“Valdeorras tiene una oportunidad histórica para sus vinos si se apuesta por la zonificación”

Entrevista a Francisco Núñez Sánchez, copropietario de Adega da Pinguela, un pequeño proyecto que supo diferenciarse en el mercado con vinos únicos y singulares. “Es la única forma de que las pequeñas bodegas podamos competir”, subraya

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“Valdeorras tiene una oportunidad histórica para sus vinos si se apuesta por la zonificación”

Francisco Núñez Sánchez, copropietario de Adega da Pinguela

Adega da Pinguela es uno de los proyectos vitivinícolas que está revitalizando la viticultura en Valdeorras, una de las denominaciones de origen gallegas que más está creciendo, en buena medida por la entrada de grandes grupos bodegueros foráneos que ven en esta DO, y sobre todo en la uva Godello, una oportunidad de negocio.

Pero la filosofía de Adega da Pinguela, creada en el año 2008 en la parroquia de Carballal, en el Ayuntamiento de Petín, va por un camino diferente pero complementario: elaborar vinos singulares, con producciones limitadas y muy vinculadas a parcelas y lugares concretos.

Hablamos con Francisco Núñez Sánchez, copropietario de esta bodega y con un honda vinculación al mundo vitícola de Valdeorras. “Valdeorras tiene una oportunidad histórica en este momento para sus vinos, pero para eso desde el Consello Regulador hay que apostar por la zonificación, por los vinos vinculadas a una villa o paraje, como hicieron en el Priorat o están trabajando en el Bierzo”, subraya.

¿De donde viene tu vinculación al mundo del vino?
Soy de A Rúa, de la parroquia de A Rúa Vella, donde todo el mundo tenía viñas y hacía vino en la casa. A partir de ahí viene mi inquietud por el mundo de la viticultura. Al nacer rodeado de cepas llega un movimiento en que te aparece el gusanillo.

En el año 1993, con unas viñas que había heredado de mi padre, que era socio de la Cooperativa de A Rúa, entré a formar parte de la Cooperativa Virgen de las Viñas, donde estuve 15 años de vicepresidente hasta el 2008, en el que inicio mi proyecto propio, un poco desencantado por el sector cooperativista en Valdeorras.

“Valdeorras es en este momento la Denominación de Origen de las oportunidades, pero hay que apostar por la zonificación”

Mi experiencia es que no se apostó por la profesionalización en las cooperativas y también estaba el hándicap de la edad, pues el promedio de edad de los socios era superior a 60 años, y no era un sector profesionalizado en el sentido de apostar por la calidad de la uva, por la reestructuración hacia variedades autóctonas y por superar el minifundismo. No vi viabilidad a esa línea y decidí apartarme e iniciar un proyecto propio. Así nace Adega da Pinguela, con el apoyo inestimable de mi socio y primo, Gonzalo Sánchez. Se trata de una bodega pequeña y singular y que cumple ahora 10 años.

Busqué una bodega antigua, que le diera un valor paisajístico y arquitectónico al proyecto, y la encontré en la parroquia de Carballal, en el ayuntamiento de Petín.

La Denominación de Origen Valdeorras y la variedad Godello están de moda, con grandes grupos bodegueros que están apostando por esta comarca. ¿Supone un peligro para las bodegas pequeñas?
Estamos en un momento histórico para Valdeorras que debemos aprovechar. Desde hace unos años el panorama vitícola cambió con la llegada de grandes bodegas foráneas. De entrada, la llegada de estos grandes grupos bodegueros e inversores me perjudicó en el sentido de que supuso una subida del precio de las uvas de la variedad Godello. Esto provocó que las pequeñas bodegas de Valdeorras tengamos que competir en inferioridad de condiciones.

Pero tuvo un efecto positivo también, no solo de conocimiento y de publicidad para esta DO, sino también que nos obligó a mejorar a las pequeñas bodegas. En mi caso lo que hice fue diseñar un plan para que mi bodega sea autosuficiente en uva, procedente de nuestros propios viñedos. Así, el año pasado plantamos 1 hectárea de Godello y tenemos un plan estratégico para que de aquí al 2020 seguir haciendo plantaciones propias para autoabastecernos en uva. Por eso creo que detrás de esta llegada de grupos bodegueros foráneos hay también una oportunidad.

¿Como se puede diferenciar una pequeña bodega como la vuestra en un mercado en el que competís con estos grandes grupos?
Nuestro objetivo es elaborar vinos singulares y de fincas. Por eso pedimos que en el Consello Regulador se avance en la zonificación. En otras Denominaciones de Origen como en la de Bierzo ya está trabajando en la identificación de los vinos de Finca, de paraje o de pueblo y en el Priorat ya lo hicieron. En Adega da Pinguela ya elaboramos el Ventura Garnacha, que es un vino de “village”, como dirían los franceses.

No todos los terruños en Valdeorras son iguales y con la zonificación vamos a poner en valor la diversidad de nuestros lugares. Además, ayudará a convivir con el minifundismo, con las pequeñas parcelas, algo que tenemos que asumir y poner en valor.

Creo que Valdeorras ahora es la Denominación de Origen de las oportunidades. Y si desde el Consello Regulador se apuesta por la zonificación tenemos muchas oportunidades.

Ventura tinto

¿Cuál es la situación de vuestra bodega?
En este momento tenemos 3 hectáreas de viñedo y el objetivo para autoabastecernos es llegar a 5 hectáreas propias en 2020. Nuestra estrategia para el futuro es seguir siendo una bodega pequeña y singular que llegue a una producción de alrededor de 20.000 botellas. Pero no solo de variedad Godello sino que apostamos por los tintos, de los que ya tenemos 0,5 hectáreas de Sousón, Brancellao y de Garnacha Tintorera. Nuestro objetivo es elaborar vinos singulares y también de finca.

Nuestra principal parcela es A Cotarona, situada en una ladera soleada y en la que tenemos 0,5 hectáreas de Brancellao y 1 hectárea de Sousón. Es nuestra finca emblemática, la compramos hace 8 años y tenemos muy buenas expectativas para crear allí un vino de finca. Las parcelas pequeñas que tenemos son de Garnacha Tintorera, de cepas muy viejas que no merecía la pena reestructurar.

 Este año elaborarán un Brancellao de parcela

Desde el año pasado estamos trabajando en nuevas plantaciones de Godello en el ayuntamiento de A Rúa. Y las que plantemos para el año que viene serán en terrenos más frescos, en la parroquia de Carballal en Petín.

Vuestros vinos son un homenaje a la tradición familiar pero también a la innovación. Háblanos de ellos…
Elaboramos un monovarietal blanco, el Godello Ventura sobre Lías Finas, del que sacamos al mercado entre 8.000 y 10.000 botellas. Y después tenemos un vino de villa, el Ventura Garnacha, de cepas muy viejas de pequeñas parcelas del ayuntamiento de A Rúa, del que elaboramos entre 1.500 y 2.000 botellas año. El nombre de Ventura es un homenaje a mi abuelo.

Y por último tenemos un tinto plurivarietal, el Trebón, elaborado con un coupage a partes iguales de vino procedente de uvas de Sousón, Mencía y Brancellao. Elaboramos entre 4.000 y 5.000 botellas de este vino, que como su nombre indica, pretende ser una ruptura, una bocanada de aire fresco.

En cuanto a las ventas, nuestro mercado está básicamente en Galicia, y en menor medida en Andalucía, Barcelona y Madrid. También estamos exportando algo a Japón.

Estáis trabajando también en algunos proyectos de nuevos vinos. ¿Puedes avanzar algo?
Probablemente en este año 2018 vamos a empezar a hacer las primeras elaboraciones con un vino monovarietal de Brancellao de parcela. Si nos gustan los resultados que obtengamos a nivel de viticultura, elaboración y barrica saldremos al mercado y sino seguiremos ahondando en la elaboración de vinos de parcela.

En estos diez años vuestra galería de trofeos ya es extensa. ¿Cuál fue la clave?
Por suerte llevamos muchos premios en estos 10 años, sobre todo en los tintos, con muy buenas puntuaciones en la Guía Peñín. Antes elaborábamos un vino, el Ventura Mencía, que se dejó de hacer y que durante dos años sucesivos recibió 94 puntos en la Guía Peñín, como uno de los mejores de España en relación calidad precio. Pero lo dejé de elaborar porque además de gustarle a los críticos los vinos tienen que gustarte a ti y fue así como lo mezclé con Brancellao y Sousón.

 “Hay saturación de Mencías en el mercado y aposté por elaborar un tinto diferente”

Además, era un vino muy galardonado pero eso no se traslada ni en las ventas ni en el precio que me gustaría. Hay saturación de Mencías en el mercado, del Bierzo, de la Ribeira Sacra, de Valdeorras y aposté por elaborar algo diferente.

¿Cuál es el secreto para que una bodega pueda competir en el mercado produciendo 20.00 botellas?
Las bodegas pequeñas tenemos que pensar en la diferenciación, en elaborar vinos diferentes para sobrevivir.

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