¿Cómo hacer más rentables las vacas de descarte?

El Ciam desarrolla varios estudios para conseguir aumentar la calidad de las vacas de descarte en las ganaderías. El pastoreo es una de las claves para lograr,en determinadas condiciones, elevadas ganancias de peso a bajo coste, pero hay otros aspectos a tener en cuenta

¿Cómo hacer más rentables las vacas de descarte?

En muchas ganaderías de leche, donde es frecuente que se dé una reposición elevada de los animales en producción, el ganado de descarte termina flaco y en el mercado se cotiza a la baja. Para hacer más rentables estas vacas es fundamental someterlas a un proceso de engorde.

La diferencia de precio de una vaca Frisona de una categoría P1 (pobre) y una con una clasificación O4 u O5 (clasificada como buena) oscila entre los 415 euros que se pagan de media por la primera y los 1.570 euros que puede conseguir la segunda. Aunque, en las vacas de categoría extra, con un cebo excelente, el precio por kilo llega a superar los 5 euros.

Partiendo de esta base, desde el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam) llevaron a cabo varios estudios para conseguir incrementar la calidad de las canales y de la carne de las vacas de desvieje de las ganaderías. Los resultados de estas investigaciones fueron presentados en la V Reunión de Primavera de la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes que se celebró el pasado mes en Mazaricos.

La IXP Vaca Gallega/Buey Gallego es una oportunidad para establecer un nuevo nicho de negocio para las vacas de descarte

«Para mejorar la venta, las vacas deben someterse a un proceso de engorde, incrementando el peso del canal y el precio por kilo», apunta Santiago Crecente, investigador de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria (Agacal). Para estas vacas de descarte, la IXP Vaca Gallega/Buey Gallego se presenta como una oportunidad de negocio, ya que hoy en día el cebo de vacuno mayor es testimonial.

¿Cómo mejorar la calidad del canal?

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Buscan conseguir que las vacas de descarte consigan buenas categorías en vez de venderse cómo P1.

Una de las maneras para mejorar la calidad del canal es que el animal esté en pastoreo durante los meses de primavera, consumiendo pasto de elevada calidad.

Esto es recomendable sobre todo cuando los animales parten con una deficiente condición corporal, pues experimentan el conocido cómo «crecimiento compensatorio», que permite una rápida ganancia de peso exclusivamente con pasto, como evidencian los datos de dos estudios realizados en el Ciam. En estos casos, llevar las vacas al pasto consiguió que el valor de sus canales se incrementaran en más de 300 euros.

Así, en uno de los estudios realizados incluyeron 12 vacas Frisonas y 9 de Rubia Gallega, separadas en 3 grupos homogéneos en peso y conformación. Las vacas permanecieron en el pasto 120 días, entre marzo y julio. Los primeros días, tenían una carga de 4,5 vacas por hectárea, y en los últimos 60 se redujo a 2,25 vacas por hectárea.

Efectos del pastoreo sobre los canales.

 

En este caso, tener las vacas en pastoreo durante 4 meses supuso un incremento del peso, pasando de los 247 kilos en canal a los 333 kilos, pero también aumentó la grasa por canal de forma significativa, pasando de un 5% a un 13%. Esto también se tradujo en un mayor precio por kilo, de unos 1,85 euros a unos 2,4 euros, lo que supuso unos 343 euros de promedio más en canal.

Engordar vacas solamente con pasto permitió que el valor de su canales se incrementara en más de 300 euros

Los datos son similares en otro estudio realizado también por el Ciam pero en este caso con 8 vacas Frisonas, de 4 a 7 años, y 20 animales de Rubia Gallega con una edad de entre 5 y 6 años. Las vacas estuvieron en pastoreo entre los meses de abril y agosto un total de 85 días y se evaluaron también los resultados a los 50 días.

El rendimiento del canal pasó del 48% al 52% ya en los 50 primeros días, aunque después no hubo variaciones a los 85 días. En cambio, el peso del canal antes de estar en pastoreo era de 241 kilos. En los 50 primeros días pasó a 293 kilos y a los 85 días estaba en los 322 kilos de promedio. Estas variaciones supusieron un incremento del precio en unos 328 euros, de los 445 euros sin pastoreo a los 773 euros de promedio después de 85 días en el pasto.

Una de las dietas que probaron se basaba en silo de maíz y pienso.

Pasto y dietas forrajeras de alta energía para conseguir una carne mejor

Además de conseguir canales de mayor peso, si lo que se pretende es obtener canales y carne de alta calidad, es necesario conseguir un elevado estado de engrasamiento. Para esto, en el Ciam probaron dos dietas forrajeras de alta energía combinadas con un período inicial de 60 días en pastoreo.

Para este estudio dividieron los animales en dos grupos segundo la condición corporal del animal fuese alta (CA) o baja (CB) para también comprobar la evolución del animal dependiendo de cuál fuera su condición inicial. En cuanto a las dietas, una se basó en silo de maíz y pienso y la otra fue a base de hierba seca y pastone, un silo elaborado con mazorcas de maíz aún sin madurar.

Probaron dos dietas: una con silo de maíz y pienso y otra con hierba seca y pastone

Con este tipo de dietas que implica menos días de pastoreo, consiguieron incrementar el peso y el precio por el que se vende el animal. El objetivo en estos casos era alcanzar una clasificación mínima de O4, considerada como buena.

A continuación, recogemos los resultados de estos estudios, donde se aprecia tanto el incremento de peso que tienen los animales con este tipo de dietas como el coste de la alimentación y las ganancias que dejan al ganadero, que oscilan entre los 115 y los 290 euros dependiendo del tipo de alimentación y de las características en las que se había encontrado el animal. Así, la dieta a base de silo de maíz y pienso es la que más beneficios reporta a la ganadería.

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Resultados de las dos dietas de alto valor energético probadas en el Ciam.

De este modo, una vez demostrada la eficacia de estas dietas, el reto pasa por ajustar la ración para que los gastos sean asumibles y rentables para las ganaderías. «Será necesario limitar la cantidad de concentrado para disminuir los costes», puntualiza Santiago Crecente.

También en este ámbito ya han investigado, el aporte que constituye el pienso y la harina de maíz sobre la calidad final que presenta el animal y su carne. De hecho, comprobaron que en un rebaño de 16 vacas Frisonas, de entre 5 y 10 años de edad, alimentadas un lote con pienso altamente energético y otras con harina de maíz y que pasaron 170 días del cebo en el pasto, la evolución de las vacas alimentadas con pienso fue mejor.

Así, el pienso permitió que alcanzaran un peso de sacrificio de 960 kilos frente a los 859 logrados con la harina y también un mayor espesor de grasa subcutánea, de 0,64 centímetros frente a los 0,36 de las vacas alimentadas con harina de maíz. Aunque el precio del concentrado es también casi el doble del de la harina de maíz, el concentrado a base de pienso supuso para las ganaderías mayores beneficios, ya que también consigue un grado de engrasamiento superior, que confiere calidad a la carne.

Comparativa entre los resultados que ofrece el pienso y la harina de maíz.

Aunque los tiempos que se manejan en los distintos estudios referidos son más cortos, a modo de conclusión, el investigador señala que se precisa un período mínimo de 6 meses de cebo para obtener un canal de alta calidad, y que los precios de venta deberán ir al alza para que el sistema sea rentable, algo que se espera que suceda con la implantación de la nueva IXP.

Junto con los trabajos referidos, en la actualidad, en el Ciam continúan en estas líneas de investigación y trabajan en nuevos ensayos de cebo para determinar el efecto que tiene el castrado y el tipo de alimentación para obtener carne de calidad.

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