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Cabuxa Natur es una ganadería de caprino ejemplar y visita obligada para todas aquellas personas que quieran ver un modelo de granja sostenible y que apuesta por la calidad. Su propietaria Gemma San Pedro es una de las llamadas “ neorurales” que tanto precisa el envejecido campo gallego: en el 2011 dejó la ciudad por una aldea del ayuntamiento lucense de Guntín y puso en marcha desde cero una ganadería de cabra de raza gallega y certificada en ecológico, creando riqueza y vida en lo que antes eran terrenos abandonados y posible pasto para incendios forestales.
Con determinación afrontó y afronta problemas como las plantaciones ilegales de eucaliptos, o las dificultades para comercializar de forma directa una carne de excelente calidad, amparada por la marca “Pastores de Galicia”. Pero hay un obstáculo contra el que se siente impotente y que teme que leve al cierre de su ganadería: los ataques de las manadas de lobos.
Cuenta que los ataques comenzaron en el 2016 y fueron yendo a más. “Desde febrero de este año, sobre un rebaño de 260 animales, llevo ya 40 bajas por ataques de los lobos, el último la semana pasada, cuando los lobos a pleno día mataron a 10 cabras al lado de la casa”, relata.
Y no es por falta de medidas de prevención: Cuenta con una finca con 7 kilómetros vallados en los que invirtió la ayuda de incorporación y también con dos perros mastines. “No puedo hacer más, el propio agente de Medioambiente reconoce que el lobo entra igual a pesar del cercado, y no puedo comprar más mastines porque es inviable su coste de mantenimiento”, explica.
Gran parte de los ataques se producen cuándo lleva las cabras a pastar por la tarde al monte comunal, algo beneficioso tanto para prevenir fuegos forestales cómo para la salud de las cabras. “¿Tengo que dejar de hacer pastoreo en el monte y estabular el rebaño en un modelo intensivo? Eso va contra un modelo de ganadería ecológico y sostenible”, defiende.
Mastines y cierres que no sirven para un modelo sostenible de pastoreo del monte
A nivel personal Gemma Sampedro reconoce que “vivo en una situación de estrés continuo, porque no sé en que momento me va a atacar el rebaño, y también de impotencia y de desesperación porque la Administración nos tiene totalmente abandonados y no nos da soluciones reales”.
Así, las ayudas de la Consellería de Medio Ambiente para paliar los ataques del lobo llegan tarde, con una cuantía escasa y tras un complicadísimo proceso burocrático que aboca a muchos ganaderos a no solicitarlas.
En su caso, la propietaria de Cabuxa Natur explica que “las ayudas en el mejor de los casos son de 131 euros para una cabra de calidad selecta menor de 6 años años y de 31 euros si tiene más. Pero toda vez que mis cabras duran un mínimo de 10 años, que cada cabrito lo vendo a un promedio de 100 euros y que por ser de raza gallega, por cada una percibo una ayuda de 30 euros, estaríamos hablando de que te indemnizan con 131 euros por un lucro cesante de más de 1.300 euros”. Por no hablar de los cabritos que quedan huérfanos y que tienen mucho más difícil sobrevivir.
A eso se añade el problema de que cuando no aparece el cadáver del animal la Xunta no da ayuda al ganadero. En el caso de esta ganadera tiene 24 animales desaparecidos y por los que no cobró ayuda.
Gemma San Pedro: “Si la Xunta no soluciona el problema voy a tener que cerrar la explotación”
La solución para Gemma es clara: “Si el gobierno de la Xunta o una parte de la sociedad quiere tener lobos que les dé de comer, pero no mantenerlos a costa de los ganaderos”. Mañana, miércoles, llevará su caso a la Delegación de la Xunta en Lugo junto con representantes de Ovica, la Asociación de Criadores de Ovino y Caprino de Galicia, que calcula que el 7% de sus socios tuvieron que cerrar sus explotaciones en los últimos años debido a los ataques de los lobos.
“La situación va a peor porque los ataques ya son delante de las casas y a pleno día. Si esto sigue así y la Administración no soluciona el problema claro está que voy a tener que cerrar la explotación”, concluye.
¿Para esto facía falta atacar ós que cultivamos eucalipto?, pois ben, si son prantacións ilegais, que denuncien, que denuncien ó veciño que o prantou e que dén a cara; deste xeito, o veciño denunciado poderá denuncialos a eles de volta, por exemplo por algún pecadiño que poida ter algunha gandeiría como animais ilegales, excrementos nas carreteras, etc, (si en realidade os dos eucaliptos somos os mais legales).
En realidade este artigo dalle a razón ós que prantan eucaliptos, que deixen de dar a murga coa comedia do pastoreo nos montes, que o único que xera é deforestación e erosión e un consello: que se estén no seu e deixen ós demais en paz.