz sobre las causas de eliminación con robot, pero no sobre cómo afecta la instalación de los robots sobre la productividad y la calidad de la leche», explica Elio López, autor del trabajo Fin de Grado titulado Evaluación de las mejoras productivas y reproductivas con la implantación del robot de ordeño, el primero de estas características realizado en Galicia sobre casos reales y presentado el pasado mes de junio en la Facultad de Veterinaria de Lugo, obteniendo una nota de 9,3.

Este trabajo experimental analizó los resultados tras la instalación de sistemas automáticos de ordeño en 18 explotaciones, 6 de ellas ubicadas en la provincia de A Coruña y 12 en la de Lugo, comparándolos con los previos a la puesta en funcionamiento de los robots tomados de los datos del control lechero de un año antes.

Los primeros robots se instalaron en Galicia en 2004 y en los últimos tres años su multiplicación fue exponencial en las granjas de nuestra comunidad

Entre las explotaciones analizadas se encuentran algunas de las primeras en contar con robot en Galicia, como Lebón SC, una explotación ubicada en Samos y que instaló el ordeño automatizado en el año 2004, o SAT Ladeira, constituida en el año 2005 por tres explotaciones de O Páramo y que comenzó a funcionar con dos robots, y otras de instalación más reciente, como Vilasilvestre SC o SAT Revolta, las dos de Vilalba.

Incrementos de producción del 12,5% de media

«La dificultad de este estudio radica en que tienes que tener datos de antes y de después de la instalación tomados del mismo modo», explica Elio. El trabajo concluye que tras el cambio a los robots «hay un incremento significativo en la producción de leche de un 12,5% sin perjuicios para la calidad de la leche ni para los parámetros reproductivos». La media de producción en las granjas estudiadas era de 31,6 kilos por vaca y día en el promedio del conjunto de las explotaciones y este mismo dato subió hasta 36 kilos en el robot.

El promedio de producción de las explotaciones analizadas pasó de 31,6 litros por vaca y día ordeñando en sala a 36 litros al segundo año de tener el robot

Aunque el promedio de aumento de producción fue de casi cuatro litros y medio por vaca y día (12,5%) para las 18 explotaciones analizadas, comparando el segundo año tras la instalación del robot con el año previo anterior, hubo importantes diferencias entre las granjas, con una merma del 7% en el peor de los casos y un incremento del 27% en el mejor.

De las 18 granjas estudiadas, 17 de ellas estaban a 2 ordeños antes de instalar el robot (16 en sala y 1 en plaza fija) y una explotación ordeñaba tres veces al día. «El aumento de la producción va unido a la frecuencia de ordeño», establece el estudio, que añade que «la concentración de grasa y proteína es ligeramente menor que la obtenida con el ordeño tradicional dos veces al día pero el nivel de ácidos grasos libres aumenta».

Una décima menos de grasa y prácticamente la misma proteína

Robot en la Ganadería Mingón Holstein, de Tineo (Asturias)

Robot en la Ganadería Mingón Holstein, de Tineo (Asturias)

El promedio conjunto de calidades de las explotaciones que formaron parte del trabajo de investigación se situaba antes de la instalación de los robots en 3,76% de grasa y 3,34% de proteína y pasaron a 3,63% de grasa y 3,32% de proteína, por lo que los descensos medios en el conjunto de las 18 explotaciones fueron de un 0,13% menos de grasa y de un 0,02% menos de proteína.

Todas las granjas estudiadas tenían el mismo sistema de alimentación, basado en ración unifeed suministrada una vez al día y compuesta por ensilado de hierba, ensilado de maíz y pienso. Excepto en una de ellas, que ya realizaba punteo de concentrado antes de instalar el robot, en el resto de explotaciones ese aporte diferenciado de pienso dependiendo de los niveles de producción y de los días en leche de cada vaca comenzó con la puesta en funcionamiento del ordeño robotizado.

Mejor fertilidad con el robot

Ordeñar más frecuentemente significa, la mayor parte de las veces, más producción de leche, pero esto pone en peligro el balance energético del animal, que a su vez puede tener efectos negativos sobre la fertilidad. Sin embargo, el estudio desmiente este apriorismo.

«Hay una tendencia a la reducción del intervalo entre partos en unos 10 días tras la instalación del robot que no guarda relación con la presencia o no de detectores de celo»

De hecho, indica el trabajo en sus conclusiones, «tras la instalación de los robots se constató una tendencia a la reducción del intervalo entre partos y del intervalo entre parto e inseminación fecundante que se comprobó que no guardaba relación con la presencia o no de detectores de celo», un sistema con el que contaban el 72% de las explotaciones analizadas (11 ganaderías tenían detector de celo y rumia y 5 de ellas también medidor de células somáticas, 2 explotaciones contaban solo con detector de celo y las 5 restantes no tenía ninguna tecnología añadida más que la del propio robot de ordeño).

«Tanto el robot como los detectores de celos no influyen significativamente en los parámetros reproductivos, aunque hay una cierta tendencia a reducir el intervalo entre partos, que pasó de 434 días de promedio en el conjunto de las explotaciones a 422 días, y también el intervalo entre el parto y la inseminación fecundante, que bajó 10 días de promedio, pasando de 145 días antes del robot a 135 después, pasando el promedio de inseminaciones de 2,46 a 2,45 dosis», explica Elio.

Detección precoz de mamitis

Existen diversos estudios que compararon el ordeño automático y el convencional y la mayoría de ellos concluyen que la salud de la ubre se deteriora con la introducción del robot por varios motivos: el aumento de la frecuencia de ordeño favorece la apertura del esfínter y la colonización bacteriana y las posibilidades de contagio aumentan pues hasta 65 vacas se ordeñan en la misma unidad de ordeño.

El recuento de células somáticas se incrementó un 5% tras la instalación de los robots

El análisis del caso práctico de estas 18 ganaderías gallegas confirma esta conclusión, aunque el incremento en el recuento de células somáticas no fue muy elevado si tenemos en cuenta los datos de control lechero del año pre-instalación y del segundo año post-instalación del robot, pasando de media en el conjunto de las granjas de 303.360 RCS a 317.330 RCS.

En lo tocante a la cabaña ganadera, en las 18 explotaciones predominaba el ganado frisón y solamente en una había 6 vacas montbeliard en lactancia en el momento de la realización del estudio. Ninguna de las granjas analizadas compró animales de fuera de la explotación en los dos años recogidos para la realización del estudio.

40 años desde la aparición del primer robot en Holanda

El origen de los robots de ordeño se encuentra en Holanda en torno a los años 80, aunque no fue hasta 1992 cuando se instaló el primer sistema automático de ordeño en una granja convencional. La llegada a las explotaciones lecheras españolas se produjo en el año 2000 y en Galicia los primeros robots se instalaron en Arzúa y en Samos a finales del año 2004. Cinco años después ya había en nuestra comunidad 49 instalados y en los últimos 2 años su multiplicación ha sido exponencial.

El trabajo Fin de Grado presentado en Veterinaria se completa con una encuesta a los titulares de las granjas estudiadas sobre los motivos para su instalación y su percepción tras el cambio en el sistema de ordeño empleado. Los responsables de las explotaciones coinciden en que el principal inconveniente es la adaptación al robot y la principal ventaja el ahorro en mano de obra.

Los responsables de las explotaciones coinciden en que el principal inconveniente es la adaptación al robot, por encima incluso del precio, y la principal ventaja la disminución de la mano de obra

Para la mayoría de las explotaciones (16 de los 18 titulares encuestados), el principal inconveniente de los robots es la «complicada adaptación» tanto de los propios animales como del ganadero a la nueva forma de ordeño, poniendo esta contraindicación incluso antes de la del precio. «Otro inconveniente al que también le dan mucha importancia los ganaderos más jóvenes, los menores de 40 años, es que la instalación de un robot no permite aumentar poco a poco la cabaña, como sí que se podría hacer con una sala de ordeño convencional porque no es rentable la compra de un robot para tenerlo a menos de la mitad del rendimiento de la máquina, por lo que los aumentos tienen que ir en función de la capacidad del robot, creciendo de golpe entre 60 y 70 animales», explica Elio.

Una ventaja importante de los robots es la posibilidad de controlar numerosos parámetros de interés para la producción de forma continuada, permitiendo al ganadero la toma de decisiones individualizada para cada animal. Por el contrario, el coste del equipo de ordeño y los requisitos de mantenimiento de un robot son mucho más elevados en comparación a un equipo convencional.

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