“Utilizar los mismos clones en el viñedo puede ser una amenaza para el futuro”

Entrevista a José Félix Cibriáin Sabalza, técnico en experimentación de la Estación de Viticultura y Enología de Navarra (Evena). Habla sobre la diversidad clonal en viñedo, abandonada en la viticultura moderna en detrimento de la homogeneidad de la producción y ofrece su punto de vista sobre los portainjertos o sobre las enfermedades de la madera

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“Utilizar los mismos clones en el viñedo puede ser una amenaza para el futuro”

José Félix Cibriáin Sabalza, técnico en experimentación de la Estación de Viticultura y Enología de Navarra (Evena)

José Félix Cibriáin Sabalza es técnico en experimentación de la Estación de Viticultura y Enología de Navarra (Evena), uno de los centros de referencia en España para el sector vitivinícola.

Recientemente participó en Monforte de Lemos en una jornada organizada por la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (Evega) sobre “La garantía en la plantación del viñedo: el material vegetal certificado”. Su ponencia se centró en el “Presente y futuro de la selección clonal del material vegetal de la vid. Repercusión en la sostenibilidad del viñedo”.

¿Se está perdiendo la variabilidad genética, con las plantaciones de viñedo con muy pocos clones para uniformizar los vinos? ¿Supone esto un riesgo de cara al futuro?
El viticultor, el viverista, o los obtentores de planta se han dedicado siempre a la recopilación, multiplicación y mejora de las plantas de vid. Tenemos que considerar que la amplitud de las variedades viníferas es muy amplia y, por lo tanto, que la utilización de unos pocos clones de cada variedad conlleva pérdida de diversidad varietal, es un hecho. Sin embargo, se ha realizado prácticamente en todas las comarcas vitícolas españolas un trabajo de recopilación de variedades de viníferas que evita el riesgo de pérdida de variedad intervarietal.

Pero si es cierto que se está perdiendo la variabilidad dentro de cada una de esas variedades, lo que llamamos amplitud varietal de una vinífera. Es decir, con la selección clonal sanitaria se primó la utilización de muy pocos clones, lo que con el paso de los años se ha visto que no es positivo.

No obstante, todavía en los viñedos antiguos tenemos mucha variabilidad dentro de esas viníferas, y lo que se está trabajando es en conservarla. Tampoco debemos perder de vista que tenemos que cumplir, vía Real Decreto, unas exigencias legales en cuanto a sanidad vegetal (xylella, fitoplasmas, virus…etc).

La llegada de la genómica permite que esos procesos de selección clonal largos, de aproximadamente 15 años, y costosos, se acorten y se abaraten notablemente.

“Utilizar los mismos clones en el viñedo puede ser una debilidad para el futuro”

¿Cual es la media de variabilidad clonal en las nuevas plantaciones de viñedo y cuales sería la variabilidad recomendada?
La situación es dispar en función de la variedad que se trate, por ejemplo la disponibilidad de material clonal para Garnacha Tinta es de mas de 40 clones, mientras que para el Moscatel de Gano Menudo Rojo solo existe uno, el seleccionado precisamente en Galicia, incluso muchas variedades no tienen ningún clon dentro del sistema de certificación.

Por tanto, es preciso distinguir entre disponibilidad y utilización de ese material clonal. Bajo mi punto de vista la utilización de muy pocas variedades y de muy pocos clones va a seguir siendo lo habitual, no va a cambiar. Si bien a medio plazo es posible que se comience a efectuar plantaciones policlonales, lo que en Francia e Italia denominan selección conservativa. Para ello es necesario disponer de material clonal en cada comarca, y en eso estamos.

¿Que peligros o amenazas puede suponer plantar grandes viñedos con solamente uno o dos clones de la misma variedad?
Si en unas condiciones de cultivo concretas, el material, es decir las variedades y los clones, son idénticos, los portainjertos son los mismos, la producción se homogeneiza. Este objetivo, que en la actualidad se considera, en principio deseable, se entiende puede pasar de ser una fortaleza, a una debilidad. Hay quien propicia la utilización de material diverso capaz de amortiguar posibles contingencias futuras y propiciar una producción no tan esperable. Se identifica como amenaza la homogenización de la producción.

¿Que virajes de esas variedades está demandando más el sector en la selección clonal?
Debemos partir de la premisa de que todas las variedades que estamos cultivando actualmente tienen un origen policlonal, de mutaciones que han ido siendo seleccionadas a lo largo de los siglos. Hay otras mutaciones que no son evidentes, pero que son las que propician diferencias entre los distintos biotipos de la variedad, que correctamente identificadas son las que nos interesan, tales como compacidad del racimo baja, precocidad o retraso en la maduración, tolerancia relativa a enfermedades, entre otras.

Todos esos biotipos con caracteres evidentes y contrastados, bajo mi punto de vista deberían cumplir con las exigencias sanitarias exigidas e incluirse dentro del sistema de certificación.

“En Galicia quizás esté fallando la distribución de planta certificada”

¿A que se debe que la planta certificada en Galicia ronde el 42%, mientras que en el conjunto de España es de más del 70%?
Esos datos son de las estadísticas de producción de planta de la campaña 2014-2015. En este sentido, pienso que hay una desproporción entre el material clonal existente en Galicia y la utilización de material certificado. Entiendo que es un problema de distribución de los clones en el sector. Es decir, en Galicia se ha realizado un trabajo espectacular de selección clonal de variedades “indígenas”. Quizás falta o sea necesario potenciar la segunda fase de distribución de ese material.

En Galicia aún se conservan viñedos antiguos, aunque una parte importante están en proceso de abandono por falta de rentabilidad y de relevo generacional.. ¿Que importancia supone preservarlos?
La conservación de la diversidad vegetal es hoy en día un objetivo deseable y no debe ir necesariamente ligada a circunstancias económicas puntuales. De ahí la necesidad de afrontar estos trabajos desde el sector público por no estar supeditados a criterios de rentabilidad. A lo largo de la historia de la viticultura moderna son diversos los factores que han provocado la merma de las variedades que el agricultor utiliza en cada momento: el oídio en 1855, fue el responsable de que desaparecieran variedades, a lo largo del siglo XX la necesidad de rentabilizar el cultivo propició que se impusieran variedades como la Palomino e híbridos tintoreros, en detrimento de otras. Más recientemente políticas de descepe y reestructuración propiciadas desde Europa han mermado significativamente el potencial vitícola.

En la actualidad existe cierta receptividad por parte del consumidor hacia los productos “distintos” o poco habituales, más próximos y con marchamo de local. Circunstancia que permite poner en valor los trabajos de recopilación llevados a cabo en cada comarca. El objeto de estos trabajos es caracterizar una serie de vinos que pueden proporcionar unas características singulares a una comarca o zona de producción vitícola.

Además, desde el punto de vista comercial es positivo, y así lo atestigua el ejemplo de bodegas que están potenciando variedades propias. Un buen ejemplo de la oportunidad generada, es el trabajo desarrollado en Galicia con Godello en Valdeorras y la Mencía en Ribeira Sacra.

Se está hablando de que puede ser una alternativa volver para las variedades autóctonas gallegas, como el Godello o la Mencía, al patrón Rupestris de Lot para evitar la elevada mortalidad del viñedo por enfermedades de la madera. ¿Crees que puede ser una solución? ¿Que patrones recomendarías?
La utilización de portainjertos es la solución biológica que se adopto prácticamente en toda Europa contra el pulgón venido de América. Los portainjertos apenas llevan con nosotros 120 años y las enfermedades de madera ya existían con anterioridad a la llegada de la filoxera. Por tanto el factor determinante en la elección del Rupestris como portainjerto no debe ser su tolerancia a las enfermedades de madera, sino que deberán ser otros.

La bondad o maldad del Rupestris respecto la elevada mortalidad del viñedo es un tema que desconozco. En concreto este es uno de los aspectos que se están abordando en un proyecto capitaneado por David Gramaje del ICVV de La Rioja, en el que colaboramos junto con la EVEGA. Todavía es pronto para poder aventurar algo en ese sentido.

“La utilización del portainjertos Rupestris en Galicia es contraproducente”

Respecto a la recomendación de portainjerto a utilizar, además de su tolerancia al pulgón, se le exige una capacidad de adaptación a las condiciones de cultivo de cada zona. En ese sentido se expresaba en 1912 el Doctor José Núñez Núñez, médico de profesión y cosechero de vino en la comarca de Valdeorras, que estableció los primeros viveros de vid americana que existieron en Galicia y escribió sobre la filoxera y los nuevos tipos de vides a usar. En 1912 con ocasión del Congreso Nacional de Viticultura celebrado en Pamplona, el propio José Núñez Núñez hablando de la viticultura que se hace en su comarca de origen y respecto a los portainjertos que se están utilizando en los primeros viñedos replantados dice: “Los portainjertos que en estos suelos dan mejor resultado, son: el 3309, el Aramón X Rupestris nº1 y nº 9, el 1202 de Courdec, y Rupestris del Lot, especialmente, los dos primeros, según los datos observados, no solo por mi, sino por muchos discretos propietarios a quienes les he preguntado”.

Como ya he comentado la recomendación del portainjerto debe tener en cuenta factores como la adaptación al terreno y las características que proporciona a la producción que se pretende obtener. Personalmente desconozco las características de los suelos gallegos, si bien entiendo que la elección de un pie para un suelo ácido nada tiene que ver con la que se haría para un suelo neutro o ligeramente alcalino. Por ejemplo, en la zona donde desempeño mi trabajo, en Navarra, los condicionantes en la elección del portainjerto vienen determinadas por la condición calcárea del suelo y en el caso de la de Garnacha por la tendencia de esta vinífera al corrimiento de la flor. En este caso, bajo mi punto de vista, la utilización del Rupestris, es contraproducente, pero esto no quita que su utilización pueda tener cualidades positivas en otras condiciones y otras variedades.

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Foto: Evena

¿Que aspectos del manejo del viñedo (poda, sistemas de conducción, abonado…etc) crees que se deberían mejorar y en qué aspectos?
En relación a las enfermedades de madera, las medidas y recomendaciones pasan por efectuar una viticultura lo más equilibrada posible. Para este objetivo un factor determinante es la elección de parcelas adecuadas para la plantación de viña. Una vez establecido el viñedo otra recomendación es no tener prisa en la fase de formación de las cepas, cualquier circunstancia que intervenga en este momento, tal que una helada o una granizada, en segundo y tercer año, pueden tener consecuencias sobre el sistema vascular que se van a manifestar a los años.

Una vez localizadas cepas sintomáticas, de forma sistemática es recomendable el marcaje y conteo de las cepas afectadas. En las cepas en las que todavía es posible se recomienda efectuar una poda de rejuvenecimiento mediante fiadores dejados en la zona basal de las cepas. Por último, entre otras medidas preventivas citaré la reposición de marras frecuente en la viticultura de hace tan solo 30 años; esta operación integrada como una labor más de cultivo anual, se ha perdido. Consiste en la sustitución de la cepas muertas o en mal estado dentro del viñedo.

En tu opinión, ¿Cuales son las principales amenazas al viñedo en España desde el punto de vista sanitario? ¿Son las enfermedades de la madera la nueva Philloxera del siglo XXI?
Las principales amenazas bajo mi punto de vista siguen siendo el oídio y el mildiu, este último en especial en las zonas atlánticas. Es necesario no perder de vista la Directiva europea de uso sostenible de fitosanitarios, de obligado cumplimiento que limita y reduce su uso.

Las enfermedades de madera se trata de enfermedades, en plural: se esta hablando mucho del complejo de enfermedad de la madera de vid en donde se incluyen un número abundante de patógenos. Personalmente no soy tan apocalíptico como para afirmar que se trate de la nueva filoxera, más bien pienso que estos complejos siempre han estado con nosotros y que en este momento existe un incremento en su severidad. Es necesario preguntarse por que estos síntomas se han incrementado, y la respuesta no va a resultar ser un patógeno como en el caso de la filoxera, sino que más bien me inclino a que se trata de muchos factores independientes que conllevan a lo que hemos denominado complejo de las enfermedades de la madera de vid.

“Mi variedad gallega es la Godello, y a nivel general la Garnacha y la Tempranillo”

En tu trabajo profesional, ¿Cual ha sido la variedad que más te ha sorprendido? ¿Alguna variedad gallega por la que sientas especial predilección?
En este punto comparto la premisa de mi ex compañero y Jefe de la Sección de Viticultura, Faustino Aguirrezabal, en el sentido de que todas las variedades, todas, tienen alguna cualidad positiva y que ninguna atesora, en exclusiva, las cualidades óptimas deseables.

Pero respondiendo a tu pregunta, la Garnacha y el Tempranillo son las dos variedades que me siguen sorprendiendo: la primera por su capacidad de adaptación y rusticidad y la segunda por su gran amplitud desde el punto de vista cualitativo.

Respecto a las variedades gallegas, siempre me llamó la atención la gran cantidad de viníferas que se han mantenido hasta la actulidad, si bien afirmo tener cierta debilidad por la Godello o Gordallo. En los años 90 tuve la oportunidad de visitar el trabajo que se desarrollo con esta variedad en O Barco, en concreto en la bodega Godeval, y aquel trabajo y lo sabroso de los vinos que nos dieron a degustar resultaron definitorios. Sin lugar a dudas mi variedad gallega es el Godello.

¿Cuales son los proyectos de investigación más destacados en los que estáis trabajando en la Estación de Viticultura y Enología de Navarra (Evena)?
Desde el punto de vista de material vegetal estamos participando junto con la Evega y otras entidades en un proyecto de caracterización y armonización de variedades minoritarias en España. Se trata de un trabajo que concluye en 2017 y que bajo mi punto de vista va a tener unos resultados muy positivos. Pero principalmente, en Evena estamos trabajando en la Garnacha Blanca de Navarra, que estaba prácticamente desaparecida, así como las variedades Graciano y Tempranillo de la tierra. En la línea de sistemas de cultivo trabajamos en estrategias de utilización de cubiertas vegetales poco competitivas y que se adapten a condiciones de suelos calcáreos.

Descarga aquí la intervención de José Núñez Núñez en el Congreso Nacional de Viticultura celebrado en Pamplona en 1912 sobre la viticultura en Valdeorras

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