Cinco problemas del monte gallego que destapa la tragedia de Portugal

La impunidad existente en la forestación de tierras agrarias es llevada de nuevo por los grupos de la oposición al Parlamento de Galicia. Piden también medidas en las franjas de monte alrededor de los núcleos rurales y políticas contra el monocultivo de eucalipto

Cinco problemas del monte gallego que destapa la tragedia de Portugal

El Plan Forestal de Galicia se presentará previsiblemente la próxima semana.

El trágico incendio forestal que está viviendo Portugal, con más de 60 muertos y unas 40.000 hectáreas arrasadas, ha abierto un debate en Galicia sobre las medidas a adoptar para prevenir catástrofes incendiarias. Los grupos de la oposición apuntaron hoy en la comisión de Agricultura del Parlamento varios frentes de trabajo, si bien no hubo consenso y ninguna iniciativa salió adelante.

El Plan Forestal de Galicia, que se presentará previsiblemente en la próxima semana, es esperado como punto de partida para trabajar en un nuevo monte gallego. Las principales cuestiones de prevención que quedan sobre la mesa son las siguientes.

1) Impunidad en la forestación de tierras agrarias

Las tierras de cultivo y los prados venían actuando de cortafuegos naturales frente a los incendios. Si se sustituyen por plantaciones forestales, que terminan por rodear los núcleos de población, se fomenta la continuidad de la masa forestal, sin fragmentaciones que eviten la expansión de los fuegos. Los grupos de la oposición recordaron hoy en el Parlamento que en Galicia hay más de 30.000 hectáreas agrarias forestadas de forma ilegal, la mayoría con eucaliptos.

Desde el grupo popular fueron contundentes en asegurar que estaban en contra de la forestación de tierras agrarias, pero la oposición entiende que no se está haciendo nada para frenar esa situación, prohibida por la Lei de Montes de Galicia (Lei 7/2012): «No hacen nada para evitarlo. Se puede ver en cualquier concello de Galicia», se cuestionó desde el grupo de En Marea.

2) Franjas de gestión de la biomasa en el entorno de los núcleos rurales

La normativa obliga a mantener despejados de matorral 50 metros en el entorno de núcleos de población, viviendas o edificios aislados. Pinos y eucaliptos deben guardar además una distancia de 30 metros. Uno de los problemas que se vivió en Portugal fue que el monte llegaba a la puerta de las casas, por lo que varias aldeas quedaron arrasadas por el fuego.

«En Galicia tenemos millares de núcleos de población sin una franja de seguridad. La ley dice que si el propietario no se encarga de limpiarla la responsabilidad es de los Concellos, pero los Concellos no tienen capacidad para afrontar ese problema. No es función de los Concellos, es función de la Consellería», defendió hoy en el Parlamento el diputado del Bloque Xosé Luis Rivas «Mini».

La misma postura expresó ayer la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), que advirtió de que los Concellos no contaban ni con medios técnicos ni con personal para acometer esos trabajos.

3) Distancias del arbolado a vías de comunicación

La Lei de Montes obliga a que las nuevas repoblaciones de pinos y eucaliptos mantengan una distancia de 10 metros a carreteras convencionales. En pistas forestales, la distancia se reduce en general a cuatro metros. Velar por el respeto a esas distancias garantizaría una mejora progresiva del actual escenario, con el monte pegado en muchos puntos a las vías de comunicación, sin apenas retranqueo.

Otra cuestión que queda abierta es si, en determinadas zonas, sería preciso actuar para alejar el arbolado ya existente de las vías de comunicación.

«Cuando vengo a Santiago desde Boimorto, cruzo por muchas carreteras provinciales que discurren entre hileras de árboles. No crecen en la cuneta porque por la cuneta pisan los tractores. Si me pilla un fuego ahí en medio, estoy perdido» -reflexiona el diputado del Bloque Xosé Luis Rivas «Mini»-. «Estamos vendidos y la Administración no reacciona».

4) Monocultivos

El grupo En Marea pidió hoy medidas que eviten la continuidad de grandes masas de eucalipto, ya que considera que esta especie facilita la propagación de los incendios a una mayor velocidad. «Deberían romperse los monocultivos cada 5 hectáreas», sugieren a efectos de crear en los montes un mosaico en el que se combinen eucaliptos o pinos con frondosas y tierras agrarias, espacios en los que el fuego o se detiene o avanza con menor rapidez.

Desde el grupo popular, declararon que estaban en contra de presentar el eucalipto como la personificación del mal, pero coincidieron en la necesidad de medidas contra el monocultivo. «El monocultivo sí es un problema», reconocieron.

5) Asociacionismo forestal

La mayoría del sector forestal coincide en un mismo diagnóstico sobre los fuegos de Portugal. Más que de un problema del eucalipto o del pino, se trató de un problema de abandono y de falta de gestión, que llevó a una excesiva acumulación de biomasa en el monte.

Como vía para encarar esa situación de abandono, extensible a buena parte del monte gallego, el sector aboga por la potenciación del asociacionismo forestal, si bien la figura implementada por la Xunta para promoverlo está naufragando.

Existen sólo media docena de Sociedades de Fomento Forestal (Sofor) constituidas en Galicia. Esa situación es considerada un retroceso por la oposición. «Sólo en los últimos meses del Gobierno Bipartito había 45 Unidades de Xestión Forestal (Uxfor) en perspectiva», recriminó el diputado del Bloque Xosé Luis Rivas «Mini», que pidió que la Xunta asuma el fracaso de las Sofor y busque nuevas vías para promover el asociacionismo.

Una idea sobre “Cinco problemas del monte gallego que destapa la tragedia de Portugal

  1. Alberto

    Estoy en total desacuerdo con esto, quienes afirman que los cultivos protegen a los núcleos urbanos no han visto nunca un incendio en hierba alta, trigo o maiz; es un fuego que avanza mas rápido que una persona. En mi opinión, la mejor defensa contra un núcleo urbano es un cortafuegos que permite su limpieza rápida y la circulación de vehículos de defensa contra incendios. Y además la responsabilidad de propietarios de montes y propietarios de viviendas manteniendo la higiene y limpieza y la adopción de unas medidas de protección de las viviendas que no están ni se las espera, yo me refiero concretamente a rociadores y tomas de agua.
    Yo soy propietario de un terreno forestal colindante con una vivienda (la vivienda se hizo sabiendo que estaba al lado de una zona forestal) y simplemente se dedican a descargarme a mi las responsabilidades, propuse al ayuntamiento la construcción de un cortafuegos (aportando yo parte del terreno) y simplemente me ignoraron.

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