300 robles gallegos con mejora genética son donados por la Fundación Juana de Vega

300 robles gallegos con mejora genética son donados por la Fundación Juana de Vega

Acto celebrado este viernes en la Fundación Juana de Vega

La Fundación Juana de Vega presentó hoy los resultados del proyecto de investigación para la mejora genética del roble autóctono y entregó 300 ejemplares de carballos autóctonos a diferentes instituciones: las comunidades de montes vecinales de Teis y de Monte Xalo, la Sociedade Galega de Historia Natural, la Fundación Eduardo Pondal, la Fundación Fragas do Mandeo y la Asociación pola Conservación do Ecosistema Forestal Galego. En el acto de entrega estuvieron presentes Enrique Sáez Ponte, presidente de la Fundación Juana de Vega; Manuel Rodríguez Vázquez, director general de la Agencia Gallega de Calidad Alimentaria (Agacal), y Enrique Martínez Chamorro, director del Centro de Investigación Forestal (CIF) Lourizán, de la Xunta de Galicia.

El acto se enmarca en el proyecto de investigación impulsado y financiado por la Fundación Juana de Vega y que desarrolló desde 2015 el CIF Lourizán de la Xunta de Galicia, para mejorar la genética del carballo gallego con el objetivo de sentar las bases para la producción de planta certificada y promocionar el uso del roble autóctono, un árbol que está siendo sustituida por robles foráneos.

En el acto estuvieron presentes el presidente de la Fundación Juana de Vega, Enrique Sáez, y más el director general de la Agacal (Agencia Gallega de Calidad Alimentaria), Manuel Rodríguez Vázquez, y el director del Centro de Investigación Forestal (CIF) Lourizán Enrique Martínez Chamorro. Enrique Sáez puso de manifiesto su satisfacción como presidente de la Fundación por formar parte de este proyecto, con el que se consiguió alcanzar la trazabilidad del mejor roble gallego.

Selección de los mejores robles a partir de 24.000 bellotas

Por su parte, el director de la Agacal quiso agradecer el compromiso de la Fundación Juana de Vega por su implicación en la recuperación del patrimonio autóctono gallego, desde el olivo hasta la manzana de sidra, el castaño, la uva de Betanzos y ahora también el roble, estableciendo los pilares para suministrar al sector alternativas para no abandonar las fincas rústicas. «Galicia es lo que es por nuestra singularidad, nuestro territorio y la genética de nuestras especies naturales, por lo que es importantísimo protegerlo para las generaciones futuras», señalaba Manuel Rodríguez, para añadir que no se trata sólo de una cuestión de identidad, sino también de motor económico para el desarrollo rural.

El encargado de presentar los resultados del proyecto fue el director del CIF Lourizán, que indicó que el roble es la especie autóctona más importante de Galicia en cuanto a superficie ocupada, pero con poblaciones muy envejecidas, lo que hacía necesario crear una población de conservación para protegerlo. El proyecto consistió en la recogida de 24.000 bellotas en diez rodales selectos de Quercus robur L. para su posterior germinación y cultivo en dos viveros asociados a Vifoga (Asociación de Viveros Forestales de Galicia). Las bellotas fueron cultivadas en estos viveros durante dos años, momento en el que se seleccionaron los mejores ejemplares, en concreto 3.615 robles, implantados en cuatro fincas de titularidad de la Xunta de Galicia en Trasmiras, Chantada, Santa Comba y Lourizán.

Estas parcelas, registradas como campos de plantas madre de Galicia, servirán para la conservación, selección y multiplicación del material forestal identificado procedente de semillas con certificado patrón de los rodales selectos.

Por otra parte, el Centro de Investigación Forestal de Lourizán, está ensayando técnicas de cultivo in vitro para la posterior multiplicación y comercialización de planta certificada de roble autóctono de Galicia a partir de los ejemplares seleccionados en este proyecto.

Resultados conseguidos

Entre los resultados conseguidos está el registro como campos de plantas madre de cuatro parcelas públicas -con plantas seleccionadas de rodales selectos- que sirven como fuente de material de base de calidad asegurando su adaptabilidad y mejorando la calidad de las plantaciones forestales de roble (crecimiento, fuste, calidad de la madera, resistencia, etc). En segundo lugar, la creación de una oferta personal por parte de viveros forestales de Galicia, de material vegetal que permita plantar estos árboles en fincas personales o en intervenciones públicas en parques y jardines urbanos y periurbanos. Y por último, disponer de material de base para el ensayo del cultivo in vitro del roble autóctono.

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