8 recomendaciones para mejorar la conducta alimentaria del vacuno de leche

Resumen de la ponencia de María Devant y Álex Bach, investigadores del IRTA de Cataluña, dentro de la III Jornada Fedna-Anembe sobre nutrición de rumiantes.

8 recomendaciones para mejorar la conducta alimentaria del vacuno de leche

Vacas en la ganadería Devesa Langueirón.

La Asociación Nacional de Especialistas en Medicina Bovina (Anembe) celebró este lunes en Madrid una jornada técnica sobre nutrición de rumiantes, en la que destacados expertos a nivel nacional e internacional expusieron los últimos estudios para optimizar la ingesta y el aprovechamiento del forraje por el ganado vacuno criado en sistemas intensivos.

En este sentido, María Devant y Álex Bach, investigadores del Departamento de Producción de Rumiantes del IRTA, centro público catalán de referencia en España, ofrecieron unas recomendaciones prácticas para mejorar la conducta alimentaria del ganado vacuno.

Como punto de partida, María Devant recordó que “la conducta alimentaria está relacionada con el consumo de alimento y viene definida principalmente por tres parámetros: el número de visitas a los comederos, el tamaño de la comida y la duración de la misma”.

A) Terneras en fase de destete y mamones

En este sentido, las terneras en la fase de destete intentarán seleccionar dentro de la ración aquellos alimentos que satisfagan sus necesidades y, en segundo lugar, que les aumenten su hedonismo, generándoles una sensación de placer.

Por ejemplo, un estudio (Miller-Cushon et alii, 2014) demostró que terneras de 2 meses de vida eran capaces de identificar si una mezcla de dos pellets (uno de 8 y otro de 4 milímetros) contenían soja o colza, y mostraban una clara habilidad para seleccionar en favor de los pellets que contenían soja.

A este respecto, los investigadores del IRTA ofrecieron las siguientes recomendaciones para mejorar la conducta alimentaria en terneras de recría, y por lo tanto, su crecimiento y su rentabilidad.

1) Antes del destete, hay que exponer a las terneras a forraje seco picado a unos 2,5 centímetros

La conducta alimentaria a edades tempranas es importante porque puede repercutir en la conducta alimentaria a posteriori. Así, los investigadores del IRTA recordaron los datos de un estudio que concluyó que las terneras expuestas a heno fino molido antes del destete seleccionaron a favor del concentrado y en contra del forraje de partícula grande después del destete.

Por tanto, según María Devant y Alex Bach, es recomendable que las terneras de reposición se expongan a forraje seco (preferiblemente paja, pero puede ser también heno de rye-grass u de otras gramíneas) picado a unos 2,5 centímetros antes del destete, para evitar que cuando sean expuestas a raciones con mayor proporción de forraje se minimice la conducta de selección, evitando así posibles trastornos ruminales como acidosis.

2) En el destete mejor que la ración sea mezclada (unifeed) que ofrecer alimentos por separado.

Además, tras el destete, es preferible aportar a las terneras de recría, o a los mamones, una ración total mezclada (unifeed) y evitar ofrecerles heno y concentrado por separado, porque el consumo va a ser más homogéneo, y va a haber menos selección en contra de los forrajes y de las partículas largas.

3) Tamaño de partícula del forraje: El consumo total de materia seca aumenta si el tamaño de la partícula disminuye

En cuanto a como debe ser esa ración unifeed, los investigadores del IRTA recordaron que tanto el tamaño de la partícula de forraje como la humedad de la ración ejercen un efecto sobre la conducta alimentaria y sobre el consumo total de materia seca.

Así, un estudio (Khan et alii. 2014) observó que tanto el consumo total de materia seca, así como la velocidad de consumo (medida en gramos de materia seca ingeridos por minuto) tendían a aumentar y el tiempo dedicado a comer disminuía conforme el tamaño de partícula de la ración disminuía, con un óptimo del 64% de las partículas por encima de 19 mm de diámetro.

Por otro lado, el mismo estudio concluyó que como máximo la ración de las novillas debe tener un mínimo del 65% de materia seca, pues raciones con una humedad superior al 35% resultan en descensos del consumo.

4) Evitar la competencia en el comedero.

La densidad animal es un factor que condiciona de manera importante la conducta alimentaria del ganado vacuno. Así, en situaciones de alta competencia para acceder al comedero, las novillas y las vacas consumen la ración a un mayor ritmo de ingestión, especialmente justo después de ofrecer comida fresca.

Esta mayor competencia redunda en un descenso del número de visitas al comedero durante el día, y las que se producen son más largas y con una mayor cantidad de materia seca consumida.

Este distanciamiento entre comidas en situaciones de competencia puede ser debido a dos factores: a un mayor consumo de materia seca justo en el momento de ofrecerle la comida y a un descenso del PH ruminal, como consecuencia de la mayor velocidad de consumo (menos secrección de saliva) y mayor cantidad de materia seca consumida en esa visita. Y en situaciones de bajo PH y alta osmolaridad ruminal -con los consecuentes riesgos de acidosis- el apetito disminuye y las visitas al comedero se distancian.

5) A edades tempranas, el pienso mejor granulado.

En terneros mamones destinados al cebo hay pocos estudios de conducta alimentaria, experiencia previa o selección. Basándose en los estudios de Miller-Cushon et alii (2013), la investigadora del IRTA María Devant realizó un estudio en 2015 para evaluar si la experiencia alimentaria previa podía afectar a las preferencias de alimentos y al comportamiento alimentario en terneros destetados al inicio del cebo.

En este sentido se observó que:

-Los animales que consumen harina dedican más tiempo a comer que los que consumen pienso granulado (11 minutos frente a 9 por comida).

-Que la experiencia previa (pienso como harina o como granulado) afecta a la conducta posterior, ya que el porcentaje de desperdicio del concentrado varió en función de la forma de presentación previa.

“Por lo tanto -concluyen los investigadores del Irta- parece que ofrecer concentrado en forma de granulado a edades tempranas puede ser una buena estrategia para reducir el desperdicio de concentrado en edades posteriores”.

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A) Vacas en lactación

En cuanto a vacas lecheras, lo más importante para la productividad es el consumo de nutrientes, pero el modo en que estos nutrientes son consumidos pueden afectar a la propia ingestión de materia seca, el comportamiento alimentario y la fermentación ruminal. Es más, el tiempo dedicado a comer y a rumiar por unidad de alimento ingerido en el vacuno lechero ha sido positivamente correlacionado con la digestibilidad ruminal de la fibra.

1) Lo importante es asegurar que las vacas acudan el mayor número de veces al comedero y encuentren alimento

En un archivo que recopila datos de consumo y de comportamiento alimentario del IRTA de 267 vacas durante un período de 9 meses, se encontró una relación positiva entre el consumo de materia seca y el tamaño de la comida. Es decir, el consumo diario de un 1 kilogramos adicional de materia seca se asociaba con 300 gramos más de tamaño de comida.

Los investigadores del Irta concluyen que “por tanto, parece que lo importante en el vacuno lechero es asegurar que las vacas puedan acceder al comedero cuantas veces quieran para poder así aumentar el consumo total de materia seca”, y la producción lechera.

“Para ello es muy importante acercar la comida al pesebre, para asegurar que la vaca cuando se acerque a el encuentre alimento a discrección”, destacó María Devant.

En este sentido, en la base de datos del IRTA también encontraron una relación positiva (P<0,001) entre el tamaño de la comida, así como el número de comidas al día, con el contenido de proteína en leche.

2) Es recomendable picar toda la ración a un tamaño máximo de 2,5 centímetros

Las vacas tienen gran predisposición a seleccionar la ración a favor de partículas finas y a rechazar las partículas fibrosas del forraje, y esta selección aumenta conforme el tamaño de partícula medio de la ración aumenta.

“Por tanto -concluyen María Devant y Álex Bach- para minimizar el comportamiento de selección es recomendable picar toda la ración a un tamaño máximo de 2,5 centímetros”.

Además, un estudio realizado en 2003 (Konodoff et alii) concluyó que se produce un incremento en el contenido de materia grasa de la leche si los tamaños de las partículas del forraje son menores. En concreto, se compararon dos raciones en base a ensilado de silo de maíz con una media geométrica de las partículas de 8,8 o de 7,8 milímetros.

3) Favorecer la rumia y el tiempo que la vaca está acostada.

Por último, y aunque no forma parte directa del comportamiento alimentario, la rumia y el tiempo que la vaca dedica a rumiar se ha correlacionado con la salud ruminal y en especial con la acidosis ruminal.

Sin embargo, los investigadores del Irta recuerdan que “en la mayoría de las ocasiones las vacas con mayor acidosis ruminal son las que más comen o han comido y, por tanto, las que más rumian.

En este sentido, defienden que “lo correcto sería expresar el tiempo de rumia en función de la ingesta de materia seca; es decir, en minutos de rumia por kilogramos de materia seca ingerida”.

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