“Precisamos un solo consejo regulador de los vinos gallegos y muchas más denominaciones”

Entrevista a Xoán Cannas, director del Instituto Gallego del Vino (INGAVI). Asegura que “los vinos espumosos en Galicia son un error, pero sí podíamos apostar por los tintos de Rías Baixas” y considera que “Burdeos, Borgoña o Champaña tienen que ser nuestros referentes”

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“Precisamos un solo consejo regulador de los vinos gallegos y muchas más denominaciones”

Xoán Cannas, director del INGAVI

Xoán Cannas es uno de los referentes en Galicia en el emprendimiento en el sector primario. Fundador del restaurante Pepe Vieira, de Altantic Galicia Spirits (fabricante de la famosa ginebra Nordés), Nariz de Oro al mejor sumiller de España en 2004 y fundador del Instituto Gallego del Vino (INGAVI) hace más de una década.

Este último contribuyó en los últimos años a prestigiar a los vinos gallegos, trayendo a Galicia a expertos internacionales dentro de su Curso Superior de Sumiller Profesional, que ya va por su tercera edición.

Y es que para Xoán Cannas estar abiertos a lo que sucede en el resto del mundo en el sector del vino es algo imprescindible, y tomar como referencia lo que se hace en las denominaciones de origen más prestigiosas debería ser un deber para las denominaciones gallegas.

¿Que te llevó a acercarte al mundo del vino?
La casualidad. De joven mis padres me enviaron a Canadá a estudiar inglés y allí empecé a trabajar en el restaurante de José Luis Pérez, un gallego de Sober, que en aquel momento tenía el mejor restaurante de Canadá. Empecé como ayudante de sumiller y tenía acceso a una bodega en la que se manejaban los grandes vinos de todo el mundo. Para mí fue un descubrimiento y una experiencia que me marcó.

Creo que la profesionalización es imprescindible. Seguí completando mi formación y fundé el restaurante Pepe Vieira en el año 2000. Y luego en el 2004 recibí el premio al mejor Sumiller de España, que para mí supuso un deber de seguir actualizándome y estar al día de lo que sucede en el sector del vino a nivel mundial.

¿Cuáles podrían ser los referentes de los vinos gallegos para ponerlos en valor?
Esta es una pregunta clave. Desde el Instituto Gallego del Vino creemos que hay zonas de las que podemos aprender mucho. En todo lo que tiene que ver con una imagen de marca, para mí la Champaña, Borgoña o Burdeos son un referente, con más de 250 años haciendo vinos de calidad.

 “Burdeos, Borgoña o Champaña tienen que ser nuestros referentes”

Tenemos que aprender de ellos, de lo que hicieron para estar ahí y quizás podamos adaptar mucho de lo que hacen a nuestra realidad. Pienso que cualquier presidente de una Denominación de Origen o los que tienen un puesto de decisión en el gobierno deberían preguntarse cual va a ser su legado. Y cuando llevan muchos años en su puesto y vemos como el precio de la uva sigue siendo miserable con respecto a otras zonas -este año en Champaña está 6 euros el kilo-, deberían preguntarse en que se falla y que hay que cambiar.

Teniendo esos referentes ¿En que debemos incidir tanto en la producción como en la comercialización para prestigiar a los vinos gallegos en el exterior?
En el INGAVI creemos que por lo que tenemos que apostar es por la diferenciación de los vinos gallegos, y tenemos muchas cartas a nuestro favor. Por ejemplo, somos un país de minifundio, que puede ser un valor. De hecho, hay zonas como la Borgoña o la Mosela en las que existe minifundio en la viña y supieron convertirlo en una virtud.

Por ejemplo, la Mosela es una zona muy escarpada, también con zonas de socalcos, y está teniendo una gran pujanza. De hecho, creo que la Ribeira Sacra va a ser una de las zonas con más futuro vitivinícola de Galicia si no la estropeamos.

“Tenemos minifundio, variedades propias de vides e historia, y eso es una base muy buena”

También tenemos a nuestro favor que contamos con muchas variedades autóctonas y esto ocurre en muy pocas partes del mundo. Tenemos 70 variedades propias, de las que el público general como mucho conoce 10.

Partimos, por tanto, de una base muy buena: minifundio, historia y variedades propias, y sólo tenemos que adaptar lo que están haciendo en otras zonas que son referentes en vinos de calidad a Galicia.

Dentro de ese proceso de adaptación, ¿no se debería apostar más por las subzonas dentro de las distintas denominaciones de Galicia….?
Desde luego. Pienso que en Galicia tiene que haber muchísimas denominaciones de origen, porque cada valle, cada microclima, da lugar a un vino diferente, pero un solo consejo regulador. Tiene que haber una eficiencia absoluta en el gasto público porque lo pagamos todos.

No puede ser qué en un mercado global, la gente confunda que la competencia de Rías Baixas sea Ribeiro, o de Ribeiro sea Valdeorras. Esto es minifundio mental. No puede ser que una Denominación de Origen gallega traiga con dinero público a diez periodistas de Londres y que al cabo de un mes otra denominación de origen gallega que está a cien kilómetros pague otro viaje de esos mismos periodistas para promocionar sus vinos. Y lo mismo sucede con las ferias en el exterior: cada denominación lleva su stand, la Xunta el suyo, alguna diputación también e incluso hay bodegas que van por libre.

Debemos darle un replanteamiento a la promoción de los vinos gallegos.

¿Cuál es la percepción exterior de los vinos gallegos?
En el Instituto Gallego del Vino creemos que hay que trabajar hacia la excelencia. Nuestra única baza en los mercados, y ahora que China empieza a producir también vino, es la diferenciación. No podemos competir en precio ni en cantidad.

Y ya tenemos viticultores y bodegas en Galicia que son un espejo en el que mirarnos. La clave es comprometerse con la calidad y ser coherentes, porque en la calidad no vale todo.

Casi todas las DO gallegas empiezan a hacer espumosos, vinos de guarda…¿No crees que se está diversificando demasiado?
La clave, como ya dije, es la formación y debe estar presente en todo el sector. Desde nuestro punto de vista los espumosos en Galicia son un error. Me parece estupendo que aquel productor que le apetezca hacerlo lo haga. Ahora bien, que las DO hagan una campaña dedicada a la promoción del espumoso esto no me parece interesante. Porque el mercado de los espumosos en términos globales es muy complicado: ¿con quien vas a competir en tienda a diez euros botella o por encima? ¿Con el champán francés? ¿Con Freixenet y Codorniu? No es nuestra guerra.

“Los vinos espumosos en Galicia son un error, pero sí podíamos apostar por los tintos de Rías Baixas”

En cambio, sí que podíamos explorar con éxito, y no se está haciendo, el mercado de los vinos tintos en Rías Baixas. Y sí me parece muy enriquecedor toda la innovación en lo que son los vinos en ánfora, ojalá hubiese más en Galicia y se hiciera antes. Y también hay un mercado muy interesante con todo lo que tiene que ver con las técnicas de elaboración (trabajar con pastas, vinos un poco oxidados). Eso habla de que estamos vivos, de que hay gente que está experimentando el lado más vertical del mundo del vino y somos un referente para el resto de España.

Por lo tanto, todo lo que tiene que ver con la innovación bien entendida y focalizada me parece fantástico. Por lo demás, echo en falta más comunicación entre el sector del vino en Galicia.

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Entrega de los Premios Magnum del vino gallego, organizados por el INGAVI

¿La viticultura ecológica va a ser algo obligado por los consumidores en los próximos años o seguirá coexistiendo, como algo minoritario, con la viticultura convencional?
Todo lo que tiene que ver con los vinos ecológicos, biodinámicos y con los vinos naturales es algo que está en boga en los mercados y que debemos explorar. Por ejemplo, en la tendencia de los vinos naturales sí que tenemos que tener representantes en Galicia. Nada malo puede salir de ahí, todo lo contrario.

Tenemos que estar abiertos a lo que sucede en la viticultura del resto del mundo y estar dispuestos a adaptarlo si le podemos sacar algo de positivo.

La transmisión generacional del consumo del vino se rompió en España en los últimos años. ¿Que podemos hacer para recuperar a la gente joven?
Ya entre los griegos y entre los romanos el vino siempre fue de una minoría. El problema está en que en la actualidad el consumo per cápita en España es históricamente muy bajo: de 15 a 16 litros por habitante y año, cuando en otros países, como en los nórdicos, está entre 50 y 60 litros.

En Galicia los Rioja y los Ribera del Duero le siguen ganando la partida a los vinos de la casa. ¿Que nos falta a los gallegos para convencernos de que tenemos unos buenos vinos tintos?
Sobre todo nos falta fé en nosotros mismos. Las tendencias en el consumo de vinos es algo que no se cambia a corto plazo, lleva su tiempo.

De todas formas, creo que las preguntas que se deberían hacer desde el gobierno de la Xunta y desde el propio sector son: ¿Quien queremos ser dentro de veinte años?, ¿Como queremos que cobren las uvas nuestros miles de viticultores?, ¿A que precio queremos vender nuestras botellas de vino? Son preguntas que no se hacen.

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